No se necesita ser un experto en la Biblia o en la historia prehispánica de México para darse cuenta de que entre la una y la otra hay aspectos sospechosamente similares. Sobre todo en lo que respecta a la creación del Universo, la similitud entre el texto sagrado de la Iglesia Católica y libros ancestrales como el Popol Vuh de los mayas es sorprendente. Antes de que comencemos a especular acerca de la posibilidad de que el mundo, en efecto, haya sido creado por un ser supremo capaz de dar vida con el aire de sus pulmones, es preciso que nos detengamos a pensar en quienes fueron los que trajeron esta cosmogonía hasta nosotros.
Toda una legión de escribanos y copistas se encargaron de adaptar las tradiciones y creencias indígenas a un contexto español para que, por medio de sus propias tradiciones, los antiguos pobladores se convencieran de creer en Dios, Cristo y la Virgen. Sin embargo, aún hay una incógnita pendiente:
¿Qué hay de todos los dioses que, a pesar de no haber mantenido contacto directo con las tradiciones judeocristianas mantienen cierta similitud con ellas? La más común de estas coincidencias tiene que ver con el nacimiento de Jesucristo.
Previo a que todo parezca una confusión, pocos textos son los que señalan la fecha exacta del nacimiento de cada dios —de hecho ni siquiera la Biblia es del todo clara en este aspecto— pero al situarse la mayoría en el solsticio de invierno, podemos sospechar que si no se trata exactamente del 21 de diciembre, al menos sí es una fecha cercana a este día. Aquí algunas deidades que comparten similitudes entre sí:
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Krishna
Es una de las diversas reencarnaciones del dios Visnú, según el hinduismo. Para los seguidores devotos de Krishna, éste no es más que la representación perfecta de Dios, un ser del cual surgen todos los demás dioses, incluyendo al mismo Visnú. En el Bhagavad-gītā, libro sagrado para los hindúes, es el mismo dios quien declara:
«Siempre que la rectitud decae y aumenta la injusticia, yo me manifiesto; y para la protección de los virtuosos, la destrucción de los viciosos y el restablecimiento de la rectitud, yo encarno de era en era».
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Hermes
Considerado por muchos como el dios de los ladrones, debido a que desde el día en que nació él fue uno de ellos —escapó de su madre para robar el ganado de su hermano—, también se le reconoce la labor de ser el mensajero de los dioses, por ello en los sacrificios animales le eran ofrecidas las lenguas de las bestias. Para reconocerlo sólo basta con identificar sus sandalias aladas y su monedero. Por tener la tarea de escoltar a los muertos al más allá, muchos viajeros le encomendaban su seguridad para llegar con bien a sus destinos.
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Horus
Se le considera el fundador de la civilización egipcia. Relacionado con el cielo, la guerra y la caza; estas dos últimas, además de la agricultura, actividades de suma importancia para que los egipcios pudieran alcanzar ese poder que ostentaron durante siglos. Las representaciones de esta deidad son el halcón, una figura humana con cabeza de dicha ave o un disco solar con las alas despegadas.
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Heracles
Conocido por los romanos como Hércules. Este hijo de Zeus y la reina mortal Alcmena, es famoso no sólo por la fuerza y el coraje que le son atribuidos en todas sus hazañas, también por haber sido la inspiración de muchos emperadores romanos como Maximiano y Cómodo, quienes llegaron incluso a compararse con él. El nombre que recibió al nacer fue el de Alcides, pero Apolo le impuso Heracles, para que quedara implícita su condición como servidor de Hera.
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Mitra
A pesar de que muchos lo reconocen como un dios romano, Mitra fue una deidad que se adoraba tanto en Persia como en la India y representaba al Dios Sol. Se incorporó al panteón del imperio romano tardío, justo cuando el cristianismo comenzaba a tomar fuerza. El culto a esta figura es considerado esotérico y se llevaba a cabo en grupos muy selectos, conformados principalmente por militares, pues exigía a sus fieles honestidad, pureza y coraje.
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Dioniso
En la mitología griega, Dioniso es el patrono del vino y la vendimia. Por esta razón se le representa siempre con una actitud pícara y despreocupada, como si su existencia fuese en realidad una fiesta constante; de hecho, hasta cierto punto lo fue. Otra de sus funcione más importantes fue la de liberador de las almas por medio de la música y la danza; algunos teóricos sostienen que las fiestas dionisiacas eran rituales para platicar con los muertos.
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Prometeo
Al ver que los hombres caminaban en penumbras y comían sus alimentos crudos como las bestias, este titán decidió desafiar a sus superiores y entregó el fuego a los hombres, para que éstos pudiesen tener una vida más tranquila y civilizada. Como castigo, las otras deidades del Olimpo lo condenaron a ver cómo un águila devora su hígado eternamente, mientras él permanecía encadenado al borde de un acantilado.
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Budha
No confundir con el fundador del budismo. Dentro de la mitología hinduista, esta figura es la representación del Planeta Mercurio y es conocido por ser el protector de los comerciantes y la mercancía. Además de haber nacido el 25 de diciembre, guarda otras similitudes con Cristo, como el hecho de haber caminado sobre el agua, curó enfermos y subió al cielo después de su muerte.
Aunque no es definitiva, más allá de la fecha exacta de su nacimiento, debemos prestar especial atención a la forma en que cada una de estas figuras religiosas —incluyendo al mismo Jesús— es admirada por sus seguidores, debido a que la mayoría de ellas representa (más que un relato cosmogónico sobre un dios omnipotente o una historia del pasado) una guía moral y espiritual.
