Tomar malas decisiones y decir mentiras tienen más relación de la que crees, esto gracias a la disonancia cognitiva. Un claro ejemplo es cuando te propones hacer dieta pero al día siguiente decides comer una enorme hamburguesa pensando que después la vas a quemar haciendo ejercicio, llevándote al autoengaño.
La disonancia cognitiva surgió por todas aquellas personas que tienen una fuerte necesidad interior que los orilla a asegurarse de que sus creencias, actitudes y su conducta son coherentes entre sí; cuando en realidad existe inconsistencia entre éstas y el problema provoca la falta de armonía.
En general, la disonancia cognitiva es la sensación incómoda que tienes cuando tratas de mantener dos o más creencias inconscientes al mismo tiempo o cuando crees algo y actúas de manera contradictoria.
En un estudio reciente, los investigadores identificaron las regiones clave relacionadas con la disonancia cognitiva. El área implicada más consistentemente es la parte posterior de la corteza frontal medial (pMFC), ésta juega un papel importante para evitar resultados aversivos, un poderoso instinto de supervivencia incorporado.
Lo que indica que, una persona a pesar de estar consciente de que mentir no es bueno, siempre va a actuar de diferente manera; pues está comprobado que cuando esto sucede se pone en conflicto su creencia y su pMFC se enciende.
Los investigadores demostraron un vínculo causal entre la actividad de pMFC y el cambio de actitud requerido para reducir la disonancia. Para demostrar esto, indujeron disonancia cognitiva a 52 participantes a los que les pidieron que calificaran dos fondos de pantalla diferentes. Los investigadores se dieron cuenta de que la mayoría de los participantes rechazaron su fondo favorito por el que les agradaba menos, esto por disminuir temporalmente la actividad en el pMFC utilizando una técnica llamada estimulación magnética transcraneal (TMS), también disminuyeron sus cambios de actitud y su deseo de crear consistencia.
Estudios extras revelan que la disonancia cognitiva afecta a otras zonas del cerebro como la ínsula y la corteza prefrontal dorsolateral (DLPFC). La ínsula es la encargada de procesar las emociones y la mayoría de las veces se vuelve más activa cuando te encuentras enojado o molesto; mientras que el DLPFC está fuertemente asociado con el control cognitivo. Un estudio descubrió que interrumpir la actividad de la DLPFC al usarla con electrodos, reduce la medida en que intentas racionalizar tus creencias después de la disonancia cognitiva.
No te asustes, quizá ahora creas que la disonancia cognitiva es mala; es todo lo contrario. En realidad ésta ayuda a mantenerte mentalmente sano y feliz, ya que te provoca satisfacción con las decisiones o elecciones que has tomado. Resolver la disonancia puede ayudarte a evitar que tomes malas decisiones, eligiendo las buenas; ocasionando –quizá– que evites las mejores experiencias de tu vida.
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