Uno de los veganos más fieles a su filosofía era Leonardo da Vinci. El inventor sentía una gran pasión por la cocina, tanto que la consideraba un arte, por ello realizaba platillos de gran dificultad o creaba nuevas recetas que compartía con sus más allegados. Su fascinación por la comida se debía, en parte, a la importancia que el pintor le adjudicaba al cuerpo. Consideraba la anatomía humana como un templo que había que cuidar y proteger. Por esta razón decidió seguir una dieta libre de productos animales que le ayudaba, además de estar sano, a purificar el alma cada que se sentía culpable por alguna acción, por lo que determinó eliminarlos de su dieta definitivamente.
Sin embargo, en la actualidad, el veganismo abarca mucho más allá de los alimentos. En la búsqueda de salvar a los animales de cualquier tipo de maltrato y sufrimiento, los fieles seguidores de la práctica evitan comer todo producto proveniente de los animales como la leche o la carne, tampoco usan ropa cuya composición tenga que ver con ellos; no consumen cosméticos y productos farmacéuticos que hayan sido probados en especies domésticas y predican la importancia de mantener íntegro a todo ser vivo.
De este modo, para suplir los productos habituales, existen empresas que fabrican alimentos o telas, entre otros objetos, de manera sintética. Así se puede combinar el disfrute y la salvación del planeta de manera pacífica, convirtiéndose en una de las formas de vida más recurrentes en los últimos años. No obstante, no sólo implica salvar animales y llevar un estilo de vida mucho más orgánico y natural, también se debe tener cierto poder adquisitivo, o de lo contrario, ser vegano podría salvar especies, pero podría matarte a ti.
Se ha comprobado científicamente que la vida vegana ofrece una calidad más alta; pero al mismo tiempo implica gastar un poco más en productos especiales como pan, carne o bebidas, ya sean preparadas o “en crudo” que cumplan con las especificaciones veganas de ley; no obstante, no siempre se puede pagar una dieta completa. Desafortunadamente, en México, la mayoría de los habitantes no puede costear una vida de este tipo.
El costo aproximado de comprar verduras, semillas, frutas y legumbres a la semana para una persona gira en torno a $1 000, por lo que al mes son al menos 4 mil de comida que no incluya ningún proceso animal. Pero los productos no son sólo frutas y verduras, sino también leche, pan, carne, jabón, shampoo y hasta ropa vegana. Por otro lado, estos productos también tienen un lado oscuro, puesto que probablemente salves animales, pero no niños. Hay países como Vietnam en donde se asientan algunas fábricas en las cuales, los empleados son pequeños de menos de 10 años que trabajan incansablemente para producir ropa sustentable y con un estilo street, por poner un ejemplo. Lo mismo ocurre en las fábricas de comida y bebida vegana que mantienen a sus trabajadores bajo un régimen estricto por horas.
La cultura vegana suele ser discriminatoria y las fotos en las redes sociales explican todo. Al menos en la actualidad, ser vegano es señal de estatus y de que tu cuerpo es importante; pero usualmente, aquellos que suben las fotografías de una dieta perfectamente bien pensada según las “reglas” veganas son personas que viajan por el mundo probando nuevos alimentos y nuevas dietas que sirvan para mantener la línea. En cambio, con esa cantidad, una familia promedio come más sano y muchos más alimentos que un vegano.
Si bien es cierto que los nutriólogos recomiendan consumir únicamente fruta al menos un día a la semana con el fin de desintoxicar naturalmente el cuerpo, no es del todo sano hacerlo diario. En cambio, comer saludable implica alimentar el cuerpo con un poco de todo, desde frutas y verduras hasta carne, leche y otros productos de origen animal. En definitiva, no es sano ni redituable ser vegano.
Gracias a los gastos excesivos de algunos productos, existe un sector de la población que no puede acceder a ellos, por lo que a veces es más importante llevarse algo de comida al estómago sin importar qué. En ocasiones los veganos tienen más empatía por los animales que por la humanidad, la cual también sufre, incluso más. En especial en un país como éste en el que el salario mínimo es de $80, mientras que una comida vegana cuesta alrededor de $200. ¿Qué tan elitista es la cultura vegana?
**
¿Ser vegano puede llevarte a la muerte? Tal vez ocurra si de vez en cuando no comes carne. De hecho, un estudio dice que la mayoría de los veganos recae en la carne.