Desde leyendas prehispánicas a relatos de la Nueva España, las calles de la Ciudad de México están repletas de historias a la espera de ser contadas y conocidas por los capitalinos que la recorren día con día. Hoy te contaremos una de esas muchas historias: el origen del nombre de la colonia Condesa, uno de los lugares más emblemáticos y relativamente nuevos de la capital.
Hoy en día la Condesa abarca 679 m2, y junto con otras colonias, entre ellas la Roma, se alza como uno de los puntos para la clase media alta de la ciudad, así como algunos grupos de artistas y extranjeros.
Los inicios de la Condesa
Fundada en 1902, la colonia nació bajo el impulso modernizador de Porfirio Díaz, que tenía el fin de ‘europeizar’ la capital para convertirla en un punto de progreso a nivel mundial. Es por eso que en la Condesa se pueden encontrar edificios y fachadas con claras influencias europeas como el neoclásico o el art decó.
Pero además de su estilo europeo, la Condesa se ha vuelto uno de los lugares favoritos para pasar el rato gracias a sus parques, museos, mercados y múltiples cafeterías y restaurantes. Aunque claro, como un de los lugares dedicados a la clase alta, el precio suele ser muy elevado.
La condesa que inspiró el nombre
Como era de esperarse, el nombre de la colonia proviene de una condesa de la Nueva España: María Magdalena Catarina Dávalos de Bracamonte y Orozco, para evitar decir su nombre enorme, la llamaremos por su título oficial de Tercera Condesa de Miravalle.
La Condesa de Miravalle nació en la Ciudad de México el 2 de junio de 1701 dentro de una familia de españoles adinerada y con múltiples propiedades a lo largo del país. Fue dueña de 70 haciendas en Michoacán, una mina en Nayarit y, por herencia de su madre, de la Hacienda de Tacubaya.
Esta última hacienda abarcaba lo que hoy es la Condesa, Hipódromo Condesa, Tacubaya y la Roma, decir que era un territorio vasto se queda corto.
María Magdalena Catarina Dávalos de Bracamonte y Orozco
El personaje de la Condesa de Miravalles está lleno de misterio y suposiciones. De hecho ni siquiera sabemos cómo lucía, pues no existe ningún retrato de ella.
Se dice que María Magdalena se casó en 1721 y tuvo ocho o nueve hijos, pero enviudó a los diez años de matrimonio, por lo que se vio obligada a fungir papeles de hombre dentro de la sociedad novohispana.
De hecho, como un dato curioso, en 1729 ganó un concurso de poesía, demostrando que tenía dotes para los trabajos que se consideraban solo ‘para hombres’.
Entre una de sus muchas habilidades, se le admira mucho a Magdalena la maestría con la que administraba sus riquezas, asegurándose que cada uno de sus hijos recibiría una buena herencia. Considerando que ese trabajo recaía usualmente en el hombre de la casa, la condesa rápidamente gano fama, buena o mala, por lo excepcional de su caso.
Decían algunos que era tremendamente bella, capaz de seducir a cualquier hombre. Otros, por el contrario, aseguraban que era muy fea. Sin embargo, en lo que sí coinciden muchos es en su inmenso poderío económico:
Por ejemplo, había testimonios de fiestas organizadas por Magdalena para la realeza que podían durar semanas. Además, era bien sabido que la condesa tenía cientos de esclavos que, supuestamente, trataba con crueldad al punto de matar a algunos de ellos.
Misteriosa hasta la muerte
En las mejores versiones es pintada como fría y calculadora, mientras que en las peores como una mujer malvada y ambiciosa. Lo único seguro de Magdalena es el misterio que la rodeaba.
Tan poco sabemos de ella que incluso su causa de muerte es una mera suposición: se cuenta que la condesa tuvo un amorío con Tomás Camata Estrada, un fraile que supuestamente conocía la ubicación de los tesoros de Magdalena.
Sin embargo, aunque se pinte como su confidente, también se le atribuye a Tomás la muerte de la condesa, culpando al fraile de haberla envenenado en 1777.
Con su fallecimiento, varios de los esclavos bajo su yugo fueron liberados, y honrando la extravagancia que la rodeaba, las leyendas cuentan que sus restos fueron embalsamados y exhibidos por 150 años en la catedral de Tuxpan, en Veracruz.
Aunque nunca sabremos con exactitud qué es verdad y qué es mentira sobre Magdalena, en lo que concuerdan muchos es en su vida estrafalaria. Sólo un personaje así podía nombrar a una de las colonias que, como la condesa, es de las más excéntricas que hay.
*Con imágenes de: Cholula 17, México Desconocido, Escapadas