Todas las mujeres tenemos ciclos menstruales diferentes y la mayoría tenemos un ciclo irregular que nos hace enojar; en el proceso atravesamos por síntomas insoportables como cólicos, dolor de senos, cambios de humor o afectaciones como el SOP; uno de los desequilibrios hormonales más comunes que afecta entre el 8 al 20 % de las mujeres.
Aunque la tecnología de la medicina es bastante beneficiosa para la salud en general, cuando hablamos del equilibrio de nuestras hormonas lo recomendable es usar remedios naturales para no sufrir efectos secundarios; algunos métodos pueden ser un cambio de dieta, sanar nuestras entrañas y evitar el estrés.
En algunas ocasiones, sin importar el tratamiento que llevemos acabo, aún existe un factor que sigue interrumpiendo nuestras hormonas todos los días y es no darle la prioridad y atención que necesita nuestro sueño diariamente.
No dormir bien es un obstáculo que daña a muchas personas y evita que llevemos una vida completamente sana, incluso estudios han demostrado que el sueño es aún más importante que la nutrición y el ejercicio para tener un ritmo saludable.
En las mujeres, el sueño y las hormonas están más conectados de lo que nos imaginamos. Nosotras necesitamos dormir un poco más que los hombres ya que el sueño es crítico para el equilibrio hormonal. La mayoría de las hormonas están controladas por el hipotálamo y la hipófisis, dos órganos que están en nuestro cerebro y dependen de los ritmos circadianos normales. El sueño no controla solamente las hormonas sexuales femeninas como el estrógeno y la progesterona, sino también el cortisol, hasta la insulina y la melatonina.
El sueño tiene demasiados efectos en las hormonas, como una reducción del cortisol, una mejor sensibilidad a la insulina hasta una menor leptina y HGH. En un estudio publicado afirma que una noche de insomnio es suficiente para interrumpir nuestras hormonas, lo que provoca la disminución de la sensibilidad a la glucosa de sangre a la mañana siguiente. Esto afecta nuestro estado de ánimo y nuestros niveles de energía a lo que nos puede llevar a no alimentarnos bien, agregando más problemas a nuestro peso, nuestro cuerpo y a nuestras hormonas.
En una investigación publicada en la revista Nature and Science of Sleep, realizaron estudios clínicos que indican que las alteraciones y trastornos del sueño, como la apnea obstructiva del sueño y la somnolencia diurna excesiva, ocurren mayormente en las mujeres con SOP, lo que significa que la falta de sueño puede conducir a desequilibrios hormonales, y los desequilibrios hormonales pueden contribuir a un mal sueño.
Nuestras hormonas sexuales están íntimamente ligadas a nuestros ritmos circadianos y cuando escaseamos de sueño, podemos activar un aumento de cortisol y una disminución de la melatonina, que a su vez puede afectar la producción de progesterona. Por este proceso las mujeres podemos experimentar más ansiedad, síntomas del síndrome premenstrual e insomnio, lo que empeora aún más el desequilibrio de las hormonas.
Es importante que le demos la atención que se merece a nuestro sueño para aliviar el desequilibrio hormonal. Lo recomendable es que durmamos entre 8 a 9 horas para que realmente podamos mantener equilibradas las hormonas del hambre y las hormonas sexuales. Cuando dormimos lo suficiente, nuestro cuerpo puede producir más, repararse y limpiar a nivel general en nuestro cuerpo.
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