Todo mundo, al menos una vez en su vida, se ha visto envuelto en una situación en donde sienten la necesidad de “conocer un poco más” a las personas con las que están saliendo o van a salir. A diferencia de otros tiempos, ahora es muy común aceptar que hemos caído en el viejo pero —a veces— irresistible vicio de stalkear o espiar a una persona que nos parece atractiva.
Considerando que no son pocas las personas que ponen en las redes sociales toda su información personal, es sencillo para algunas personas asegurarse de que harán match con aquellos que, desde ya, consideran el prospecto ideal para formar una relación más o menos perfecta en donde al menos sus gustos sean casi los mismos. Incluso hay quienes están convencidos de que el stalkeo les puede ayudar a ahorrarse decepciones futuras.
Lo cierto —y lo que pocos consideran— es que detrás de todos las conquistas digitales puede haber una persona completamente diferente a la que se muestra en el monitor. Para evitar que los usuarios caigan en manos de estafadores o ladrones de identidad, el británico Andy Bartram abrió una compañía con la que pretende terminar con los casos de catfish e incluso prevenir problemas mucho más graves relacionados con las citas por Internet.
« Vivimos en una nueva cultura de “swipe left swipe right” en donde las personas no necesariamente saben con quién se están reuniendo o con quién están hablando y otros explotan eso».
— Andy Bartram
Este investigador privado de 46 años asegura que por £20 puede usar las mismas técnicas que algunas agencias emplean para detectar catfish en Facebook, Twitter e incluso Tinder. Las intenciones de Andy no son sólo las de obtener dinero fácil a través del espionaje; sino la de cuidar la seguridad y salud de muchas personas que utilizan los servicios de citas por internet sin un mínimo sentido de la inseguridad que esto implica.
Si bien este servicio no asegura que conocerás por completo a tu crush o a tu futura cita, al menos sí tendrás la certeza de que te encontrarás justo con la persona que ves en las fotografías y no con un desconocido probablemente mal intencionado. Al final, cuando se trata de tu seguridad, siempre es mejor abandonar esa cita misteriosa y evitar arriesgarte a algo peor que una noche desagradable.
¡Levanta la mano si quieres que te paguen por lo que ya haces con tus amigas!