Desde el primer momento que te vi intenté resistirme porque en el fondo sabía que me romperías el corazón. Cedí, me aventé al precipicio que significaba entregarte mis sentimientos, me aventuré porque entendí que, de no hacerlo, el arrepentimiento y las ganas de besarte me acompañarían por siempre.
Empecé a conocerte, me dejé seducir y, aún con el corazón hecho trizas, puedo decir con orgullo que no me arrepiento de amarte porque sé que, por un instante, sentiste lo mismo por mí. Me descontrola pensar que ya no quieres estar conmigo y la rabia me lleva al borde de la locura cuando imagino que sales con alguien más.
Por momentos pienso que la solución es llamarte, escribirte, ir a visitarte, hacer todo lo humanamente posible para no alejarme de ti, para pedirte en realidad que no seas tú quien me aparte. Sin consultarme, la incertidumbre me carcome. No puedo seguir así -pienso-. Hay cosas que nunca te atreviste a experimentar, por eso me voy.
–
Nunca dejaste de compararme con tu ex
Para qué tomarte la molestia de conocerme si nunca te interesó salir de tu zona de confort y siempre me comparaste con tu ex. Complacerte no es tarea fácil y a partir de hoy, prefiero pensar sólo en mí.
–
Vivir conmigo nunca fue una opción
Estar conmigo sólo fue para ti una presión constante, un obstáculo. Fui una persona con quien estar cuando tu buen humor aparecía. Los pretextos para no vivir conmigo fueron cada vez más.
–
Tomarme en serio parecía no importarte
Perdoné cuando te confundiste el día que ella regresó. A partir de ahí, serme fiel y tomarme en serio parecía no importarte. Nunca olvidaré aquella vez que me dejaste plantada para ir por ella al aeropuerto.
–
Nunca me preparaste mi platillo favorito
¿Cuántas veces cociné para ti tus platillos favoritos? Ojalá hubieran sido las mismas que tú a mí. Ninguna. ¿Sabes qué es lo que me gusta o disgusta? Lo dudo.
–
Siempre teníamos que salir con tus amigos
Mis amigos siempre te parecieron aburridos y nuestras pláticas superficiales. Disculpamos por ser un grupo de personas ordinarias tratando de caerte bien, incluida yo.
–
El viaje que planeamos juntos fue para ella
Cuando abras los ojos y te des cuenta de lo mucho que te quise, yo estaré haciendo sola nuestro viaje que preferiste hacer con ella. No pienso extrañarte y estoy segura que no lo haré porque ahora estoy con él. Gracias por nada y por todo. Aprendí mi lección: siempre hacer caso a mi intuición.
Me llamo Karina y en este momento de mi vida estoy pasando por muchos cambios. A mis 28 años me imaginé completamente diferente, olvidarme de ti no ha sido fácil, 3 años y medio se convirtieron en nada. Me encanta cocinar, quiero viajar y sentirme orgullosa de lo que soy y he logrado. ¿Hasta dónde llevará el sabor de Knorr? No lo sé, pero quiero descubrirlo. Me voy, porque cada viaje… es un sabor.
Descubre más de mi viaje en la nueva serie “Me voy”, presentada por Knorr.