Cada cuatro años se llevan a cabo, miles de personas se paralizan ante las competencias, lloran al escuchar su himno o al sentirse derrotados; un ritual, una mezcla de arte, deporte y estética, así es como comienzan las Olimpiadas.
¿Quién no se ha preguntado cómo eran en sus inicios estas justas deportivas, cuando sólo participaban hombres bañados de gloria en su desnudez y galardonados con una corona de olivo?
En gustos se rompen géneros; sin embargo, todos podemos coincidir en que las ceremonias de apertura en las Olimpiadas son un derroche de talento y un espectáculo que nos embelesa, así que deleitémonos con estos rituales ceremoniales que dan inicio a las competencias que, nos guste o no, definen el futuro de personas, naciones y corazones que se paralizan en una métrica, en una nota musical o en una brazada.
Estocolmo 1912
Los “V Juegos Olímpicos de la era moderna” han sido definidos por quienes los vivieron -y gracias a las memorias que existen de aquella justa olímpica- como “unos juegos brillantes”. En aquella edición se sentaron las bases para que los juegos se llevaran a cabo de la manera en que los vivimos actualmente; por primera vez, durante una ceremonia de inauguración, estuvieron presentes los cinco continentes, teniendo a Japón como el primer representante de Asia.
Los anfitriones se prepararon durante tres años para este evento; Torben Grut se encargó del diseño del Estadio Olímpico en Oestermalm, con muros de ladrillo rojo y aspecto de castillo medieval, el cual puede albergar a 32 mil personas.
A excepción del performance actual, se realizó el desfile de naciones por orden alfabético, siendo la primera vez que Grecia no lo encabezaba. La familia real sueca se encargó de los discursos, dando por inaugurados los Juegos Olímpicos.
Los Angeles 1932
Por segunda vez, los Juegos tuvieron sede en Estados Unidos, a pesar del temor por la recesión que se había vivido en el territorio.
Con capacidad para más de 100 mil personas, el Memorial Coliseum albergó estos juegos, fue Cecil B. de Mille quien convirtió esta ceremonia en una superproducción cinematográfica: palomas, cantantes, cuadros alegóricos y músicos dieron vida a la ceremonia que terminaría con 10 cañonazos antes de encender el pebetero.
Fuera de la ceremonia, pero como gran avance y aportación al futuro, fue la primera vez que se estableció una villa olímpica, aunque sólo fue para varones.
Sídney 2000
Dentro de lo original, lo solemne: una apertura con jinetes de las diferentes zonas rurales que mostró la importancia de este animal para la sociedad australiana, seguido de “El sueño del mar profundo”, cuyo performance elevó a tantas personas en un espectáculo aéreo que hoy posee un récord por dicha hazaña. El tema que inspiró el colorido show fue una las posesiones australianas más preciadas: la gran barrera de coral.
El elenco se compuso por más de 935 personas que, además, interpretaron el lazo que une a la sociedad moderna con sus pueblos indígenas, el mar y su naturaleza. La ceremonia cerró con el encendido del peculiar pebetero por parte de Cathy Freeman, reforzando el lazo autóctono y dando la bienvenida al siglo XXI.
Atenas 2004
Los juegos regresaron a casa y el mundo esperaba con ansias vivir esa conexión: arte, cultura, deporte e historia; la temática de la ceremonia fue uno de los secretos mejor guardados por los dioses en pleno siglo XXI. Al ritmo de los tambores, un lago artificial de fantasía y un barco de papel de ensueño dio inicio a esta memorable ceremonia en la que Grecia nos regaló una bocanada de su historia con seres mitológicos, alegorías, danza, teatro, música y, por su puesto, sus artes plásticas.
Mas de 70 mil almas se conmovieron y fueron partícipes de esa noche, ya que se colocaron lámparas de mano y silbatos en cada asiento. El estadio diseñado por Santiago Calatrava contuvo el aliento ante una mujer encinta como símbolo no sólo de la fecundidad y de la trascendencia de los juegos, sino de la semilla en cada uno, ya fuera televidente o espectador en vivo.
Más de 2 millones 162 mil litros de agua fueron drenados para iniciar el desfile de naciones, amenizado por quien también se convertiría en una leyenda: Tiësto.
Muchas Olimpiadas vendrán, pero Atenas no se conformó con ser la madre, se impuso con la gloria de sus años y su cultura formidable.
Londres 2012
“Isles of wonder” fue el título del espectáculo de inauguración que constó de cinco actos y que el ganador del Oscar, Danny Boyle, diseñó para los Juegos Olímpicos de Londres, quien nos dejó claro que al Reino Unido le sobra historia y gente talentosa para ilustrar su dicha.
Con la Reina Isabel como estandarte de la realeza y Rowan Atkinson como insignia del peculiar sentido del humor inglés, realizamos un viaje por su historia, su moda, sus autos; sus avances, sus guerras; fuimos de la Época Victoriana a la Revolución Industrial y llegamos a la actualidad en un desorden perfectamente organizado y musicalizado.
Seguros de sí mismos, los británicos nos dejaron claro que no son tan serios como se cree y que tienen clara su identidad, sabiendo lo mucho que le han heredado al mundo y, que a pesar de ello, también se sueltan el pelo y están orgullosos de su legado.
Definir si Río es o no una ceremonia memorable se lo dejamos al tiempo, honor a quien honor merece, ya que no por nada es el primer país sudamericano en recibir el fuego de los Dioses del Olimpo; vivamos hoy esta fiesta que nos para el pulso y une con los demás seres alrededor del mundo, ya mañana veremos quién pasa o no a la Historia.
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Los Juegos Olímpicos son una fiesta que une a todas las Naciones, y para saber un poco más acerca de su historia, te compartimos “Más alto, más fuerte, más rápido”, la historia de los Juegos Olímpicos. También te invitamos a conocer a Los mexicanos que hicieron historia en las Olimpiadas.