El problema de la Moda contemporánea no es el plagio en sí, sino la cultura de la no-proposición que ésta conlleva. Michael Kors presentó el pasado jueves 13 de septiembre de 2018 su colección para primavera 2019; en ella, resaltó la presencia de un suéter ultraconocido para el panorama mexicano: la típica jerga que puedes comprar en los mercados más tradicionales del país.
¿El denunciante? Santiago PGM, conocido artista mexicano. En su cuenta de Facebook publicó una imagen comparativa entre lo visto en la pasarela del diseñador norteamericano y su clásica sudadera de confección nacional. «Nueva colección Michael Kors que probablemente cuesta miles de pesos… Sudadera que compré en el mercado de Coyoacán hace dos años por $180.00 pesos. ♂️ ♂️ ♂️ Por esto y muchas cosas más odio la industria de la Moda», expresó el fotógrafo.
Pero el conflicto va mucho más allá del precio. Si bien un factor determinante para el descontento o la acusación es el disparo entre costos, debemos entender que los signos de la Moda cambian, mutan, simulan mensajes que incluso no están del todo en sus formas, y eso modifica drásticamente su valor económico. Allí el éxito, por ejemplo, de que hoy cuesten miles de pesos unos tenis horrendos de FILA que hace años sólo hubiera usado un ñoñazo en el colegio. Lo que en verdad es cuestionable en todo esto, entonces, es que un diseño se calque por completo y no se utilice sólo como referencia o inspiración.
Francisco Saldaña, director creativo de la marca mexicana Malafacha, ha dicho al respecto para El Universal: «Los límites sobre lo creativo, la propuesta y lo “genuino” se borran; vivimos en una era del copy-paste». Y es que aún cuando esta prenda represente la influencia de la multiculturalidad, nos trae al frente otro conflicto: el de quedarnos en un nivel de sólo copiar y pegar en el sistema de la Moda y que, por ende, las colecciones pierdan su sentido de propuesta y “alma”.
Sabemos perfectamente que la originalidad absoluta es una quimera, que los descubrimientos se dificultan en la Moda; sin embargo, la singularidad y la innovación están en expresar las mismas cosas que siempre han atravesado al mundo, pero desde otros horizontes y otros lenguajes. Algo que es complicadísimo de encontrar hoy en las plataformas del fashion, tan permeadas por el algoritmo y la urgencia de posicionamiento o gusto fácil. Eso y que la prontitud de una calca es el resultado de un revisionismo mal entendido.
La impresión de plagio es otro asunto. Mientras México, por seguir con este caso en particular, no genere reglamentaciones o acciones jurídicas en el plano del patrimonio cultural y sus apropiaciones, un juego donde el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) está más que involucrado y al cual debería voltear la Cámara Nacional de la Industria Textil con urgencia, el conflicto seguirá lleno de huecos. Especialmente en el terreno del vestido, donde el copyright es una dificultad por sí misma y abre conflictos éticos y antropológicos que aún faltan por revisar, puesto que no se pueden registrar derechos de autor sobre algo fundamentalmente utilitario como la ropa.
La Moda actual está en crisis más allá del plagio. Esto es sólo una de las tantas puntas del iceberg en que vive hoy la creatividad y el sistema de nuestro nicho.
Con información de El Universal y Grupo Expansión.