Siempre que bebes te das cuenta de que la persona que está conviviendo en la fiesta no es la misma con la que lidias todos días, ésta nueva, en casi todas las reuniones, es más sociable, graciosa, parlanchina y muy alegre, y en tu cinco sentidos no eres así. La mayoría de las personas que toman, hacen muchas cosas de las que se arrepienten al siguiente día: tonterías, arranques, llantos, llamadas, y miles de cosas que se pueden hacer con el alcohol encima, pero ¿qué pensarías que todo esto que haces sólo es reflejo de tu verdadera personalidad?
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De acuerdo con un estudio realizado por Clinical Psychological Socience, en Estados Unidos, confirmó que la personalidad que adoptas y la manera con la actúas después de tomar unas cuantas copas, definitivamente sigue siendo la misma que cuando estás sobrio. Esto quiere decir que, no puedes justiciarte con el alcohol, ya que con o sin éste eres la misma persona y sólo no lo aceptas cuando haces cosas que te avergüenzan.
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La Universidad de Missouri junto con la Universidad de Purdue fueron los encargados del estudio que reveló lo anterior. Su principal objetivo era averiguar si realmente existen cambios bruscos en la personalidad bajo los efectos del alcohol. Los expertos reunieron a 156 participantes y los juntaron con sus amigos para realizarles una encuesta.
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La encuesta reunía preguntas que los participantes debían contestar alcoholizados y sobrios, cuando estos estaban borrachos registraron que se sentían distintos, y sus amigos de toda la vida –que no habían ingerido ni una sola gota de alcohol– no notaron algún cambio radical de personalidad en ellos, sólo los notaron un poco más extrovertidos.
El comunicado que dio la Universidad de Missouri fue que los participantes informaron que sí experimentaron diferencias en todos los factores del Modelo de la personalidad de cinco factores, pero que la extroversión fue el único que se pudo percibir con fuerza para ser diferente entre los participantes en cuanto al alcoholismo y condiciones de sobriedad.
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Así, los expertos determinaron que, cuando bebes y te vuelves más alegre, enojado, agresivo, romántico, triste, gracioso, parlanchín, o simplemente te da sueño, se debe al efecto placebo; esto es debido a que si tienes en mente que el alcohol va a provocar un cierto estado de ánimo en ti, entonces es probable que sí lo haga. Es importante mencionar que esto sólo aplica para las personas que están casi completamente conscientes.
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