La situación de violencia machista y misoginia que vivimos las mujeres en México ha escalado a niveles históricos, por lo que de manera lamentable hemos tenido que recurrir a tácticas para protegernos de las situaciones violentas de las que nos enteramos todos los días en las noticias y redes sociales.
Los carteles de “Se busca”, las publicaciones de mujeres desaparecidas, así como los testimonios de chicas que denuncian acoso sexual, violaciones e intentos de secuestro a plena luz del día en cualquier rincón del país, desde las zonas más marginadas, hasta las más exclusivas y lujosas, han propiciado que tengamos que protegernos de las amenazas que están latentes.
En México el mensaje de “Ya llegué” cuando sales a cualquier lugar es ya una rutina que todas las mujeres tenemos con nuestro familiares, amigos, parejas, etc, esto para informar que llegamos con bien a nuestro destino.
El transporte público es una pesadilla, y todos los días debemos elegir un outfit para no ser acosadas, ya que al parecer los hombres piensan que tienen derecho de opinar sobre nuestro cuerpo y violentarlo por el simple hecho de que salimos a la calle.
Los comentarios morbosos, las manoseadas, las persecuciones de hombres que te acosan en el metro, así como el miedo de ser secuestrada al salir de cualquier estación se hacen presentes.
No se diga caminar sola de noche, cuando debes ir casi corriendo, cuidándote las espaldas y de preferencia llevar un gas pimienta para protegerte de cualquiera que quiera aprovechar la vulnerabilidad en la que te encuentras en esos momentos.
El transporte público no es el único riesgo, también salir a divertirte de noche con tus amigas, se convierte en otra situación en la que debes de tener mucho cuidado. Desde revisar que no pongan nada en tu bebida, ir acompañada al baño para que nadie te siga o esperar a que todas se vayan juntas en un uber para no arriesgarse a ser secuestradas, es algo que debemos enfrentar.
Con los viajes por la república pasa lo mismo. Si no quieres ir con un grupo de amigos o con tu pareja, debes tomar la precaución de no quedarte hasta tarde en los lugares, que en el hotel o Airbnb que te hospedes no sepan que vas sola o con puras mujeres, y además debes de tener cuidado de los lugares que visitas con respecto a cómo está la tasa de feminicidios y la seguridad.
No se diga, cuando quieres ligar. A pesar de que las apps de citas o las redes sociales se han convertido en una buena herramienta para conseguir pareja o algo casual, debes tomar precauciones extremas para de nuevo no ser víctima de un secuestrados, violador o delincuente.
Citar a la persona en un lugar público, tener códigos con tus amigos por si la persona resulta que no es quien dice, además de mandar nuestra ubicación para que nos sigan durante la cita.
Es frustrante tener que pedir que te acompañen en la noche a la parada del bus o del metro, que tengas que mandar tu ubicación, que no puedas salir ni a la tienda, ni a pasear a tu mascota al parque, porque en cualquier lugar a cualquier hora del día puedes ser violentada.
El feminicidio de Lucero en el Estado de México
A penas ayer nos enteramos del feminicidio de una estudiante universitaria del Estado de México, llamada Lucero, la cual fue asesinada por otro joven que conoció por Free Fire.
El feminicida fue detenido por el hermano de la víctima, quien lo encontró saliendo de su casa y descubrió la cabeza de su hermana en la mochila del hombre.
Este suceso que se suma a los miles que han sucedido en México, nos recuerda que todas queremos libertad, seguridad y derechos humanos, pero que en esta sociedad en la que vivimos, estamos vulnerables en cualquier momento, sin importar si tomamos medidas extremas para cuidarnos (no deberíamos) o no.
Es indignante y atemorizante tener que enterarnos de este tipo de noticias todos los días. Por más que quieras tratar de vivir tranquila, y hacer las actividades que más te gustan, el pánico, la ansiedad y la rabia te invaden cada que lees algún nuevo caso de feminicidio, violación y acoso.
Parece increíble que debamos vivir con el miedo de que cualquier día y a cualquier hora, esa víctima podemos ser nosotros, nuestras hermanas, amigas, primas, vecinas o conocidas. Ninguna está exenta y eso es lo que causa un pavor inimaginable.
Hasta cuándo vamos a tener que tolerar y vivir con la idea de que por más que luchemos por nuestro derechos y una sociedad equitativa, la violencia contra las mujeres seguirá latente, y nuestra vida, libertad, seguridad, así como nuestros sueños queden en manos de cualquier hombre al que se le antoje violentarnos.