Con el boom de las redes sociales y las plataformas digitales, el ritmo y estilo de la vida que llevamos ha cambiado. Ahora estamos conectados a alguna de ellas todo el tiempo, pues existen muchas actividades que puedes hacer desde una pantalla, basta con un click para poder resolver algunas dificultades que se presentan en la cotidianidad. Seguro conoce las bondades y disfrutas de ellas, como ahora mismo, pero quizá no hemos pensado en un par de cosas y podrías estar enviando información sobre quién eres, tus gustos y lo que buscas sin darte cuenta; es más, quizá no sabes lo fácil que podría ser encontrarte, saber quiénes son tus amigos, dónde estudiaste; incluso tus gustos, lo que lees y lo que no y hasta los lugares que frecuentas. La realidad es que aunque trates de mantener tu ubicación y los filtros de seguridad altos, eso no es impedimento para que tu información esté en la red.
Ahora nuestro mundo se reduce al tamaño de la pantalla de nuestro celular; puedes elegir a quién seguir o descartar, quién te lee y qué noticias o publicidad quieres recibir, por mencionar algunas cosas, y aun así puede que te parezca magia encontrar sugerencias sobre temas parecidos a tus búsquedas anteriores, pero el destino y misticismo no existen en Internet, es el resultado de los clicks que das.
A continuación enlistamos algunos elementos que hablan de ti -y por ti- en las redes sociales, y que transmiten un mensaje para quienes se topan con tu perfil en la red:
Tu foto de perfil es tu carta de presentación
Todos elegimos la mejor foto para que sea la de perfil, nadie pone una donde se piense poco atractivo. En realidad pudiera considerarse un acto de narcisismo según algunos especialistas, pero no tiene nada de malo si contemplas que es tu carta de presentación ante un océano de personas. Sólo piensa esto: ¿así te ves todos los días? ¿Si alguien que no te conoce en este momento se encuentra contigo, encontraría muchas diferencias? Los filtros y photoshop son los mejores amigos de muchos, pero, ¿que tanto se apegan a la realidad? Esperamos que nunca te hayan dicho -ni te digan- “No te pareces”, evita el mal rato y pon un poco más de atención la próxima vez que elijas tu foto de perfil.
¿Qué tanto sabes?
Si compartes citas, frases, entrevistas o libros que cambiaron tu vida eso habla muy bien de ti, pero está comprobado que un gran porcentaje de las personas sólo leen los primeros párrafos o el encabezado de los textos en Internet. No dupliques opiniones. También asegúrate de entender el contenido de lo que compartes o de los likes que das cada día. Puedes encontrarte con algunas sorpresas.
Combate en línea
Siempre existirá el subversivo, el fanático con fe ciega, el que habla y argumenta aun sabiendo que no tiene ni idea de lo que dice, pero que está dispuesto a dar batalla. Volverse “el incómodo” destapando una injusticia o nutriendo un tema de opinión está perfecto, pero ser el que pretende ilustrar y acabar siendo atacado por otros usuarios es innecesario, por eso pregúntate: ¿Cuántas veces has comentado una publicación sin reflexionar verdaderamente? No está mal, pero argumentar con razón; la cabeza vacía no es recomendable, sobre todo porque eso circulará por ahí hasta el fin de los tiempos.
¿Tus publicaciones tienen congruencia con la manera en la vives?
¿A quién idolatras y apoyas en línea? Todos tenemos alguien a quien admiramos, esa persona a la que le creemos todo -o casi todo-, pero piensa que ellos también tienen una vida fuera de Internet. Asegúrate de que exista congruencia, no sólo en aquellos con los que simpatizas sino también en tu vida. Los ejemplos son claros, publicar contra el capitalismo desde un Starbucks con tu iPhone no es lo más congruente que digamos.
Amigos, relaciones y amores fallidos: todo en línea
Lo que haces tiene eco en la eternidad llamada: Internet. Esta herramienta te permite rastrear fotos de la persona con la que estás saliendo, los comentarios y hasta las fotos que subiste en el mejor momento de la relación con tu ex; es tan fácil armar un rompecabezas con toda la información que circula que es espeluznante. Mantener tu privacidad es cuestión de salud emocional y mental, no es tema de debate público ni reality show, por eso se cobra, no lo hagas gratis.
Protege tus sueños
Compartir tus sueños no tiene nada de malo, al contrario, pero en algunos momentos gritárselo al mundo desde tu muro está de más, en esos momentos estarás lo suficientemente ocupado como para publicar que estás viviendo el mejor momento de tu vida.
¿Realidad o ficción?
Internet puede darnos mucha información, imágenes, emociones, ilusiones y hasta buenos amigos, pero no pierdas de vista la realidad. No todo lo que ves o lees es genuino, existe tanta información que vale la pena detenerte a pensar: ¿realmente es cierto? Se trata de filtrar, no vale la pena acumular información ni regalar tu vida a los demás.
Existe un dicho que reza “nunca publiques ni hables sobre tres cosas”: tu estado sentimental, tus ingresos y tus futuros proyectos. No se trata de evitar la envidia, se trata de privacidad y discreción. Tener evidencia y recuerdos es sano, pero maquillar y ventilar tu vida no, así que la próxima vez que mueras por contarle al mundo el plan que tienes para conquistar a la humanidad, piénsalo dos veces, en ocasiones es más sano y reconfortante que sólo tú sepas algunos detalles de tu vida.
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Y aunque sabemos que no es suficiente, tener filtros de privacidad sí ayuda para que sólo las personas que realmente quieras que sepan de ti, lo hagan, por eso te decimos cómo Aprender a configurar tu perfil de Facebook en contra de cualquier stalker.