La mujer francesa siempre ha sido un enigma. Su manera de caminar, su aroma al atravesar un gran salón, la mirada que proyecta al presentarse en una fiesta, la voz que emite al estar frente a un enorme foro; todo es un misterio al verla rompiendo la atmósfera que nos circunda. Pero, ¿qué es eso que la hace tan única en el mundo? Por qué nos fascina con su silueta y su danzar sin darnos, aunque sea, una mínima pista de cómo lo logra, es algo que hace única a la fémina que respira en el país de la moda y el glamour europeos, sin revelarse del todo ante nuestros ojos.
“La silueta gala, aparentemente, tiene algo que enseñarnos sobre garbo, soltura, calamidad y tragedia radiante; sin embargo, todavía no logramos desenmascarar qué conforma esa imagen”.
La mujer francesa es una mezcla perfecta; es un coctel exquisito de drama y elegancia. El estilo de ese país entero, el cual grita a cada instante el significado de innovación y belleza, posee a toda figura femenina con dotes de clase, perspectiva y teatralidad. Su aportación, tanto expresiva como de reflexión, ha roto cualquier perspectiva en el planeta Tierra de lo que quiere decir distinción y gracia, con una pequeña dosis de aflicción o exuberancia sofisticada. La silueta gala, aparentemente, tiene algo que enseñarnos sobre garbo, soltura, calamidad y tragedia radiante; sin embargo, todavía no logramos desenmascarar qué conforma esa imagen.
Por ello, ¿quiénes pueden darnos una lección (histórica) de lo que se distingue como una personalidad auténticamente francesa y de tintes tanto histriónicos como selectos?
Con el paso de los años, dependiendo de ciertas modas y muy diversos contextos, la ama de la república más refinada y melodramática ha tenido múltiples rostros. Entre ellos se encuentran:
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Jeanne Moreau
Completamente audaz, sin temor al ingenio o al estruendo, Jeanne fue en los años 60 el ejemplo perfecto de lo que requería ser una gran dama de Francia y demostrarlo constantemente en los filmes que se consumían alrededor del mundo. Orson Welles la describió como la más increíble actriz entre nosotros.
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Audrey Tautou
Comunmente ciscunscrita al papel de Amélie, Audrey es una chica que se ha tenido que esforzar por demostrar que su personalidad va más allá de esa otra fémina increíble en el cine de ficción. Su mirada tranquila, atuendos de usual serenidad y actitud melancólica, la hacen un ejemplo a seguir siempre.
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Simone de Beauvoir
Cuando se piensa en un estilo sobrio, que conjugue feminidad con intelecto y emoción, no se puede pensar en absolutamente nadie más que en la académica más controversial de Francia: Simone. Elegancia y seriedad son esa mirada que debemos captar a cada segundo.
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Sonia Rykiel
Una diseñadora legendaria que rompió con los paradigmas de la moda y el tejido, adelantándose al tiempo que la vio crecer, además de marcar una línea de experimentaciones nunca antes vista en la historia. Su persona transparenta innovación y reto en cada movimiento.
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Betty Catroux
¿Quién era esa esbelta y sofisticada silueta que acompañaba siempre a Yves Saint Laurent? Nadie más y nadie menos que la chica andrógina y rebelde del París sesentero. Betty rompió esquemas de masculinidad y feminidad, sirviendo de inspiración para su gran amigo, además de modelo para Chanel.
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Catherine Deneuve
También amiga y aliada de YSL, Catherine fungió un papel primordial para el estilo de París y lo que en América entendimos alguna vez como glamour europeo. Según ella, como mujer, sólo se necesita un fuerte allure y un par de buenos zapatos para no ser derribada nunca, por nada ni nadie.
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Brigitte Bardot
Con una larga cabellera rubia o un corte diminuto en color castaño, Brigitte nos hizo creer que el teatro, la belleza, las lágrimas y las risas podían convivir perfectamente en un mismo cuerpo. Sin duda, tuvo razón toda la vida, y por eso se le recuerda hoy como una fémina sin igual en la historia de la moda.
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Marion Cotillard
Ama y señora de lo francés contemporáneo. Todos la respetamos como ese ícono de estilo sobrio en Hollywood, cada día más necesitado de bellezas extranjeras, pero sobre todo, amante de las tendencias más pulcras y melancólica de la era. Sin Marion, ¿quién hablaría por la Gran Nación hoy ante el inmenso mundo?
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Lou Doillon
Hija de Jane Birkin y Jacques Doillon, era de esperarse que heredara todo la distinción y el très chic de sus padres; sin embargo, lográndolo, también supo imponer su propia firma en cada paso que da y demostrar que el estilo francés puede venir tanto de un mercado de pulgas como de una bella boutique. Humor y confianza son los principales accesorios de esta francesa sin igual.
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Edith Piaf
Elegancia y dolor en cada gesto son el elemento central de esta gran dama de la canción. Su voz, su eterno vestido negro, su mirada de desconsuelo, sus tacones fuertes, su inteligencia al charlar, son sólo los elementos visibles de una mujer que estableció en el vestir un poco de femme fatale con otro tanto de amargura exquisita. Piaf será por siempre el ícono de la feminidad que se encuentra devastada, pero aún así se arregla todos los días para enfrentar al mundo.
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Gabrielle Chanel
Mejor conocida como Coco, es obvio que la mademoiselle más extraordinaria de todos los tiempos debía figurar en nuestra lista; esa mente brillante que luchó con todo lo que pudo por hacer de lo femenino algo digno de reconocimiento, esfuerzo, calamidad e irreverencia, siempre en un alto sentido de la moda. Desde un estilo andrógino, la apropiación de los pantalones y las telas “masculinas” hasta el bronceado en la piel, Chanel es responsable de mucho de lo que hoy vivimos. Gabrielle es la mujer que nos enseñó a todos –hombres y mujeres– a ser una verdadera dueña de la honorabilidad, al mismo tiempo que del atrevimiento.
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La chica francesa es única, es irrepetible; no obstante, mucho podemos aprender de ellas mientras les admiramos a la distancia. Son ellas las grandes responsables de la moda y la aspiración a la delicadeza en la Tierra; son los ejemplos a seguir para reconocer que la clase no se halla en una prenda, sino en la actitud y la intensidad con que se actúa. Para continuar con el tema, revisa entonces las razones por las que las chicas francesas siempre se ven a la moda y diviértete con las lecciones para comenzar a vivir como chica francesa de la artista Eloïse Héritier.