Algo no concuerda. Ella te mira con la profundidad habitual, tiende sus manos para buscar las tuyas porque el día está frío y el atardecer distante. Se acerca hacia ti; te abraza con la urgencia de un millón de aviones atrasados hasta que, de pronto, con la yema de sus dedos comienza a escribir invisibles palabras en tus brazos. Estos vocablos desvanecidos que apenas tocan tu piel revolotean fuera y dentro de ti.
Sacudes la cabeza. Te aseguras de lanzarle una sonrisa mal disimulada para evitar cualquier incomodidad innecesaria. Tomas el periódico, qué coincidencia, la primera plana te muestra las estadísticas de un mundo asediado por las mentiras. Hombres y mujeres juegan con sus palabras porque el primer rostro de las parejas está en lo que se dice, pero los cuerpos y sus movimientos también hablan.
¿Cómo estuvo tu día?, la interrogas. Normal, muy tranquilo, contesta. Su respuesta es fría, casi calculada. No se lo mencionas porque quizá son fantasías tuyas o parte de una influencia del Museo de Ciencias de Londres, (el cual realizó un estudio acerca de las mentiras en las relaciones de pareja).
De acuerdo con esta investigación los hombres y las mujeres mienten de manera similar. La única diferencia radica en que los hombres mienten con mayor constancia, mientras que ellas mienten mejor. ¿Será cierto?
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Primera señal: los besos ya no son tan largos y apasionados como antes.
Cada parte de nuestro cuerpo emite un mensaje específico y la boca no es la excepción. Unos labios relajados durante una sesión de besos envía un mensaje claro: “estoy feliz de verte y me encantaría volver a besarte”. Así lo afirma Susan Quilliam, autora del texto “Los secretos del lenguaje corporal”. Por el contrario, besar con los labios rígidos o la boca cerrada son una clara muestra de rechazo.
Para evitar un distanciamiento mayor, si es que se besan cada vez con menos entusiasmo, no hay nada mejor que realizar un esfuerzo consciente. Se trata de besar y abrazar a nuestra pareja con cariño, de acompañar nuestros gestos con una mirada directa a los ojos que definitivamente dirá: “sólo me importa este momento”. Esos son los consejos de Julious Fast, autor de “El lenguaje corporal”, uno de los primeros libros en esta materia.
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Segunda señal: mantienen una distancia mayor entre ustedes.
Una de las mejores opciones al salir a cenar con tu pareja es seleccionar una mesa pequeña. De esta manera se creará un ambiente de mayor intimidad y la proximidad entre los dos será más real. A menor distancia los juegos de miradas entre ustedes podrán ser más intensos, según las palabras de Martin Lloyd Elliot, autor del texto “Los secretos sexuales del lenguaje corporal”. Esta escritora afirma que con los ojos pueden enviar señales espontáneas y positivas de reconocimiento entre ambos.
Si al sentarse a la mesa alguno de los dos decide ocupar un lugar lejos del otro, únicamente están acentuando la distancia existente en su relación. Lo recomendable es mirarse a los ojos y sonreírse de vez en cuando. “Cuando sientan una conexión entre ustedes, no te quedes con ganas de tomar la cara de tu pareja y besarla por más de 30 segundos. Este periodo puede generar más sentimientos de amor entre ustedes que dos horas de una cena sin emoción”, afirma el Dr. Resnick, investigador en relaciones humanas.
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Tercera señal: prefieren darse la espalda en lugar de verse de frente para solucionar un problema
Se ha comprobado que las parejas felices utilizan un lenguaje corporal muy distinto al resto. Su vínculo es tan sólido que a pesar de tener diferencias o estar molestos, su nivel de compromiso sigue manteniéndose fuerte. Sus cuerpos siempre están uno frente al otro y el contacto visual entre los dos es directo y frecuente. El mensaje transmitido por sus cuerpos dice una sola cosa: “no voy a huir sólo porque hayamos discutido. Nos amamos, así que vamos a resolver esto justo”.
Lo mejor para evitar caer en la indiferencia, es mostrar un lenguaje corporal amigable: relajar los brazos, alinear nuestro cuerpo con el de nuestra pareja y tocar de forma amable el brazo de la otra persona. Ésa es una forma de mostrar respeto y un sincero interés por reparar la situación.
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Cuarta señal: cada vez es más difícil encontrar sus miradas.
La manera en que se sienta una pareja revela qué tan enamorada está. Por ejemplo, si una pareja se sienta uno a cada extremo del sillón, pero mantienen un contacto visual frecuente y sus cuerpos se inclinan el uno hacia el otro, están en sincronía. Esto sucede porque las parejas realmente enamoradas reflejan e imitan el lenguaje corporal del otro. De no ser así, dicho sincronismo puede alimentarse al coquetear con miradas divertidas o eróticas.
El contacto directo entre sus pupilas no sólo será divertido, sino que los relajará y a la vez los hará sentir ese cosquilleo que experimentan las parejas que aún se desean.
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Quinta señal: cuando terminaba de hacer el amor intentan dormir lo más alejados posible.
Las parejas felices hacen el amor con todo su cuerpo y alma para mantener una sincronización sexual óptima. Para evitar romper el encanto, hay que evitar los ojos cerrados y la rigidez de los labios. A nadie le atrae un rostro endurecido por la indiferencia durante el sexo.
Lo que hagan después de la sesión sexual también es importante, pues un simple abrazo o sus piernas entrelazadas marcan una gran diferencia. Ese contacto indica que su conexión no sólo es sexual, sino emocional.
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Sexta señal: ya no suelen tomarse de las manos cuando pasean juntos.
Las parejas que poseen una excelente relación caminan al mismo ritmo. Su vínculo es tan sólido, que incluso su frecuencia cardíaca llega a sincronizarse. No obstante, la historia es muy diferente si uno de los dos camina delante del otro o si al cruzar la calle cada quien lo hace por su lado. En esos casos, el mensaje de sus cuerpos es tan sólo un reflejo de los pensamientos de cada uno: “yo sigo mi ritmo y no me importa cuál sea el tuyo”; señala Sussan Quilliam.
Para equilibrar este tipo de situaciones no hay nada mejor que sostener la mano de tu pareja con fuerza. “En nuestra sociedad los pequeños detalles del lenguaje corporal suelen olvidarse; sin embargo, esos mismos mantienen una relación fuerte y saludable”, así lo informó el Dr. Resnick.
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Sabías desde el principio que no sería sencillo. Conocías que una relación de pareja requería de ciertas atenciones, tiempo y sobre todo, comunicación. Sin embargo, diste por hecho muchas cosas que ahora te están alejando de tu pareja. Descuida, no todo está perdido. Tal y como sucede con aquellas parejas que se vuelven a enamorar durante un viaje, quizá lo único que tu novio(a) y tú necesitan es conquistarse de nuevo a través del lenguaje corporal.
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Referencia:
RedBook