«Lili, hay un millón de razones por las que te quiero: me haces reír, me cuidas cuando estoy enfermo, eres tierna y cariñosa. Incluso te inventaste un plato con huevos y le pusiste mi nombre —le echa una salsa italiana a los huevos revueltos antes de cocinarlos, los llama huevos Marshall y están buenísimos—. Pero la razón principal por la que te quiero, es porque eres mi mejor amiga Lili, eres la mejor amiga que he tenido nunca».
Esos son los votos con los que Marshall Eriksen y Lily Aldrin aceptan unir sus vidas para siempre. How I Meet Your Mother tuvo el éxito que tuvo en buena parte por esta ficticia relación; representaba el ideal de muchas parejas que sabían que no serían perfectas todo el tiempo, pero que el amor que se profesaban lo reparaba todo.
Seguro has visto decenas de parejas felices en tu vida; parece que todo les sale bien, que nunca discuten y que han nacido para estar con el otro. ¿Cómo lo hacen? Lejos de lo que puedas pensar, esto se logra con acciones simples, fáciles e intuitivas:
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Ámate
Este es un principio fundamental. Nadie puede amar a otro si no se ama a sí mismo, es una verdad irrefutable. ¿Por qué? Porque para que la preocupación y cariño por los demás sea realmente verdadera, es necesario saber amarse a sí mismo. De otro modo es muy probable que se de una relación de codependencia o una búsqueda insaciable de llenar vacíos emocionales propios.
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Distingue el amor del apego
Sentir la necesidad de alguien no es precisamente amor. El apego emocional, el miedo a estar solos, el temor al “qué dirán” o los miles de prejuicios de no estar en una relación de pareja hacen que las personas se instalen en relaciones sin sentido. Diferenciar todas estas causas de un verdadero sentimiento de amor es la base fundamental para comenzar una relación real.
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Si vas a aceptar, acepta, no sólo “toleres”
“Soportar” que no te conteste los mensajes cuando le escribes, “tolerar” que se enoje cuando hay tráfico, “aguantar” que se despierte con mal humor no es aceptar. La diferencia entre tolerar y aceptar es abismal e importantísima: cuando amas, aceptas y al aceptar no deseas que las cosas sean diferentes. Debe quedarte claro que no eres ni su maestro de vida, ni su correctora moral, ni su padre o su madre; tu pareja va a tener defectos, pero —aunque puedes hacérselos notar— debes dejar de pensar que tú los corregirás.
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Alienta su libertad
No es un objeto, aunque te empeñes en tratarlo como tal. No estará a tu disposición a cualquier hora todos los días, no serás la prioridad más grande de su vida y no dedicará cada minuto a pensar en ti. No es que no te quiera, es que es una persona independiente, libre, dueña de su cuerpo y su mente. Pregúntate si lo que deseas es amar a esa persona o que esa persona te ame a ti, si es lo primero, sabrás que amar significa alimentar el bienestar del otro.
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Respeta
El respeto es un concepto muy mangoneado; nadie cree en él e incluso se toma por obsoleto. Tener respeto por alguien no es no hablarle con groserías, abrirle la puerta del coche o rendirle honores; es reconocer que el otro es un ser humano con los mismos defectos y virtudes que cualquier otra persona en el mundo, incluso como tú. También, que puede equivocarse o acertar pero, independientemente de ello, posee una dignidad inalienable que no puede transgredirse física, mental ni emocionalmente.
Si quieres conocer a una verdadera pareja que se ama y respeta en todo momento, ve la Segunda Lección de El Manual del Amor:
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Nutre la honestidad
Se supone que es una persona que amas. Si amas a alguien no buscas hacerle daño; no es cierto que “quien te ama te hará llorar”. La honestidad es la base fundamental de cualquier relación humana. No sólo se trata de evitar infidelidades, sino de limpiar de mentiras el terreno donde siembren su relación; sólo de ese modo podrá crecer un amor sano y real.
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Quítate de la mente que será perfecta
Siempre van a existir errores, siempre. Las personas cambian con el tiempo; lo que en un momento creían se modifica al día siguiente, lo que antes se aborrecía se empieza a adoptar de manera regular. Ningún plan es infalible, pero una buena relación no es aquella donde todo sea un jardín en primavera, sino la que aprende a enfrentar los problemas juntos.
Una relación perfecta puede terminar. No es cierto que el amor es tal sólo si es para siempre; el tiempo que dure puede ser feliz. Claro, no estará libre de errores y de momentos malos, pero te reglará la oportunidad de sentirte pleno y satisfecho.
Nadie tiene un manual para una relación perfecta, eso es imposible. Sin embargo, si amas de manera libre, consciente y real, verás cómo por automático las cosas irán fluyendo bien.
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Si quieres saber más de amor y relaciones, descubre qué hacer si en tu relación hay mucho amor y poco sexo y conoce las 8 cosas que las mujeres odian en una relación y nunca se atreven a decir.