“¿Cómo te va en la escuela?”, “¿y el novio?”, “¿para cuándo la boda… y los hijos?” Estos son sólo algunos ejemplos de los cientos de preguntas incómodas o comprometedoras que te puede formular cualquier persona en distintos escenarios, desde una charla casual hasta una reunión de trabajo o amigos, incluso durante una fiesta familiar o una cena especial. En ocasiones, la mejor respuesta a algunas interrogantes es simplemente no contestar; esto no tiene nada que ver con la sinceridad ni la buena comunicación, se trata de un tema de intimidad y confianza personal.Por más egoísta que parezca, nunca estarás obligado a responder una pregunta a alguien con quien no deseas compartir tus posibles respuestas. Ante todo, debes analizar la naturaleza de la situación y el fondo real tras la pregunta. Si te encuentras en una reunión familiar o con buenos amigos, es posible que quien te cuestione no tenga la genuina intención de molestarte o hacerte sentir incómodo, simplemente pretende enterarse sobre ti. Si se trata de un espacio más grande o de un ambiente fuera de tu control como una reunión de trabajo o una gran fiesta, entonces puede que las intenciones de tu interlocutor no sean las mejores.
Ante todos los casos, lo primero es actuar con serenidad y no sentirte atacado, por más que se trate de una intención genuina de invadir tu privacidad. Tampoco es recomendable que huyas, pues cualquiera de estas reacciones terminarán dando la razón a quien causó el momento incómodo y lo ayudarás a cumplir con su cometido. Actúa con inteligencia y sigue estos pasos para evadir exitosamente la siguiente pregunta comprometedora que se presente a tu paso:
5. Comenta sobre la pregunta
En el momento en que llegue esa cuestión incómoda que simplemente no tienes deseos de responder, sigue el mismo tono de la pregunta con naturalidad y responde inmediatamente no la pregunta, pero sí algún tema relacionado a la forma en que se planteó, o bien, generaliza sobre comentarios sobre el tema. Si con tu intervención consigues que alguna otra persona se incluya en la conversación, habrás logrado tu objetivo.
Ejemplo: –¿Y para cuándo los hijos?
Tú: –Qué curioso, es lo que todo el mundo pregunta.
O bien:–Es la pregunta del millón.
Trata de responder con naturalidad, sin sentirte víctima de una agresión, solamente delimitando los terrenos de tu intimidad. Solo tú sabes si quieres o no responder ciertas cuestiones.
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4. Utiliza el humor
El mejor recurso para romper con la tensión y expectativa de una pregunta incómoda es el humor. Cuando estés en una reunión y el tema salga a colación, es momento de pensar cuáles pueden ser las respuestas más creativas para responder. Ante la pregunta directa, utiliza el recurso con inteligencia. Lo mismo que en el punto anterior, trata de que tu respuesta no sea personal ni ofensiva.
Ejemplo: –¿Qué pasó con el novio?
–Es lo que yo quisiera saber.
–Esa es una excelente pregunta.
Si lo haces correctamente, los demás empezarán a reír y posiblemente dirán algo que ponga fin al momento complicado.
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3. Haz otra pregunta
Esta respuesta dejará en evidencia a quien te pregunta si es que su intención no es la mejor, pero también puede resultar la que denote que te encuentras más a la defensiva. “¿Por qué te interesa ese tema?”, ¿por qué quieres saber eso?” o “¿qué responderías tú?”, son formas elementales de responder y pasar la presión de responder a quien te interrogó primero. Dependiendo del grado de confianza entre los presentes, también puedes combinar este punto con el uso del humor.
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2. Responde escuetamente y desvía la atención hacia otro tema
Técnica especialmente útil cuando te encuentras en una situación inesperada, que dependiendo de tu agilidad mental puedes ejecutar para desviar exitosamente la atención sin que se note que evadiste la pregunta. Para hacerlo disimuladamente, no des un vuelco en el tema de conversación. En vez de eso, encamina la charla a un asunto similar pero que desahogue la presión o reste importancia directa a tu respuesta.
Ejemplo: –¿Vas a ir a la fiesta?
–Es posible, ¿quiénes van a ir?
–Tal vez, ¿en qué quedaste con tus amigos?
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1. Sé directo
Ante una pregunta directa, una gran opción es una respuesta igual de directa, especialmente si sabes que quien te cuestiona no tiene las mejores intenciones de fondo al preguntarte tal cosa, o bien, es insistente y cree que estás evadiendo la charla. Sal bien librado respondiendo con calma, recuerda no sentirte ofendido e incluso puedes responder diplomáticamente. Frases como: ”No puedo responder eso ahora mismo, te contesto en otro momento”, “no tengo ganas de hablar sobre eso” o “gracias por el interés, pero me incomoda tu pregunta” sirven para poner un alto y dejar bien claro que no estás en condiciones de contestar a esos cuestionamientos.
En la vida siempre habrá ciertas situaciones que te pondrán en momentos inapropiados y de las que hay que saber salir con inteligencia. Mira estas pinturas que te harán sentir incómodo y trata de definir lo que te provocan. En una relación de pareja no hay espacio para la desconfianza. Toma nota de estas 50 preguntas íntimas que debes preguntarle a tu pareja para tener una mejor comunicación y mejorar su relación.