A través de tres salas que abarcan mil 220 metros cuadrados y que conservan cerca de 350 piezas, Germán Venegas no sólo muestra las últimas dos décadas de su trayectoria artística, sino también nos enseña el concepto de la otredad; de ese otro, que puede ser una persona, cosa y hasta nosotros mismos.
Todo lo otro es la exposición más reciente del Museo Tamayo y es considerada la más exhaustiva en cuanto a la carrera artística de Germán Venegas, un artista mexicano formado en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado —mejor conocida como La Esmeralda—, pero con todo un oficio detrás del tallado de madera que por momentos lo convierte en todo un artesano.
En las tres salas es posible ver cómo su labor artística se ha desarrollado con el transcurso de los años y cómo las influencias tanto extranjeras como nacionales se entremezclan a través de los diversos soportes que Venegas prefiere, ya sea en la talla de esculturas, en obras que retoman tópicos centrales de la pintura y los reelaboran con lo que tan sólo puede ser interpretado como una insaciable obsesión por el fondo y forma de sus obras.
Distintas series de cuadros configuran esta exposición, dialogando entre las influencias de la cultura prehispánica que caracteriza la primera sala con las series de Tlalocan y Ehécatl, por ejemplo, y la influencia de la pintura europea, que él denomina como la parte Occidental, con las series El violín y la flauta —que se basa en El desollamiento de Marsias de Tiziano— y Desnudos Eróticos —que a su vez tiene un referente histórico en la obra de Velázquez, en particular, Venus del espejo— y finalmente, series como Bodhidarma con una clara influencia asiática.
Son estas vertientes las que delatan el pasado y las influencias de Venegas, por ejemplo, él explica la dualidad entre lo prehispánico y lo “europeo”: «quise tomar el arte prehispánico como una fuente de inspiración, pero no me sentía con las herramientas necesarias todavía. Recién había salido de la escuela y lo más cercano no fue precisamente el arte popular y en ese tiempo como vivía en el centro de la ciudad, el arte barroco, colonial [era su inspiración]». No fue sino hasta su contacto con el budismo y la meditación que Vengas se sintió con las herramientas de trabajar el arte prehispánico y hacerlo suyo.
Del mismo modo, es posible notar que entre las esculturas talladas en madera y los lienzos al óleo, temples o de tinta sobre papel, lo que él explica como la «riqueza de materiales y de posibilidades, inclusive de propuestas plásticas o visuales y todo eso tiene que ver mucho con reconocer un lugar. Si yo me planté en este campo, lo que ha sido mi necesidad siempre es dirigir mi interés hacia todos los lugares y, en ese sentido, tengo que revisar cómo se trabaja la madera, inclusive materiales que no he desarrollado o estudiado, como la piedra».
Sin embargo, la riqueza de materiales en Todo lo otro no necesariamente se traduce en una enorme variedad en la que todo tipo de material u objeto es válido para crear las piezas de arte, más bien es posible ver un número definido de recursos, técnicas y soportes retrabajados de forma exhaustiva en cada serie. De acuerdo con las palabras de Venegas, esto podría explicarse porque los materiales más tradicionales no le han dado abasto, «es decir, que las posibilidades son tantas en ellos que aún siento que no he rebasado eso».
Será ese afán de abarcar y aprovechar tales posibilidades lo que guía la exposición. Todo lo otro no sólo es la exposición más exhaustiva de la obra de Venegas, sino también, un esfuerzo para reconocer todo aquello que está separado de cada uno de nosotros, «ver hacia allá, reconocer que allí está y que ese otro me pertenece y soy parte de él», en el que ideologías e influencias que parecen tan distantes como la cultura prehispánica, el budismo y sus enseñanzas, así como la pintura occidental tienen una esencia en común.
A partir de toda la mitología, simbolismo e ideas que se encuentran en la exposición, el fin último es «voltear a ver ese otro para saber que ese otro soy yo mismo».
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Todo lo otro de Germán Venegas estará en exhibición en el Museo Tamayo del 11 de diciembre de 2018 al 31 de marzo de 2019.
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