En cada pueblo y barrio de América Latina nos encontramos con una Iglesia, un pequeño recinto o un espacio de devoción a un santo. Hablar de la fe, la religiosidad popular, la creencia, es adentrarse en un mundo donde se da un choque de culturas. La tradición española, la de los pueblos originarios y la de la negritud de África, de ahí que los rituales abunden en un sincretismo que combina elementos de todas estas culturas.
Los santos son personas que vivieron una vida virtuosa o que realizaron un milagro en vida, que vivieron heroicamente su fe, murieron e interceden ante Dios, por ello, Santo significa “elegido por Dios”. Encomendarse a un santo es la posibilidad de dialogar con lo sagrado, es pedir protección y cuidado. En la religión Yoruba, practicada en Cuba, los santos son dioses (orishas), guías y protectores; los rituales involucran incienso, exvotos, flores, imágenes, alimentos, que se combinan con danzas, cantos, peregrinaciones para apelar a que los santos curen o alivien un mal.
A cada Santo le corresponde un tipo de cuidado o protección que puede brindar. En México podemos encontrar a los santos mas populares: San Judas Tadeo, San Charbel, San Martín de Porres, San Juan Diego o el Santo niño de Atocha. Sin embargo hay algunos santos a los que no quisieras encomendarte, te dejamos a mano la lista por si acaso en algún momento se ofrece…
San Drogón de Sebourg. Patrón de los feos, las comadronas, los mudos, pastores y rebaños.
Santo francés que en vida sufrió una enfermedad que le ocasionó una serie de deformaciones en el cuerpo. Vivió 40 años aislado sin contacto humano y se dice que tenía el don de la bilocación (estar en dos sitios al mismo tiempo). Para encomendarse a este santo, cada quien calculará la suerte que le tocó…
San José Cupertino. Patrón de todo lo que vuela o levita.
Santo italiano que por su capacidad de levitación ha sido considerado santo de los aviadores o quienes viajan y de los estudiantes, por considerar que salvó sus exámenes para entrar al sacerdocio. Un santo al cual quizá recurras para no quedarte en el viaje.
Santa Elena. Contra la infidelidad y para alejar a los amantes.
Emperatriz romana que debido a los desengaños que vivió, se le pide para el regreso de amores que se fueron, contra las infidelidades, los celos o la tentación de amantes. Que los males del corazón no nos lleven a encomendarnos a esta Santa.
Santa Teresa de Ávila. Patrona de los ridiculizados.
Mística española que abandonó su casa buscando la agonía y el infortunio, se entregó a morir por la fe. Pese a su entrega a la religión, fue considerada hipócrita y perseguida, por ello se considera patrona de los ridiculizados por la fe. No hagas cosas buenas que parezcan malas, si no quieres encomendarte a esta santa.
San Simeón Salus, “El loco”. Patrón de locos y mendigos.
De origen sirio, este Santo se dedicó a la caridad y comenzó un comportamiento que fue considerado extravagante; un día entró a la ciudad cargando un perro muerto, se paseaba desnudo y manoseaba a las mujeres.
Santa Bárbara. Patrona de todo lo que explota.
Acusada de pagana fue atada a un potro y flagelada, desgarrada con rastrillos de hierro, colocada en un lecho de trozos de cerámica cortantes y quemada con hierros candentes, un rayo cayó mientras la martirizaban, por ello se le relaciona con los explosivos. Para los amantes del fuego, tiene a quien encomendar sus aficiones piromaniacas.
San Julián, el hospitalario. Patrón de los homicidas.
Un corazón sencillo que en su camino como mendigo asesinó a sus padres, a partir de entonces intentó llevar una vida de santidad. Este santo es al que nunca, nunca, nunca, te debes encomendar.
San Malverde. Protector de los bandidos.
Mejor conocido como el “bandido generoso” o el “ángel de los pobres”, fue un mexicano norteño que no ha sido reconocido por la Iglesia católica, pero a él se encomiendan los bandidos y traficantes. Innegable que el culto popular hace a los santos y éste, en efecto, tiene una gran cantidad de fieles.
San Simón. Protector de los borrachos
Guatemalteco protector de los borrachos, jugadores, desheredados; es representado con una botella de aguardiente en la mano. A San Simón te puedes encomendar para pedir: “una choza y una vida sin aguardiente, pero para los milagros es mejor esperar al día siguiente…”.
Beata Coloma de Rietti. Patrona contra los conjuros, sortilegios y encantamientos
Italiana que tenía visiones por lo cual era considerada milagrosa por su intersección en una peste y reviviendo a una niña. Por ello es considerada protectora y patrona contra los encantamientos y embrujos. No te líes con gente mala vibra, para evitar la necesidad de recurrir a ella.
Te puede interesar:
La ofrenda de día de muertos, un ritual de la memoria
Las tradiciones mexicanas más valiosas