Existen algunas teorías y mitos que aseguran que la inteligencia humana es tan sorprendente y poderosa como cualquier arma. Se han conocido pocos casos en los cuales las personas demuestran tener capacidades sobrehumanas, mismas que parecieran haber salido de cuentos y películas de ciencia ficción. Tal es el misterioso caso de Nina Kulagina, una mujer que fue acusada de fraude por sus poderes de telequinesis; no obstante, jamás se demostró la falsedad del asunto.
¿Qué hacía a Nina Kulagina tan misteriosa para la misma ciencia? Era conocida como una soviética que poseía ciertos poderes psíquicos, entre los cuales destacaba la telequinesis, habilidad que le permitía trasladar objetos inamovibles por medio de una gran capacidad mental, sin importar el material del cual estuvieran fabricados ni las condiciones bajo las cuales se encontraran.
Ninel Sergeyevna Milhkailova nació en Leningrado en 1926, y como muchas personas de su época se enlistó en el Ejército Rojo para luchar en contra de la invasión alemana durante la Segunda Guerra Mundial. En 1944, durante las labores de defensa, sufrió graves heridas por una metralleta de la armada nazi. Posteriormente fue llevada al hospital. Durante su estancia en la institución Ninel, mejor conocida como Nina Kulagina, pasaba las horas tejiendo. Poco tiempo después las enfermeras y los doctores se percataron de que aquella mujer tenía la capacidad de tomar el estambre del color que quería sin la necesidad de mirar el contenedor de los mismos. Parecía que una especie de instinto la guiaba.
Durante la guerra conoció a Viktor Vasilievich Kulagin, un ingeniero naval y miembro del Partido Comunista, con quien se casó y del cual adoptó el apellido. Su esposo decía que cuando ella se enojaba, las cosas comenzaban a moverse de lugar y en algunas circunstancias incluso podían llegar a romperse. Cuando Leonid Vasiliev, un investigador soviético, escuchó los rumores de los supuestos poderes de Kulagina, decidió estudiar a fondo lo que sucedía. Fue examinada al menos en 25 laboratorios diferentes, así como en algunos institutos psiquiátricos, de radio, de electrónica y de ciencias. Se sometió a hipnosis, psicotrónica, psicoterapia emocional, a la cámara de Kirlian, a pruebas neurológicas, físicas, químicas, electromagnéticas y médicas para descartar que se tratara de un fraude.
En 1966, después de la muerte de Leonid Vasiliev, distintos investigadores soviéticos se encargaron de estudiar los poderes de Kulagina. Participó en decenas de experimentos para comprobar que sus capacidades extrasensoriales eran verdaderas. Las pruebas fueron registradas en documentos con validación científica y filmadas. Algunas de ellas se realizaron en el Instituto de Mecánica de Precisión y Óptica de Leningrado, bajo supuestos regímenes soviéticos y con la supervisión de casi 40 personas, entre las que figuraban físicos, químicos, psiquiatras y neurólogos.
Antes de realizar los estudios, el lugar en donde se llevaban a cabo era inspeccionado minuciosamente. La mesa, la silla, los objetos y todo lo estuviera allí era observado por investigadores. Se usaban brújulas para detectar cualquier tipo de imán, además se sacaban rayos X del cuerpo de Kulagina para descartar objetos que alteraran el proceso. Los artículos que se utilizaban para las pruebas eran de distintos materiales: cera, oro, plástico, vidrio, cerámica, etc.
Al creer que todo se seguía tratando de una estafa, le pidieron a Nina Kulagina que intentara mover objetos contenidos en cajas de cristal para descartar el uso de hilos o imanes; sin embargo, ella podía trasladarlos de un lugar a otro sin ningún problema. Uno de los experimentos más destacados consistió en la manipulación de los latidos del corazón de una rana. El órgano mantuvo un ritmo normal, fue acelerando y reduciendo hasta que finalmente se paró, según las indicaciones que se le dieron a la psíquica. Esto demostraba que sus poderes eran tan fuertes como para tener la capacidad de incidir sobre la vida de otra criatura.
La excolaboradora del Ejército Rojo decía que no poseía ningún tipo de poder sobrenatural y que que las habilidades que tenía eran resultado de la concentración y la fuerza psíquica. Además creía que dichas capacidades habían sido heredadas de su madre, pues ella también podía mover las cosas. Además aseguraba que no era una tarea fácil porque al hacerlo experimentaba intensos dolores lumbares y en la columna. De igual forma sufría de visión borrosa, pero dichos padecimientos eran indicadores que le aseguraban estar lista para la telequinesis.
De acuerdo con el diccionario médico de la Universidad Clínica de Navarra, la parapsicología se encarga de estudiar los fenómenos psíquicos que no tienen explicación aparente con base en principios científicos. El caso de Nina Kulagina fue uno de los más sonados en la parapsicología internacional. Muchos científicos se encargaron de estudiar a una de las más famosas mujeres soviéticas al menos durante 30 años. Encontraron que en el proceso de la actividad psíquica el corazón de Kulagina alcanzaba hasta 240 pulsaciones por minuto, y en cada sesión efectuada perdía entre 500 y 700 gramos de su peso inicial. Además se registraban altos niveles en la sangre, vértigo y dolor en las extremidades.
Los seudoescépticos la señalaron por fraude al usar supuestamente imanes e hilos invisibles. Por dicha razón se llevó a cabo un juicio; sin embargo, el Tribunal dictaminó que sus habilidades eran auténticas. Existen testimonios, videos y documentos soviéticos que comprueban sus poderes. Dos años después del juicio, en 1990, Nina Kulagina falleció. Tenía 60 años.
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La ciencia y la tecnología han ayudado a desarrollar algunas habilidades que parecieran ser poderes mentales, pero algunas pruebas oficiales comprueban la existencia de superhumanos.