Hay de amores a amores, y ciertamente no todos son sanos, mucho menos aquellos en los que hay brechas que dificultan el entendimiento o la libertad real de la pareja, como lo puede ser la edad, ya que, por mucho que algunos lo nieguen, sí hay una relación de poder en la diferencia de edad, y debemos hablar de ello para comprender mejor lo que implica tener una relación tan desigual.
Sí hay una relación de poder en la diferencia de edad y debemos hablar de ello

No debería serlo, pero la realidad es que es bastante común que existan relaciones entre dos personas que se llevan muchos años entre ellas, porque es de por sí natural que haya una disparidad de edades en las relaciones que forjamos en nuestros círculos sociales.
No obstante, cuando la brecha de edad y generacional es bastante amplia, es decir, cuando las personas se llevan más de 5 años, por ejemplo, puede empezarse una especie de relación de poder entre los implicados que podría ser más dañina de lo que la gente piensa.

Por mucho que amemos su música, alguien debió decirle a José José que no estaba realmente bien alabar una relación como la que canta en “40 y 20”, ya que aunque sí es el amor lo que importa y no lo que diga la gente, es común que la persona con mayor edad se aventaje de la persona más joven y forje situaciones que terminarán complicando la existencia a ésta última.
Y es que, simplemente, hagamos un breve acto de conciencia con aquella melodía de ejemplo: hay una parte que dice “que yo tengo muchas vivencias y tú tienes tanta inocencia. No saben que nuestro secreto es tu juventud y mi experiencia”, que justamente da a entender lo que mencionamos: la experiencia de una persona puede convertirse en una ventaja ante la inocencia de otra, y eso hace que las cosas no sean justas para ninguna de las partes.
¿Para qué buscar una relación con una persona de menor edad si lo que se quiere no es tomar una especie de “control” sobre ella? ¿Por qué las personas que sostienen este tipo de relaciones parece que no pueden emparejarse con personas de su misma generación? ¿Tiene algo que ver con una pasión carnal? ¿O con un deseo de dominación disfrazado de condescendencia?
Bien lo hizo constar Demi Lovato en “29”, la canción que muchos dicen que le realizó a Wilmer Valderrama, con quien sostuvo una relación cuando ella tenía 17 y él 29; al llegar a la misma edad que su entonces pareja, Lovato reflexiona esta dominación de poder en aquel emparejamiento, y hace constar que no es algo saludable en ningún sentido.
“Un pétalo en la vid, demasiado joven para beber vino. Sólo cinco años con la regla, una estudiante y un profesor. Lejos de ser inocente, ¿qué carajos es el consentimiento? Los números te dijeron que no lo hicieras, pero eso no te detuvo”, dice la primera estrofa.
Hay psicólogos y especialistas, como el filósofo Michel Foucault, que piensan que existe un complejo de relación de poder siempre que una persona experta encuentra a una inexperta a la que siente que puede dominar a su antojo, y que este tipo de situaciones pueden ocurrir en muchos ámbitos.
“Entre un hombre y una mujer, en una familia, entre un maestro y su alumno, entre el que sabe y el que no sabe, pasan relaciones de poder que no son la proyección pura y simple del gran poder del soberano sobre los individuos; son, más bien, el suelo movedizo y concreto sobre el que ese poder se incardina”, explicó Foucault en “Un Diálogo Sobre el Poder y Otras Conversaciones”.

¿Y qué es una relación de poder? Un artículo de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica nos dice que se trata de un tipo de relación en el que las acciones de unos buscan conducir las acciones y respuestas de otros; es decir: generan una especie de estrategia de estira y afloja que va modificando las fuerzas en la relación.
“Las relaciones de poder implican acciones sobre acciones: incitar, desviar, facilitar, dificultar, ampliar o limitar. Las relaciones de poder se caracterizan por la capacidad de ‘unos’ para poder ‘conducir’ las acciones de otros”, es lo que el texto apunta sobre una visión al respecto de la filósofa Esther Díaz.

Hay celebridades, como Taylor Swift y Miley Cyrus, que han vivido relaciones de este tipo con personas mayores a ellas, y con el paso del tiempo han hecho constar lo dañino que fue para ellas haber estado con una persona que, por su experiencia, buscó hacerlas sentir menos y crearles la ilusión de que necesitaban ser dominadas.
Miley, por ejemplo, reveló que cuando tuvo relaciones íntimas por primera vez con su ex esposo, Liam Hemsworth, lo hizo a sus 16 años, cuando él ya tenía casi 20, como una falsa prueba de amor para buscar que él no se fuera de su vida.

Taylor, en cambio, fue novia de John Mayer cuando ella tenía 19 años y él 32, y aunque sólo duraron unos cuantos meses, esa relación fue tan intensa para ella que incluso hoy día demuestra que no ha podido superarla, ya que decidió opacar un anuncio de gira de él con un contra-anuncio de una nueva canción.
No podemos decir que esté mal o esté bien tener una relación con una persona varios años mayor, pero la experiencia de muchos nos termina diciendo que, desafortunadamente, no es la mejor decisión que se pueda tomar.

Sin embargo, lo recomendable al decidir tener una relación así, es asegurarse de que la persona con la que un@ va a estar realmente tiene responsabilidad afectiva y no muestra comportamientos que resulten nocivos para la salud psicoemocional de ninguno de los implicados, al tomar actitudes que den a entender que la persona busca hacer chantajes emocionales o persuasivos que puedan generar, justamente, una relación de poder.
¿Qué opinas sobre las relaciones de poder y su conexión con las brechas de edad? ¿Te ha pasado algo similar que a Taylor, Demi o Miley? Compártenos tus comentarios a través de nuestros canales digitales.