Hay una rutina de tres pasos que, para cuando tienes 30, ya debe ser parte de tu vida cotidiana; no es nada complicado pero sí hará una gran diferencia cuando tengas 40, 50 o 60. Y esos tres elementos son: limpiador, hidratante y filtro solar. Si ya tienes 30 años, eres hombre y sigues esos pasos diariamente, te felicitamos (eres una rareza). Si no, nunca es tarde para empezar.
La piel necesita de cuidados especiales si ya estás cerca o tienes más de 30: ya no tiene la misma elasticidad que cuando eras adolescente, además de que quizá debas “atacar” problemas distintos y específicos.
Ojo: envejecer es parte de la vida y los “signos del envejecimiento” son evidencia de que estamos con vida. Las patas de gallo pueden ser signos de que has reído mucho, por ejemplo, y las líneas de expresión en la frente pueden ser una prueba de que has dejado que la vida te sorprenda. Más allá de cuidar tu piel para “parecer” más joven, tienes que cuidarla porque es tuya, es parte de ti y el órgano más grande de tu cuerpo.
¿Cómo cuidar la piel a partir de los 30 años?
Si aún no tienes identificado tu tipo de piel, por aquí puedes empezar. La piel sana puede venir en varios tipos: seca, grasa, mixta o sensible. La piel seca se distingue por una sensación de tirantez, sobre todo después de bañarse; la piel grasa es aquella que “brilla” y que suele llevar a tener barros y espinillas ocasionales; la piel mixta es una combinación de ambas y la piel sensible es esa que se irrita con facilidad. Para saberlo con certeza y elegir los productos indicados, lo mejor es que vayas con una dermatóloga o dermatólogo para que sea un especialista quien te diagnostique, identifique condiciones específicas y te recomiende exactamente los productos que necesitas.
Si ya tienes identificado tu tipo de piel, es hora de armar tu rutina de tres pasos, que como ya dijimos debe incluir un limpiador, crema hidratante y filtro solar (aquí te damos más ideas para armar una rutina rápida). Lava tu cara en la mañana y en la noche, aplica el hidratante y el filtro solar para terminar de protegerla. Nunca olvides este último: la protección solar es lo más importante para prevenir el envejecimiento de la piel. ¡Y aplícalo también en el cuello!
¿Qué es el sérum?
Además de los tres pasos básicos para cuidar de tu piel, hay otras cosas que puedes hacer para elevar tu rutina de skincare. Una de esas es el sérum, que es un tratamiento con alta concentración de ingredientes activos, más que una crema hidratante, pero su textura suele ser ligera y fluida.
Para elegir un sérum, así como con el resto de tu rutina, tienes que tomar en cuenta tu tipo de piel y sus necesidades. Las pieles deshidratadas necesitan ingredientes hidratantes, por ejemplo, mientras que las pieles sensibles necesitan un sérum con ingredientes calmantes. Para prevenir el envejecimiento, la elección suele ser el sérum con vitamina C.
Si quieres introducir un sérum en tu rutina, recuerda que este se aplica después de lavar el rostro y antes de la crema hidratante. Recuerda que hay ingredientes que nunca deben mezclarse, como los retinoles y la vitamina A con los ácidos AHA, la vitamina C y otros ácidos, el peróxido de benzoílo con los ácidos AHA y BHA y la vitamina C con la niacinamida. Si tienes dudas, pregunta siempre a tu dermatóloga antes de introducir nuevos productos.
Crema de día y de noche: ¿Cuál es la diferencia?
Ya no estamos en edad para usar cremas de día en la noche y viceversa. Las cremas de día suelen ser hidratantes: sellan la humedad de tu rostro y, junto con el filtro solar, lo mantienen fresco y protegido de agentes externos. Las cremas de noche, por otro lado, sirven para reparar. Es durante el sueño cuando tus células se regeneran, así que es el mejor momento para elegir cremas que ayuden a reparar, hidratar y consentir tu piel.
Recuerda: las de día protegen, las de noche regeneran. Elige tu crema con base en tu tipo de piel y si es de día o de noche, para aprovechar al máximo sus propiedades. Y siempre consulta con tu dermatóloga o dermatólogo.