El trabajo, compromisos, los deberes de la casa, etcétera, tienes cientos de actividades que te hacen creer que no tienes el tiempo suficiente para dedicárselo a una buena rutina de ejercicio, por lo que se convierte en tu pretexto perfecto para pagar el gym pero jamás pararte por ahí. Pero como todo en esta vida tiene solución, tu entrenamiento no es la excepción porque –aunque no lo creas– puedes llevar acabo una rutina rápida y efectiva al mismo tiempo en el que te bañas.
Si crees que la ducha sólo es para cantar y enjabonarte, estás equivocado, también es un buen lugar para que hagas ejercicio, ya que el agua caliente te ayuda a relajar tus músculos, lo que te permite tener mayor flexibilidad, sin embargo, es importante que antes de que empieces a hacer ejercicio, calientes unos cuentos minutos para evitar que te lastimes. Asimismo, después de que termines tu rutina, si puedes, aguarda en la ducha con agua fría durante 30 segundos, esto te ayudará a tonificar y mejorar la circulación de tu sangre y a estimular tu sistema nervioso. Así que prepara la toalla, prende tu música favorita y listo, ¡a entrenar!
1. Peso muerto
Primero debes colocarte de espaldas mientras estás en la ducha, logrando que el agua caliente caiga sobre tu zona lumbar. Después, prepara algún objeto que pese aproximadamente 5 kilos, puede ser una garrafoncito de agua o una cubeta; ahora, agarra el objeto con ambas manos y extiende tus brazos. Así, flexiona tus piernas y manteniendo tu espalda recta, inclínate hacia tus rodillas y después sube apretando tus glúteos y tu abdomen. Con este ejercicio debes sentir la tensión en la parte de atrás de tus muslos y en tus lumbares. Realiza 12 repeticiones.
2. Trabaja espalda alta
Para este ejercicio puedes usar las mismas botellas de champú; muy fácil, lo único que debes hacer es sujetarlas, una para cada mano (es importante que te asegures de que pesen lo mismo), así, extiende tus brazos frente a ti a la altura de tu pecho y separa completamente a tus extremos. Después de unos segundos, empezarás a sentir tensión en la parte de tu espalda alta al mismo tiempo que cae agua tibia de tu regadera. Haz 12 repeticiones.
3. Piernas y glúteos
Para que obtengas piernas y glúteos firmes, es importante que trabajes generando tensión en estas zonas y manteniendo una posición con ejercicios isométricos. Así que, es hora de las sentadillas.
Coloca tus pies a la altura de tus hombros, flexiona tus rodillas sosteniendo tu peso sobre tus talones, así, mantén tu espalda recta e intenta que tus piernas se mantengan a 45º, tal como si estuvieras sentado en una silla. Es importante que tus rodillas no superen la punta de tus dedos del pie. Resiste esta posición durante 10 segundos y realiza 12 repeticiones.
4. Ejercicios de pecho
Primero debes separar tus manos a la altura de tus hombros y mantenlas apoyadas sobre la pared, así, procura que el agua caiga por tus hombros y realiza fondos acercando tu pecho a tus manos mientras flexionas tus codos hacia afuera. Después de unos instantes sentirás tensión en tus brazos y abdomen, lo que significa que estás haciendo el ejercicio exitosamente. Realiza 12 repeticiones.
5. Ejercicios de tríceps
Con este ejercicio podrás corregir el gordito que se forma en la parte baja de tus brazos. Primero debes poner tus manos con las palmas hacia abajo y a la altura de tu pecho y con poco espacio de separación frente a la regadera. De pie y con el peso de tu cuerpo, dirige tu frente hacia tus manos; tus codos deben estar cerrados y a la misma altura de tus hombros. Prácticamente son planchas en la pared. Haz este ejercicio 15 veces.
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