Tal vez lo veas como una exageración pero las mujeres nos fijamos incluso cómo nos guardas en tus contactos. Esas miradas, esos comentarios, ese presumir con todos sube mi autoestima y alimenta mi amor propio, pero mucho más que eso, me hace entender lo que tu corazón siente por mí. Amo tus halagos y que me tomes fotos inesperadas donde veo, a través de tu lente, lo que significo en tu vida.
Sigo poniéndome roja cuando hablas de mi sonrisa, me intimida cuando pides que salga alguna y de inmediato, casi sin esfuerzo, mi rostro se ilumina y te regala una de esas grandes y significativas. Muchas veces me has dicho que me veo bonita, yo no he llegado a creerte pero entonces me pides que me quede quieta y sacas tu celular. Te alejas un poco, me encuadras y yo tiesa pero apenada tengo una risita interna que me repite que estás loco. Me tomas fotos, me haces reír más, sonríes tú también y tomo tanta confianza que empiezo a fluir. Me muevo, poso, danzo y me acerco a ti con una mirada llena de amor. Esa mirada que por mucho tiempo que apagó y hoy está más viva que nunca.
Veo las fotos que me has tomado y quedo sorprendida al verme a través de tu lente. Cómo luzco tan tranquila, tan libre, tan feliz, tan plena. Jamás hubiera imaginado que podría salir así en una imagen inesperada pero es que eres tú, a pesar de no saber mucho de encuadres o iluminación, te enfocas en plasmar la esencia y la belleza del momento. No, no estoy siendo egoísta al llamar belleza a una foto donde salgo yo, me refiero a lo que sentimos, al momento que nos ha tocado compartir, a ese tiempo juntos, el lugar plasmado para la eternidad y una sonrisa que espero jamás se borre.
Me haces sentir bien. Mi corazón vibra a cada velocidad cada que te escucho pronunciar mi nombre. Me encanta la vida a tu lado y todo lo que estamos compartiendo. Me gusta y emociona pensar que nos falta mucho por delante y que nuestro futuro está escrito en alguna parte esperándonos a seguir bailando, tomarnos de la mano y plasmar sonrisas en fotografías inesperadas.
Las imágenes son recuerdos, son tatuajes que nos transportan al sentimiento que llevábamos dentro de nosotros en ese momento. Al ver una fotografía vuelve a nuestra mente el clima del lugar, los colores y quizá olores, pero sobre todo el brillo y magia que nos envolvía. Más allá de lo físico, un complemento mental, emocional y ¿por qué no? eterno.
Me encanta que plasmes estos instantes y cómo me veo a través de tu lente, porque te amo y sé que tú me amas también. Se nota lo confiada y feliz que estoy a tu lado y puedo decir que también lo noto en ti. Esto es único, esto es maravilloso y esto debe quedar grabado en nuestros corazones y sí, en fotografías que plasmen toda la esencia de este sentimiento. Me gusta mi sonrisa pero me gusta mucho más cuando tú eres el que la provocas y lo guardas, para siempre, en la memoria de tu celular.