Alguna vez, Paul McCartney se llamó Percy “Thrills” Thrillington, pseudónimo que utilizó para editar el disco Thrillington en 1977, el cual no fue más que una versión instrumental de su mítico álbum RAM de 1971.
El bajista británico ocultó este dato hasta que en una entrevista de 1989 lo reveló para sorpresa de fanáticos y periodistas. En RAM, grabado tan sólo un año después de la tensa separación de The Beatles, se incluye una canción titulada “Too Many People” en la cual John Lennon declaró haber percibido agresivas alusiones hacia su persona y la de los demás exmiembros del grupo.
McCartney nunca desmintió las palabras de su excompañero.
Paul McCartney está celebrando 81 años de vida y las historias en torno a su figura y obra se siguen descubriendo o redescubriendo con el paso de los años y las diferentes generaciones de músicos. El veterano multiinstrumentista es una leyenda viviente y vigente que en cada disco nos descubre que su capacidad compositiva sigue en todo su esplendor. Como él mismo ha dicho: «Siempre estoy escribiendo canciones, y tengo un montón que quiero grabar».
Aquí te contamos esas anécdotas oscuras o curiosas que se ocultan tras algunas de las canciones que definieron la carrera de McCartney, uno de los últimos monstruos sagrados que sobreviven en el mundo del rock n´ roll.
‘Maybe I’m Amazed’
Depresión post Beatle
Perdido y confuso ante la inminente separación de The Beatles, Paul McCartney se refugió en su mansión ubicada en el número 7 de Cavendish Avenue, St. John’s Wood, Londres. Teniendo como única compañía a su esposa Linda y su piano, el músico dio vida a una de sus canciones más dolientes y sinceras en la cual gritaba: «Maybe I’m a man and maybe I’m a lonely man / Who’s in the middle of something / That he doesn’t really understand». “Maybe I’m Amazed” es un canto a la desesperación y un grito de auxilio y agradecimiento a su esposa, quien fue la única que lo apoyó en ese crudo momento. Al momento de grabarla y producirla, el bajista se hizo cargo de todos los instrumentos y la incluyó en su debut como solista con el álbum McCartney de 1971.
‘Get Back’
Sentimientos de xenofobia
Durante muchos años se ha manejado la teoría de que McCartney desnudó su rechazo a los refugiados paquistaníes llegados a Inglaterra en esta canción de fuertes declaraciones políticas. Mediante la línea «Get back to where you once belonged», el músico los invitaba a regresar a su país de origen mediante una canción de alegre y pegadizo ritmo que enciende a las multitudes en sus conciertos. De ser verdad esta teoría estaríamos ante un tema plenamente racista y alejado del espíritu de amor y paz que “imperaba” en 1969, año en que el tema fue grabado para el disco Let it Be… el último del Cuarteto de Liverpool.
‘Hey Jude’
Su pena por Julian
Julian Lennon, el hijo de John Lennon y Cynthia, tenía cinco años cuando sus padres se divorciaron. La versión romántica dice que McCartney, conmovido al ver el dolor del niño, por el que sentía un sincero cariño, compuso la canción con el título “Hey Jules” para consolarlo: «Hey Jules, don’t make it bad / Take a sad song and make it better / Remember to let her into your heart…». Sin embargo, McCartney cambió la palabra a Jude inspirado en el personaje Jud del musical Oklahoma del cual era fanático.
‘Maxwell’s Silver Hammer’
Instinto asesino
Este tema incluido en el disco Abbey Road habla acerca de un asesino serial: Maxwell Edison es un estudiante de medicina que mata a sus pacientes con un martillo de plata: «Bang! Bang! Maxwell’s silver hammer / Came down upon her head / Bang! Bang! Maxwell’s silver hammer / Made sure that she was dead». Entre las víctimas de Maxwell se cuentan su novia, su maestra y el juez ante el que es llevado a juicio. McCartney escribió esta pieza inspirado en una oscura idea de juventud que lo persiguió hasta su adultez. Sus mismos compañeros de banda fueron detractores de un tema que no se destaca como uno de los mejores de The Beatles: «La peor grabación fue “Maxwell’s Silver Hammer”. Fue la peor canción que grabamos. Fueron semanas horribles. Pensé que era una locura», confesó Ringo Starr en 2008.
‘Magical Mystery Tour’
McCartney y su gusto por el cannabis
«Roll up! Roll up!» es el estribillo inicial de esta canción compuesta para el disco del mismo nombre en 1967, plena era psicodélica en la que The Beatles experimentaban con su música y las drogas. La introducción de la canción hace referencia al acto de preparar y enrollar un cigarrillo de marihuana, la cual era del gusto de los cuatro integrantes de la banda. Paul llegó al estudio de grabación con la base de la canción; después, Lennon, Starr y Harrison comenzaron a aportar palabras sueltas e ideas musicales que terminaron por dar forma a este tema alegre y psicodélico.
‘Can’t Buy Me Love’
McCartney y la polémica historia sobre prostitución
Como tantas otras canciones, ésta también fue acreditada al dúo Lennon / McCartney, pero la composición es de este último. Por muchos años, el rumor o interpretación de que “Can’t Buy Me Love” se refiere a una prostituta se ha mantenido en el aire, pero su autor lo ha rechazado de manera tajante: «Creo que cada uno puede establecer cualquier interpretación sobre algo, pero cuando alguien sugiere que “Can’t Buy Me Love” trata sobre la prostitución, acabó trazando una línea», dijo el bajista. El tema, que fue parte del disco A Hard´s Day Night de 1964, fue compuesto en una sesión cuando la banda se hospedaba en el Hotel George V de París. Para Paul sólo se trata de un tema que reflexiona en torno a que el dinero puede comprar posesiones materiales, pero no el amor.
Héroes como David Bowie o Lemmy Kilmister han dejado este mundo hace algunos años, cerrando capítulos esenciales en la historia del rock. Paul McCartney parece lejos de decir adiós a este mundo, lo cual es un privilegio, pues sus composiciones nos deleitarán durante varios años más y nos permitirán seguir descubriendo que su mente es una de las más inquietas y brillantes del panorama de la música mundial.
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