Las empresas cada día se enfrentan a un mercado más competitivo, donde el factor diferenciador hace que se destaque una marca sobre las otras. Para esto los empresarios y organizaciones deben estar a la vanguardia y entender las necesidades de los consumidores para tomar decisiones asertivas frente a un producto o servicio. La empresa estadounidense Gartner, consultora y especialista en investigación de las tecnologías de la información, lo define como “un enfoque poderoso que ayuda a las organizaciones a crear diseños digitales útiles que se adapten a las necesidades de las personas. Con el proceso de pensamiento de diseño, las organizaciones pueden apuntar, desarrollar y dar forma a las ideas para convertirse en propuestas prácticas y atractivas para los usuarios o clientes”.
Los Design Thinkers, se enfocan en observar, entender y crear empatía con el consumidor, para así satisfacer sus necesidades involucrándolo desde el principio en el proceso de creación. Gracias a la colaboración y optimismo en los equipos de trabajo es posible recopilar múltiples ideas de diferentes disciplinas en un entorno que proporciona una gama amplia de ideación. Para esto es necesario primero definir el problema de una manera que invite a soluciones creativas; segundo, idear en un entorno libre de juicios; tercero, redefinir y seleccionar las ideas que sean relevantes para la solución del problema y por último elegir la mejor solución y ejecutarla.
Tim Brown, profesor de la escuela de Ingeniería de Stanford University y CEO de la consultora IDEO, conceptualizó y masificó el Design Thinking como una “disciplina que usa la sensibilidad y métodos de los diseñadores para hacer coincidir las necesidades de las personas, con lo que es tecnológicamente factible y con lo que una estrategia viable de negocios, puede convertir en valor para el cliente y en una oportunidad para el mercado”. Según Brown, es importante entender que el diseño es antropocéntrico, aunque integre tecnología y economía, todo debe empezar desde la necesidad del ser humano, no se trata sólo de ergonomía sino de comprender la cultura y el contexto en el que se encuentra el consumidor.
Existen diferentes frameworks para desarrollar el Design Thinking, sin embargo, se plantean 5 fases principales:
1. Empatizar
La primera consiste en empatizar, tener la capacidad de identificarse con otras personas y así entender sus sentimientos de una manera más profunda; esta fase no se trata de recolectar datos sino de comprender y analizar la vida del consumidor.
2. Definir el problema
Una vez que se conoce las dificultades del usuario, se debe evaluar la información, conservar solamente la que sea relevante y que aporte valor para encontrar una solución.
3. Ideación
Aquí empieza el proceso de ideación en base al problema anteriormente establecido, el objetivo es experimentar diferentes alternativas y métodos creativos como lluvia de ideas o mapas mentales, para invitar a todo el equipo a participar en un ambiente donde todos se sientas libres de aportar y exponer su opinión sin temor a ser juzgados. Es ideal un espacio de confianza, donde ninguna idea sea cuestionada.
4. Prototipado
Tiene como propósito convertir la idea o solución en un prototipo digital o físico. No necesariamente debe ser un objeto, sino también un dibujo o guion gráfico, estos pueden ser elaborados con materiales como papel, plastilina o bloques de lego. Usualmente se emplean materiales económicos cuando el proyecto se encuentra en etapas iniciales y después se va mejorando conforme el proyecto va mostrando progresos.
5. Evaluación
Los prototipos se ponen a prueba, solicitando opiniones sobre la experiencia en base al uso del artefacto. En esta fase se identifican errores y posibles carencias para así prototipar nuevamente incluyendo las diversas mejoras y lograr una transformación de tipo económico. Es así como el Design Thinking ayuda a elegir el problema correcto y lo enmarca en soluciones creativas. Esta nueva forma de generar ideas, plantea un espacio libre para experimentar, donde se entiende que en el proceso puedan existir retos y fracasos, que son necesarios para llegar a la solución ideal.
Las empresas deben estar dispuestos a la innovación y a la vanguardia de la transformación digital, donde las actividades, procesos, competencias y modelos organizativos han sido transformados para aprovechar al máximo los cambios y oportunidades de una combinación de tecnologías digitales. Los proyectos que se ven limitados por tiempo, costo, calidad, recursos, capacidades organizativas y demás aspectos que dificultan su planificación y ejecución exitosa, el Design Thinking ofrece una nueva forma de pensar, donde las empresas buscan generar ideas innovadoras para la creación de nuevos productos o servicios que satisfagan las necesidades de los usuarios finales.
Esta metodología abraza la ambigüedad y curiosidad, centrándose en el ser humano y en la comprensión de las motivaciones de las personas. A pesar de su nombre, esta metodología se puede utilizar en múltiples áreas si se realiza apropiadamente, obteniendo resultados interesantes en diferentes proyectos creativos. Es uno de los pocos marcos donde se permite fracasar para aprender de los errores y así lograr ideas constructivas y optimistas donde todos pueden generar un cambio.
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