La escritora estadounidense Florence Scovel dijo alguna vez que las palabras no retornan nunca al mismo sitio sin haber causado efecto. No hay dicho que describa con mayor certeza el poder que posee el ser humano para dejar huella mediante el lenguaje, y si a éste se le añade una retórica bien manejada, el resultado será un discurso que merecerá ser recordado por siempre.
De esa forma hoy podemos mencionar a grandes oradores como Pericles, Abraham Lincoln, Ghandi y muchos otros más quienes transformaron la visión de miles de personas que seguían sus ideales políticos, religiosos o filosóficos. Porque, como decía Alex Grijelmo: las palabras seducen en todo el sentido, para bien o para mal.
Es por eso que reunimos diez frases de grandes personalidades que tuvieron repercusión en el rumbo de la Historia:
“Los trabajadores no tienen nada que perder salvo sus cadenas. Tienen un mundo por ganar. ¡Trabajadores de todo el mundo, únanse!”
– Karl Marx y Friedrich Engels
Pocas palabras han influido con tanto poder a la humanidad como las que quedaron plasmadas en el Manifiesto Comunista (1848) que Federico Engels se encargó de escribir hasta los últimos días de su vida. En él se descubre un programa estratégico planeado por Marx y Engels que pretendía la organización mundial del proletariado, que por aquella época comenzaba a mostrar su ímpetu revolucionario en medio de una terrible crisis económica en Europa.
“Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad”.
– Neil Armstrong
A pesar de la polémica que cuestionó la veracidad en la fotografía de Armstrong sobre la Luna, la frase que el astronauta dijo en aquella ocasión pasó a la Historia. El 20 de julio de 1969, Edwin E. Aldrin, Michael Collins y Neil Armstrong llegaron al satélite natural a bordo del Apolo 11.
“He soñado con la idea de una democracia y una sociedad libre en la que las personas vivan juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal para el que vivir y verlo hecho realidad. Pero si para ello es necesario… es un ideal por el que estoy preparado a morir”.
– Nelson Mandela
El 20 de abril de 1964, Nelson Mandela compadeció ante el Tribunal Supremo de Pretoria y explicó porqué recurrió a la violencia para combatir el racismo. Fue condenado a cadena perpetua; sin embargo, pronunció un discurso que marcó para siempre su postura contra el régimen racista del apartheid sudafricano.
“Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el que no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad”.
– Martin Luther King
El 28 de agosto de 1963, Martin Luther King Jr. pronunció, ante las 250 mil personas que asistieron a la “Marcha sobre Washington por el trabajo y la libertad”, el poderoso discurso: “Tengo un sueño”, el que se convirtió en el estandarte de lucha social para los afroamericanos. Con la estatua de Abraham Lincoln a su espalda, King pronunció al final unas palabras improvisadas que animaron a los oyentes a creer en un futuro sin racismo y con igualdad de oportunidades.
“Aún creo, a pesar de todo, que las personas son buenas de corazón”.
– Ana Frank
Con esta frase termina la película El diario de Ana Frank, basada en el libro del mismo nombre, escrito por Ana Frank desde su estancia en una habitación de Amsterdam durante la Segunda Guerra Mundial. Este diario personal refleja uno de los acontecimientos más terribles de la historia desde la mirada de una niña; fue terminado en 1944 y publicado en 1947. A partir de ese entonces la historia de Ana ha sido la fuente de inspiración de distintas películas y series de televisión.
“Señor Gorbachov, derribe este muro”.
– Ronald Reagan
El 12 de junio de 1987, ante 20 mil personas y frente a la Puerta de Brandenburg en el sector de Berlín Occidental, el entonces presidente Ronald Reagan pronunció la famosa frase que marcó su mandato y anunció el final de la Guerra Fría. La noche del jueves 9 de noviembre de 1989, las palabras de Reagan se hicieron realidad cuando una multitud de berlineses libraron a los guardias y abrieron las barreras para derribar el muro de Berlín.
“Ahora me he convertido en la muerte destructora de mundos”.
– Robert Oppenheimer
Ese fue el verso hindú que, se dice, se le vino a la cabeza de manera inmediata al físico estadounidense tras ver la primera explosión de una bomba atómica el 16 de julio de 1945, culminando con éxito el “Proyecto Manhattan”. Pocos días después, el 6 de agosto, la detonación de una de estas nuevas armas masivas en Hiroshima anunciaba el final de una de las guerras más sangrientas de la Historia, y el comienzo de otra que tenía consigo posibilidades catastróficas.
“Si la esclavitud no está mal, entonces nada está mal”.
– Abraham Lincoln
A principios de abril de 1864, el presidente Abraham Lincoln, uno de los líderes políticos más importantes en la historia del mundo, escribió una carta que pronunciaba su oposición a la esclavitud, misma que fue entregada un año antes de su asesinato. La Proclamación de Emancipación marcó pauta hacia la abolición de la esclavitud, que finalmente quedó plasmada en la 13° enmienda de la constitución de Estados Unidos.
“Una revolución no es un banquete”.
– Mao Zedong
Esta cita está contenida en el informe que el líder comunista realizó en 1927, el que contiene una investigación del movimiento campesino en Hunan. Mao Zedong destacaba el papel prioritario que los campesinos debían tener en la revolución china. A pesar de ser una de las revoluciones más sangrientas, fue un acontecimiento exitoso.
“Un niño, un maestro, un libro y una pluma pueden cambiar el mundo”.
– Malala Yousafzai
Malala tenía apenas 16 años cuando alzó la voz mediante un discurso en las Naciones Unidas, el 12 de julio de 2013, para abogar a favor de la educación global y el alto al terrorismo. La lucha de Malala comenzó el día en que fue atacada de un disparo en la cabeza por parte de las fuerzas talibanas mientras se dirigía a la escuela, y desde ese entonces su voz resuena en todo el mundo.