Cuando vamos en el transporte, caminamos o corremos, la acción inmediata que buscamos es encontrar un lugar para descansar después del ajetreado momento que vivimos. Todo el tiempo queremos estar sentados, estamos tan acostumbrados a la rutina de oficina y estar en casa que sentimos que lo correcto es poner nuestras asentaderas en un lugar firme que sostenga el resto de nuestro cuerpo. Nunca imaginamos el daño extremo que nos hacemos cuando preferimos seguir descansando en un asiento a pararnos y caminar por unos instantes.¿Qué tiene de malo reposar nuestras nalgas en algún lugar? Mientras más tiempo permanecemos sentados, nuestro cuerpo se atrofia lentamente. Nuestro organismo cuenta los minutos para que estemos de pie de nuevo, porque ese ligero estiramiento que hacemos cada vez que nos levantamos permite que verdaderamente descansemos de la rutina.Estar sentado por periodos breves no nos afecta, pero cuando pasamos la mayoría del día en esta posición hay un problema con lo que ocurre en nuestro organismo. El cuerpo humano tiene unas 360 articulaciones y 700 músculos esqueléticos que nos permiten movernos fácil y fluidamente, por lo que lo natural para las personas es moverse, no quedarse estáticos en un lugar por ocho, diez o las horas que sean.Nuestro cuerpo puede ponerse de pie, derecho, sin encorvaduras gracias a todas esas articulaciones y músculos, pero mientras más tiempo permanezcamos sentados esos músculos y articulaciones se atrofian, la sangre deja de circular correctamente y todas nuestras células se perjudican. Te compartimos una serie de funciones que se atrofian con el pasar de las horas nalga en la oficina o la escuela.
La columna
El movimiento nos brinda una piel elástica, cada paso se amolda perfectamente gracias a esa propiedad y todo ocurre como como la evolución manda. Si por el contrario, tu movimiento es casi nulo, todo cambia. La columna vertebral, compuesta de huesos, discos de cartílago, articulaciones, músculos y ligamento que le permiten estar junta poco a poco se debilita.La mayoría de nosotros nos sentamos con la espalda encorvada y los hombros caídos, lo que presiona de forma desigual a nuestra columna. Esto desgasta los discos, sobrecarga los ligamentos y las articulaciones, los músculos se estiran y nuestra postura poco a poco cambia jorobarnos de por vida.–
La respiración
Esa postura también reduce nuestra cavidad torácica y los pulmones tienen menos espacio para expandirse, por lo que nuestro oxígeno se ve limitado temporalmente. El oxigeno es responsable de nuestra respiración y de filtrar la sangre. Menos oxígeno, menos posibilidades de que estos dos procesos se lleven a cabo correctamente y nos volvemos más lentos, tanto en movimientos como cerebralmente.–
Nuestras extremidades
Alrededor de todo nuestro esqueleto hay, como todos sabemos, músculo, nervios, arterias y venas. Éstas componen el tejido blando del cuerpo y cuando nos sentamos se comprimen, aprietan y presionan, por lo que estos tejidos son los más afectados. Los síntomas que tenemos cuando esto ocurre son entumecimiento de las extremidades: el tejido blando puede, de hecho, bloquearse y hacer que las extremidades se hinchen. –
Más grasa
Una enzima especial de las paredes de los capilares sanguíneos encargada de descomponer las grasas en la sangre no funciona correctamente al estar sentados, por lo que en esta posición no quemas grasa de la misma manera que cuando estás en movimiento.-Cerebro
Cuando pensamos, escribimos o leemos, normalmente nos sentamos, pero con un toque de ironía, la vida nos castiga: sentarnos nos hace pensar menos pues reduce el flujo sanguíneo y la cantidad de oxígeno que entra a los pulmones. El cerebro requiere de ellos para permanecer alerta, por lo que los niveles de concentración se disminuyen.–
Graves enfermedades
Estar sentados no sólo influye en nuestro organismo a corto plazo y genera problemas aparentemente pequeños. Estudios recientes demuestran que, si no sentamos por largos periodos de tiempo podemos desarrollar ciertos tipos de cáncer y enfermedades del corazón. Además, está ligado a problemas de diabetes, riñón e hígado.
Según los investigadores, la inactividad provoca aproximadamente el 9 % de las muertes prematuras al año. Lo que supone más de 5 millones de personas.
Después de saber esto y conocer que el cuerpo no está hecho para ser sedentario, deberías tomar medidas sencillas y eficaces que te permitan pararte por lo menos cada hora, tu cuerpo te lo agradecerá y tú también te sentirás mejor. Da un paseo, ve al baño, sírvete un vaso de agua o haz lo que tengas que hacer para pararte por unos instantes de tu lugar.
https://www.youtube.com/watch?v=WzvWeQ-Iwk0
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Referencia: TED Ed