The Dinner Party es una instalación artística de Judy Chicago, realizada entre 1974 y 1979, con el objetivo de “romper con el ciclo de omisión en el cual las mujeres son excluidas de los registros históricos”. Compuesta de una mesa bastante peculiar, la obra está en exposición permanente en el Elizabeth A. Sackler Center for Feminist Art en el Museo de Brooklyn en Nueva York.
La instalación se compone de una sala con una grande mesa triangular – símbolo femenino – preparada como para una comida. En ella, se encuentran 39 lugares, que representan a 39 mujeres, históricas o mitológicas, que tuvieron gran importancia en la construcción de la civilización occidental. Debajo de la mesa triangular, el suelo está cubierto por los nombres de otras 999 personalidades históricas femeninas, recreando de esta forma una especie de “banquete ceremonial para la mujer”.
Cada vajilla y mantel están decorados especialmente para una dama homenajeada, representándola a través de colores y símbolos. Los platos son elaborados con cerámica y pintados con formas alusivas al órgano genital femenino. Estos objetos fueron construidos de manera artesanal, como expresión del arte femenino y de poco valor en el mundo de las bellas artes, generalmente dominado por los hombres.
La obra fue objeto de mucha controversia en su época y lo es también en la actualidad. Muchos artistas y críticos de arte la rechazaron, pues argumentaban que reducía la representación de la mujer a una vagina, y consecuentemente, irrespetaba la identidad de las damas homenajeadas. Muchos, entre tanto, glorifican The Dinner Party como una obra fuertemente emocional, que retrata de manera heróica a estas féminas y encuentra su valor como un símbolo del contexto artístico e histórico del feminismo de los años 70.
Igualmente intensas son las críticas al proceso de construcción de la obra. Producida a lo largo de 5 años, con la colaboración voluntaria y anónima de más de 400 artistas, The Dinner Party guarda en sí una ironía, pues una misma obra creada para dar visibilidad a tantas mujeres, mantiene el trabajo de muchas en el anonimato. Estas mujeres sacrificaron tiempo y dinero para contribuir con el proyecto y para muchas de ellas esta participación podría ser el impulso inicial que necesitan sus vidas profesionales. Otros pueden argumentar que para estas y estos voluntarios fue un periodo productivo, de aprendizaje de las técnicas usadas por Chicago en la elaboración de la obra.
Después de construida, la instalación fue expuesta mundialmente y la visitaron más de un millón de personas, pero acabada la gira, la obra fue guardada en un depósito, donde estuvo durante 25 años, hasta que en el 2007, el Brooklin Museum construyó el Centro para el Arte Feminista Elizabeth A. Stakler, con lo que The Dinner Table se tornó su obra principal.
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