Sean buenas o malas, todos tenemos experiencias que contar acerca del amor. Parece que éste es un común denominador en nosotros; sin embargo, en la actualidad muchas personas decidimos no comprometernos con alguien por miedo a que nos rompan el corazón o, simplemente, retroceder del sitio en el que nos encontramos emocionalmente. Pero entonces, ¿te has preguntado por qué ya nadie cree en el amor? Te presentamos tres puntos que son clave para entenderlo:
1. La tecnología
Al parecer una de los culpables es la tecnología, ya que con ella las relaciones personales se han desvirtuado, pues en lugar de acercarnos a las personas nos alejan cada vez más. La parte emocional queda en segundo término cuando se trata de conocer a alguien, cuando una persona nos llama la atención lo primero que hacemos es buscarlo a través de redes sociales, stalkear un poco y después enviar un mensaje por WhatsApp. Ya no hay una interacción frente a frente, ya no hay espontaneidad en el intercambio de sonrisas, todo queda en un emoticón o en un “jajaja” que no complementamos con la mueca de nuestro rostro.
Ver también: Beneficios de comenzar una relación amorosa a través de las redes sociales
2. Nadie acepta consejos
Otro aspecto importante es que dar consejos sobre relaciones personales es muy difícil al vivir en una sociedad cada vez es más ansiosa y que parece conformarse con momentos efímeros o vacíos. Las personas ya no se detienen a tomar un respiro para dar pasos lentos que forjen caminos llenos de confianza. Idealizamos una pareja con virtudes imaginarias y nos olvidamos que conocer a alguien lleva tiempo, no es de la noche a la mañana o simplemente porque su físico es casi perfecto. Debemos conocer cuáles son sus objetivos de vida, cuáles son sus valores familiares, la religión que profesan, sus costumbres, sus gustos, sus metas.
3. Una relación es como una carrera de caballos
Imagina que eres uno de ellos y que el caballo que te agrada también está en la competencia, los dos tienen muchas ganas de llegar gloriosos a la meta y es un objetivo en común. Están parados en la línea de arranque, se escucha el trueno que indica que hay que salir a toda velocidad; en la primera vuelta, va justo a un lado de ti, estás llena de emoción porque sabes que no sólo te reta a dar más de ti, sino que los dos saldrán victoriosos de esta carrera; en la segunda vuelta lo ves algo cansado e intentas darle alientos para que continúe dando su mayor esfuerzo; pero en la tercera y última vuelta, ves que ya no quiere seguir y no sabes qué hacer. ¿Continuarías para terminar tu objetivo o desistirías para esperar al caballo de tus sueños?
Muchas veces es lo que hacemos cuando estamos en una relación, estiramos tanto la cuerda para que esa persona cambie o modifique actitudes que no te gustan, pero al final esa cuerda de tanto estirar termina por romperse. Tiene sentido, ¿verdad? Y es algo que sucede tanto en miles de relaciones.
Ver también: ¿Me quiere o no me quiere? El amor en tiempos del social media
Así que, si conoces a ese caballo que encandila tus ojos, date el tiempo de conocerlo, fomenta actividades que les haga pasar tiempo juntos y solamente utiliza las redes sociales para intercambiar, gustos o afinidades en común; que no sea su primer acercamiento. Y si realmente no es la persona que quieres, no hay ningún compromiso de por medio, así que ten el valor de hablar claro y con honestidad. Seguramente abra un caballo en la última vuelta que quiera llegar contigo a la meta.
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