El reino animal es un misterio que ha llevado años destapar poco a poco y, aunque aún falte mucho por descubrir y estudiar, la ciencia ha dado un paso más pues expertos han encontrado que el cerebro no es necesario a la hora de dormir y fue un pequeño animalito el que los ayudó a llegar a esta conclusión.
Se trata de la Hydra vulgaris, también conocida como pólipo de agua dulce, es una animal béquelos de agua dulce que pertenece a la familia de los Cnidarios, mide menos de 30 mm x 1 mm y, una de sus mayores características, es que carece de cerebro pero eso no es impedimento para que logre dormir. Lo que les aseguró a los científicos que el cerebro no es indispensable a la hora de conciliar el sueño.
El estudio fue realizado por científicos de la Universidad de Kyushu, Japón, junto con el instituto Nacional de Ciencia y Tecnología de Ulsan, Corea, en él integraron una investigación sobre los Cnidarios utilizando las Hydra Vulgares como referencia. De este modo, descubrieron que sí es posible que el cerebro se haya desarrollado después del hábito de dormir.
Los expertos mencionan que a pesar de que no hay un sistema nervioso central como en la mayoría de los seres vivos, estos animales alcanzan un estado similar al del sueño, asimismo, encontraron moléculas asociadas con el sueño en animales más revolucionados.
Taichi Q. Itoh, profesor asistente de la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Kyushu, menciona que todavía quedan muchas preguntas sobre cómo surgió el sueño en los animales pero las hidras proporcionan una criatura fácil de manejar para investigar más a fondo los mecanismos detallados que producen el sueño en animales sin cerebro.
Se cree que los cnidarios no tienen cerebro debido a que carecen de un sistema nervioso centralizado; su red nerviosa difusa enerva la mayor parte del cuerpo y, quizá, representa la organización ancestral del sistema nervioso.
Para llegar a esta conclusión, los expertos monitorearon a través de videos, los movimientos de las Hydra Vulgaris y, de este modo, determinaron los momentos en los que dejaban de moverse por estar dormidas y cuando despertaban con un destello de luz.
Así, los expertos se dieron cuenta de que tienen ciclos de descanso de cuatro horas y encontraron la evidencia de que los animales adquirieron mecanismos relacionados con el sueño antes del desarrollo evolutivo del sistema nervioso central, muchos de estos mecanismos se conversaron durante la evolución de los cerebros, de acuerdo con Taichi Q. Itoh.
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