Texto escrito por: Jose Eduardo Torres
Todos hemos pasado por momentos o situaciones críticas en las que hemos dicho “hasta aquí”.
Para nadie es fácil aceptar la pérdida, el fracaso o la derrota; sin embargo, al analizar dichas situaciones podemos comprender el origen de la tristeza como una respuesta de nuestro organismo, caracterizada por intenso malestar emocional, que provoca decaimiento y desvalorización de una persona. Expresada usualmente por llanto, abatimiento, aislamiento, estado de ánimo bajo, falta de energía o ganas de realizar actividades que suelen ser placenteras.
La tristeza, al igual que otras emociones, es una reacción del cuerpo ante una situación en particular, es decir, es un medio de adaptación ante la realidad; lo que significa que al entender nuestras emociones podemos entonces tomar acciones para atender nuestras necesidades.
¿Qué hay detrás de la tristeza? Aunque nos cueste trabajo aceptarlo detrás de este sentimiento existe un espacio fundamental que nos permite la reflexión, el análisis, y la introspección, así como un deseo por consideración y apoyo que, por fortuna, podemos brindarnos a nosotros mismos por medio de conductas que facilitan superar este mal momento y evitando otras que no lo harán.
Entre las conductas más funcionales están:
Y entre las menos funcionales que solo obstaculizan el proceso de recuperación están:
En conclusión, estar triste es algo completamente normal y por lo que todos hemos pasado alguna vez, no hay ninguna prisa por salir de esa zanja, al contrario, ser paciente y escuchar a nuestras emociones es la mejor manera de abordar y recuperarnos de la tristeza. Recordemos también que si ofrecemos ayuda a alguien más, el apoyo viene desde una perspectiva personal y desde nuestra realidad nada ganaremos con decirle a alguien “no estés triste” o “échale ganas” porque no servirá de nada, la mejor ayuda puede ser únicamente la compañía y en casos más graves la intervención de un profesional en la salud mental.
Este artículo fue inspirado y contiene información del libro Tanatología la inteligencia emocional y el proceso de duelo de María del Carmen Castro González.
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