Viajar en un jet privado cuando lo desees, vestir ropa de diseñador todos los días, pedirle a un grupo de personas que se encarguen de todas tus tareas domésticas o practicar findom son algunas de las muchas cosas que jamás podrás hacer si no eres o llegas a ser millonario.
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¿De qué hablamos?
Findom es el nombre que se le da a una especie de fetiche caracterizado por el intercambio entre un fetichista sumiso que financia y llena de costosos regalos a su money domme, una mujer dominante que los humilla para satisfacerlos.
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¿Quiénes lo practican?
Por lógica podrás concluir que sólo quienes poseen un poder adquisitivo alto para depositarle cierta cantidad de dinero a su dominatriz pueden gozar de esta “práctica erótica”. Aunque en ocasiones el intercambio entre un hombre sumiso y una domme incluye prácticas BDSM, la mayoría de las veces la relación entre esclavo y ama no incluye ningún tipo de intimidad y todo queda en el plan online.
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¿Por qué se trata de un fetiche sexual?
No hay orgasmos, dolor durante el sexo ni compañía romántica que satisfaga a alguna de las partes; lo que excita al sumiso es el placer de controlar las finanzas de una mujer que, además de amar el dinero, goza que alguien más controle sus ingresos y gastos.
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¿Existen consecuencias?
En primer lugar, las domme corren grandes riesgos al darle sus datos a un desconocido con el que acuerdan hacer este intercambio. Por otro lado, el financiador puede llegar a perderlo todo: dinero, bienes materiales, seguridad financiera, cordura y otros aspectos que involucran su estabilidad emocional.
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¿Cómo funcionan estas relaciones?
Un cash pig –como se reconoce a un hombre que paga por ser humillado por la mujer a la que mantiene– busca a una o varias dommes por medio de las redes sociales o sitios especializados en Internet que deseen recibir dinero y obsequios lujosos. Ellas, por su parte, aceptan renunciar al control de sus finanzas y así es como el acuerdo se convierte en un fetiche sexual excitante para ambos.
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¿Qué hay detrás de este fetiche?
Findom es el resultado de la extraña relación que el ser humano siempre ha tenido con el dinero. Éste lo vincula con el poder y el control, por ello, tener el dominio de las finanzas de alguien más resulta sexualmente excitante para varios. Sin embargo, este trueque también es un alarmante reflejo de la cultura machista que aún rige las mentes de ambos géneros, pues las dommes son mujeres que sienten suma satisfacción cuando otros pagan por su compañía, cuando alguien las mantiene o cuando por medio de transferencias bancarias alguien vuelve realidad cada uno de sus caprichos.
La mente del ser humano está repleta de extrañas locuras, conoce los 10 fetiches sexuales más extraños y lee sobre el feedismo.