¿Qué ves cuando ves una película? ¿Son fortuitas las imágenes, así como la forma en que se exhiben? ¿Están dispuesta de manera arbitraria y sujetas al ligero criterio de la espontaneidad? ¿Dónde está el rol del director, con su imaginario y proposición visual? Todo oficio del arte implica el uso de algún tipo de principio compositivo que da orden a todos los elementos que conforman la propuesta.
La anisotropía es la cualidad que convierte a los objetos y sustancias en variables según como se midan. Por definición, en el cine todos los componentes toman esta cualidad y se transforman en anisótropos. Podría parecer una banalidad, una estupidez, un concepto carente de significado, pero no lo es. La anisotropía es uno de los principios de las leyes de composición y por lo tanto el encargado del orden sintáctico de las imágenes que vemos en el encuadre de una película.
El director de escena y el de fotografía se encargan de que la imagen que plantean se proyecte y llegue a los espectadores de forma clara, para que mensaje y significado atraviesen la cuarta pared y los impregnen del significado completo de la obra.
Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941)
Estas leyes de composición aportan al filme la calidad visual que requiere la escena, y no sólo se basa en sus formas, sino que abarcan todo el espectro de la imagen. Hablamos de color, línea, punto, forma y profundidad de campo. No sólo hay que ver la intervención de estos conceptos como meros canalizadores de la imagen visual, también es preciso detenerse en su significado y psicología.
Chunking Express (1994. Dir. Wong Kar Wai. Dir.F: Christopher Doyle)
Marleau-Ponty, filósofo y pensador francés (cercano a las ideas existencialistas de Sartre), se detuvo a analizar la percepción fílmica como concepto separado de la propia filosofía contemporánea. No porque el primero no tuviera que ver con el segundo, sino porque el cine no es filosófico por él mismo, en realidad aprovecha para proyectar una imagen filosófica y de significado mediante la imagen.
Spartacus (1960, Stanley Kubrick)
Aparentemente, la composición de la imagen no tiene porqué resultar complicada (tanto fílmica como fotográficamente), ya que simplemente limita la posición del encuadre y ordena las figuras dentro del mismo. Pero, en un sentido más amplio, las composiciones son infinitamente diversas y es su combinación lo que aportan significado completo para el espectador, quien no tiene que detenerse a analizarlas, sino que son intrínsecas a la percepción contemporánea.
Las basadas en la línea, por ejemplo, proyectan y dirigen la mirada del espectador y canalizan la profundidad de la imagen. Un caso que Composition Cam (una cuenta de Twitter que analiza brevemente casos de composición concretas) consideró un buen ejemplo para explicar las líneas de dirección es la maravillosa escena de la crucificción en el clásico Spartacus, de Stanley Kubrick.
The Royal Tenenbaums (2001, Wes Anderson)
The Shining (Kubrick, 1980)
Otro precepto fundamental para explicar la composición basada en la línea es la simetría. Ésta, igual que en el diseño, aporta en el cine equilibrio a la imagen por medio del empleo de elementos visualmente similares o bien proporcionales. Wes Anderson es uno de los directores que más la emplean, pero desde luego Kubrick fue el director que más impregnó de simetría sus escenas, con una perfecta representación de las proporciones y de la regla de los tercios.
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El cine ha estado evolucionando desde que los hermanos Lumiere capturaron las primeras imágenes. No lo habían predicho exactamente así, pero se había creado un arte nuevo. Puedes aprender más al respecto aquí.