El género Coming of Age es aquel que busca representar la juventud mostrando la complejidad de la vida adolescente y todas las cosas que cambian durante esta etapa de la vida, desde la opinión política hasta la identidad sexual. Este género narrativo siempre había estado presente en la cinematografía, pero no fue hasta los años 80 cuando el director John Huges lo popularizó con su trilogía del adolescente, conformada por las películas El club de los cinco, Día de pinta y 16 velas. Desde entonces el género se ha explotado para buscar empatizar con la audiencia con temáticas que normalmente buscan una reflexión en los espectadores. Si eres fan del género, te invitamos a que conozcas Eighth Grade, película sobre la pubertad que te hará recordar el difícil camino que has tenido que recorrer hacia la adultez.
En los últimos años, docenas de películas de este estilo han salido para darle un segundo aire al género y reinventarlo con temas más frescos que buscan representar a las minorías y que intentan romper los estereotipos marcados; cintas como Me, Earl and the Dying Girl; Submarine, Lady Bird, The Edge of Seventeen, Dope, entre otras, han sido las nuevas piezas que han ayudado a la reinvención del género. Con esta nueva ola de cintas, Hollywood ha apostado en hacer crecer el género, produciendo cintas con presupuestos millonarios como Love, Simon y otras mucho más independientes como Eighth Grade, la opera prima del comediante Bo Burnham, quien anterior a la película sólo había dirigido videos para YouTube y sus propios especiales de comedia. Esta cinta fue estrenada en el Festival de Cine de Sundance, y desde entonces sólo ha cosechado premios y nominaciones en la mayoría de asociaciones de críticos de EEUU.
La película nos narra la historia de Kayla, una adolescente introvertida que hace videos para YouTube y está cursando el octavo y último año de la secundaria. Kayla se considera a sí misma como una inadaptada, por lo tanto trata de hacer amigos y pasarla bien antes de entrar a la preparatoria. Con esta premisa, la cinta de Burnham logra contactar perfectamente con la audiencia, al presentarnos a una protagonista entrañable interpretada por Elsie Fisher, una joven actriz experimentada en el doblaje al darle voz a Masha en la serie Masha y el Oso, así como a la pequeña Agnes de la saga de Mi villano favorito. Fisher da una actuación genuina, la misma que la llevó a ganar el Critics Choice Award a Mejor actriz revelación, y nos entrega a una Kayla insegura que intenta encontrar su rumbo y formar su personalidad.
El guión es sin duda alguna el punto más fuerte de toda la película, pues avanza rápido y nos presenta situaciones cotidianas de la vida adolescente, esa misma autenticidad es la que le da un valor agregado a la película, pues se siente fiel y actual. Además de representar una sociedad nueva donde lo importante son las redes sociales y la vida que se tiene dentro de ellas, una juventud en la que los likes que tienes en Instagram te vuelven una persona popular. Eighth Grade es una cinta genuina y sincera, tanto que se convierte en incómoda y extraña, justo como lo es la adolescencia, esa etapa de vida que retrata de manera fresca y emotiva. La cinta nos muestra lo difícil que es ser adolescente e intentar encajar en grupos sociales y un mundo gobernado por el Internet. Eighth Grade es de esas películas que se deben ver no sólo por su valor cinematográfico, sino por lo auténtica y cruda que es, pues nos muestra, tanto a los adultos como a los jóvenes, que la adolescencia es definitivamente la etapa más difícil de la vida.
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