Todos alguna vez hemos tenido que tolerar a una persona que no es exactamente de tu agrado. Sin embargo, devolver un insulto sin quedar como un simple grosero puede ser todo un arte. En ese sentido, el sarcasmo, como signo del estilo y la elegancia de la personalidad, es otro síntoma de la inteligencia. Sobre todo porque nos hace distinguir con una actitud desinteresada a quien pretende colmar nuestra paciencia. Se trata de un humor negro o ácido, aunque bien podría llamarse exquisito y elevado, que se caracteriza por emplear un lenguaje irónico e indirecto que probablemente no comprenderá el individuo.
Muchas personas que se identifican como sarcásticas afirman que no pueden reprimir los comentarios mordaces hacia los demás. Para ellos, suele ser algo tan natural que lo emplean en su vida cotidiana. Algunos creen que recurrir a este tipo de lenguaje es la peor muestra de burla contra alguien, pues ser sarcástico no es en su totalidad malo. Según una investigación publicada en la revista Smithsonian, el cerebro tiene que esforzarse para procesar el sarcasmo, lo que puede traducirse en la obtención de una mejor capacidad de resolución de problemas.
En la actualidad, carecer de sentido de sarcasmo se vuelve una desventaja, pues tiene un valor de supervivencia a la hora de interactuar socialmente. Es decir, aquel que no lo comprende es víctima de más humillación. Todo mundo lo utiliza en cualquier contexto. Claro, unos mejor que otros, pero su mala utilización es tan recurrente que conviene saber algunos aspectos para mostrar genuino ingenio. El tono de la voz y un lenguaje indirecto con actitud negativa es determinante en el significado de una frase sarcástica, por lo que puede convertirse en un arma peligrosa. Asimismo, se mantiene una actitud que demuestra lo insignificante que resulta para ellos tener un conflicto.
La mayoría de las veces, aplicar este humor se convierte una tarea complicada, pues no deberían tomarse personalmente los comentarios del otro, por eso es preciso no olvidar que tú eres el de la mente fría. A continuación te presentamos algunas frases sarcásticas para responder con elegancia y estilo a la insolencia de los demás.
“¿Alguien te dijo alguna vez que eres una persona increíblemente promedio?”
“Perdón, ¿qué dijiste? Es que no escuché por estar pensando en lo mucho que me vale tu opinión”
“¿Qué adulto actúa de esa forma?”
“Me encanta cómo dices cosas obvias con la sensación de que descubriste algo”
“Estaría de acuerdo contigo, pero luego estaríamos los dos equivocados”
“Me han dicho cosas peores y gente mucho mejor que tú”
“Puedo explicártelo, pero no puedo entenderlo por ti”
“¡Increíble! Realmente estás dando lo mejor de ti”
“Disculpa, pero tengo cosas mejores con las que perder el tiempo”
“Ah, ya entiendo… Esta es la razón por la que las personas hablan mal de ti cuando no estás”
“El cerebro combina con todo, úsalo”
“Eres tan insoportable que tú vas a tocarle la puerta a los testigos de Jehová”
“Quisiera poder disfrutar del discreto encanto de que te calles la boca”
“Voy a poner tus opiniones a plazo fijo, a ver si así me generan un poquito de interés”
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Hoy el sarcasmo ha sido mejor aceptado, se ha difundido a través de ilustraciones de la cultura pop, memes, comentarios en las redes sociales y especilamente películas de humor negro.