Investigadores de Suiza aplicaron una encuesta de salud a 22 mil personas entre hombres y mujeres para saber cómo les afecta la presión laboral. El resultado fue que las mujeres sufren mucho más. Se publicó en Infosalus.
¿Cómo afecta el estrés a la salud de las mujeres?
El estrés es una sentimiento de tensión que puede tener un origen tanto físico como emocional, puede ser una reacción de nuestro cuerpo a cambios que suceden en la rutina y es algo que si no se soluciona puede traer consecuencias muy graves para la salud de las personas.
Si no se le busca una solución, el estrés puede ocasionar:
¿Qué dice la ciencia de las consecuencias del estrés en las mujeres?
Investigadores de la Conferencia de la Organización Europea del Ictus hicieron una comparación entre un grupo de 22,000 hombres y mujeres de le Encuesta de Salud de Suiza de los años de 2007, 2012 y 2017 descubrieron que hay un aumento significativo en el número de mujeres que han aceptado tener alguno de los factores de riesgo que se relacionan con las enfermedades cardiovasculares. La cifra del número de mujeres aumentó de un 38% en el 2007 a un 44% 10 años después.
En general, tanto en los hombres como en las mujeres, las personas que han dicho que sufren de estrés en su trabajo crecieron un 7% entre el 2012 y el 2017. Por otro lado, las personas que se sienten cansadas aumentaron de un 23% a un 29% (en mujeres, al 33% y en hombres al 26%). Del 2012 al 2017 también aumentó el número de personas que sufren de trastornos del sueño aumentando en un 8% en las mujeres mientras que en hombres tan solo un 5%.
Por otro lado, los investigadores descubrieron que los factores de riesgo para desarrollar enfermedades en realidad se habían mantenido estables con un 27% de hipertensión, un 18% de niveles de colesterol alto y un 5% de personas diabéticas. Desafortunadamente, la diabetes igualmente aumentó y llegó al 11% aunque el tabaquismo disminuyó a 9.5 cigarros diarios, estos dos factores se presentaron más en los hombres.
Los investigadores detrás del estudio recalcan que la investigación “reveló que los hombres eran más propensos a fumar y a ser obesos que las mujeres, pero las mujeres informaron de un mayor aumento de los factores de riesgo no tradicionales de los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares, como el estrés laboral, los trastornos del sueño y la sensación de cansancio y fatiga”.
“Este aumento coincide con el número de las mujeres que trabajan a tiempo completo. Hacer malabarismos con el trabajo y las responsabilidades domésticas u otros aspectos socioculturales puede ser un factor, así como las demandas específicas de salud de las mujeres que pueden no ser tenidas en cuenta en nuestras vidas diarias ‘ocupadas’””
Los autores también aclaran que encontraron “un aumento general de los factores de riesgo no tradicionales en ambos sexos, pero éstos fueron más pronunciados en las participaciones femeninas, mientras que la mayoría de los factores de riesgo cardiovascular tradicionales permanecieron estables. Estos resultados subrayan el hecho de que existen diferencias entre los sexos en lo que respecta a los factores de riesgo de ECV no tradicionales, con una tendencia alarmante hacia un aumento particular en las mujeres” observan los investigadores.
La doctora Susanne Wegener, maestra de neurología en la Universidad de Zúrich explica que la diabetes, la hipertensión arterial, aumento de colesterol, tabaquismo, obesidad y la inactividad física en general, aunque son factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares es posible modificarlos. Sin embargo recientemente se ha descubierto que los factores de riesgo no tradicionales como la presión en el trabajo y la falta de sueño, pueden llegar a aumentar el riesgo de padecer de enfermedades cardiovasculares.
“Los datos demuestran que existe una amplia gama de factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, que van más allá de los factores médicos oficialmente reconocidos, y que contribuyen a mejorar las estrategias de prevención de los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares” agrega la doctora Wegener.