Cuatro mil terminaciones nerviosas situadas en el glande –la punta del pene– hacen que éste sea una especie de clítoris expuesto para los hombres. Su estimulación es hasta cierto punto fácil: un roce, un beso, una caricia, la presencia de otra persona por la que el hombre sienta atracción o, desde luego, el acto sexual donde exista penetración son motivos suficientes para que el pene se hinche de sangre, las terminaciones nerviosas se activen a tope y el hombre experimente reacciones de placer que lo conduzcan al orgasmo.
Parece algo sencillo, ¿no es cierto? Sin embargo, así como las mujeres en ocasiones encuentran dificultades para experimentar un subidón sexual que las lleve al éxtasis, los hombres también pueden atravesar por idéntica situación. Mientras en las mujeres no hay restos físicos que reflejen su llegada al máximo placer, en los hombres existen evidencias mediante la eyaculación, aunque es preciso aclarar que esto no es precisamente sinónimo de éxtasis. En efecto, cuando un hombre eyacula no quiere decir que haya llegado a un orgasmo.
Entonces, si el pene es un órgano expuesto con tantas terminaciones nerviosas y la eyaculación es la aparente evidencia de placer, ¿por qué a veces los hombres no son capaces de llegar al máximo estallido de placer durante el sexo y fingen un orgasmo? Existen varias razones, algunas más comunes que otras, pero todas reales. Conócelas.
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Para no hacer sentir mal a su pareja
Un hombre puede tener miedo de hacer sentir a su pareja que no es buena en la cama o que no es lo suficientemente atractiva para él. Puede que esté loco por ella y que otra veces haya gozado a tope del sexo, pero siempre habrá momentos en que el orgasmo no llega por motivos de ansiedad o estrés, que son normales y válidos.
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Para demostrar su hombría
Nunca falta el hombre que cree que si no grita o gesticula en el sexo no es un macho alfa. La cosa se pone peor cuando se da cuenta de que no está sintiendo nada y que quizá no esté listo para sentir un orgasmo durante el acto sexual. En ese momento es cuando sus gritos de guerrero aparecen para fingir que jamás ha sentido nada más fuerte en su vida.
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Para hacerle creer a su pareja que su sincronía en el sexo es muy buena
La sincronía con la pareja durante el sexo es esencial. Cuando no existe pueden aparecer sentimientos de frustración y enojo en una o ambas partes. Algunos hombres no saben lidiar con la incompatibilidad y su solución es fingir un orgasmo celestial para convencer a su pareja de que lo han hecho como los dioses.
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Para esconder su incapacidad sexual
Así como hay parejas donde hay química sexual y todo funciona a las mil maravillas, también hay hombres que simplemente no se encuentran en su elemento cuando se trata de cuestiones sexuales. En este caso será recurrente que finjan orgasmos para que su pareja y él mismo se convenzan de que tienen una enorme sensibilidad física y que son casi multiorgásmicos.
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Para evitar discusiones postsexo
Puede ser que la ausencia de orgasmo durante el sexo hiera susceptibilidades. Ante la posibilidad de reclamos o lágrimas por parte de su pareja que los lleven a una pelea, el hombre tal vez decida fingir el orgasmo para evitarlo. Así todos se quedarán tranquilos y a gusto antes de comenzar el siguiente encuentro.
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Para ocultar que su pareja no le gusta
En efecto, un hombre puede llegar a fingir el éxtasis en toda su expresión para ocultar que su pareja no le es atractiva. Intentando hacer un bien puede estar cayendo en una ofensa, en caso de que su pareja se dé cuenta de que esos gritos y movimientos estrambóticos son totalmente falsos.
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Para esconder sus debilidades
Por cuestiones de autoestima y hombría, puede ser que el hombre finja el orgasmo para no parecer débil o incapaz de gozar su sexualidad a tope. Detrás de este comportamiento pueden haber múltiples problemas de ansiedad e inseguridad. La sexóloga, terapeuta sexual y autora de libros sobre sexualidad, Jane Greer, afirma: «Estar ansioso de no ser capaz de mantener una erección o de complacerte puede hacer corto circuito en su mente y, por lo tanto, en su cuerpo, ocasionando una interrupción en sus funciones fisiológicas».
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Para negar sus problemas de salud
En efecto, algunos problemas de salud, como tiroides, diabetes o enfermedades de la próstata están relacionados con la incapacidad de experimentar orgasmos. Esto puede llevar a algunos hombres a fingir sus reacciones para ocultar que algo malo pasa con su cuerpo.
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¿Cómo detectar cuando un hombre está fingiendo un orgasmo?
Ante todo, la exageración en sus gestos faciales, en sus gritos o en sus movimientos delatan cuando un hombre está fingiendo un orgasmo. Su pareja debe conocer perfectamente cómo reacciona durante los orgasmos para comparar entre una reacción natural y otra totalmente falsa.
En términos generales, estas son las maneras más comunes en que se puede descubrir a un hombre que está echando mano de sus dotes de actor en la cama:
-Al momento culminante repite muchas veces el nombre de su pareja cuando no es un rasgo común en él.
-Termina rápido y se nota forzado.
-Está incómodo e incluso intenta esconder el condón para ocultar que no hubo eyaculación.
-Grita o gime exageradamente.
-Respira de manera exagerada y se aferra al cuerpo de su pareja, evitando el contacto visual con ella.
-Aguanta su respiración y contrae todos sus músculos.
-Inmediatamente después de salir de la vagina de su pareja cubre su pene con las manos para ocultar que no hubo eyaculación.
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Cuando un hombre no consigue llegar al orgasmo no debe tomarse como una ofensa hacia su pareja o como sinónimo de poca hombría, en realidad detrás de ello se esconden diversas causas como periodos de ansiedad, preocupaciones o incluso enfermedades que pueden llevarlos a fingir sus reacciones. El orgasmo masculino siempre se ha visto banalizado en comparación al femenino, considerado como uno de los grandes enigmas de la sexualidad, por ello es necesario conocer datos peculiares como las maneras más efectivas de prolongarlo y descubrir que también es algo más complejo de lo que se piensa.