El Plan de Guadalupe fue la respuesta inmediata de las fuerzas constitucionalistas contra el Golpe de Estado en contra el régimen de Madero que, desde sus inicios, enfrentó levantamientos de grupos civiles y militares descontentos con su forma de gobernar, buscando la restauración del régimen porfirista. Los levantamientos más importantes fueron encabezadas por los generales Bernardo Reyes, en noviembre de 1911 y Félix Díaz en octubre de 1912. El Plan de Guadalupe fue firmado el 26 de marzo de 1913 por Jacinto B. Treviño, Lucio Blanco, Cesáreo Castro y Alfredo Breceda, entre otros.
Antecedentes
En 1910 comenzó la Revolución Mexicana cuando se convocó una rebelión contra el dictador mexicano Porfirio Díaz. Díaz no era del agrado de muchos mexicanos por imponerse durante el proceso de votación y el rechazo a los intereses de los agricultores y la gente de escasos recursos. La Revolución Mexicana fue liderada por campesinos con la ayuda de Francisco Madero, Pancho Villa y Emiliano Zapata.
En 1911, Madero y Díaz firmaron el Tratado de Ciudad Juárez que llevó a Madero a reemplazar a Díaz como presidente. Los líderes Emiliano Zapata y Pascual Orozco empezaron a desconfiar de Madero luego de que él demostró ser un líder débil. En marzo de 1912 Orozco encabezó una revuelta contra Madero, pero fue derrotado. El general Victoriano Huerta organizó un Golpe de Estado contra Madero. En marzo de 1913, Venustiano Carranza emitió el Plan de Guadalupe. Este plan no reconocía a Huerta como presidente y también convocaba a una batalla contra él.
Foto: Historia Cultural
Plan de Guadalupe
A continuación una cita del texto del documento original:
Los jefes de las fuerzas constitucionalistas celebraron una asamblea en la Hda. de Guadalupe Estado de Coahuila; donde reunidos varios representantes de todas partes del País acordaron, desconocer al gobierno actual y después de entrar en varias consideraciones con referencia a las causas que lo otijinaron se acordó unificar el movimiento revolucionario bajo las siguientes bases:
1.- No reconoserémos al Gral. Victoriano Huerta como Presidente de la República.
2.- No reconoserémos los poderes legislativos y judiciales Federales.
3.- No reconoserémos a los Gobernadores de los Estados que obedescan al poder central treinta días después de la promulgación de este Plan.
4.- A fin de organizar devidamente el ejército que nos alludará a obtener nuestros propósitos nombramos jefe militar Supremo de las ármas Constitucionales al C. Venustiano Carranza actual Gobernador del Estado de Coahuila.
5.- Cuando las tropas constitucionalistas ocupen la Ciudad de México, el C. Venustiano Carranza ó el que ocupe el mando Supremo del Ejército Constitucionalista asumirá la Presidencia Provisional.
6.- El Presidente Provisional de la República, conbocará a elecciones generales tan pronto como se restablezca el órden y entregará el Poder a las personas electas por el Pueblo.
7.- Los comandantes en Jefes de las fuerzas constitucionalistas en los Estados en los cuales halla sido reconosido el gobierno de Huerta asumirán el gobierno provisional del Estado y después que hayan pasado á ocupar su empleo los primeros Magistrados de la Nación, electos popularmente en virtud de la Cláusula anterior conbocarán á Elecciones populares en sus respectivos Estados entregando el poder local á los elegidos por el pueblo.
Firmado de la Hasienda de Guadalupe, Edo. de Coahuila, el 26 de marzo de 1913.
Siguen las firmas de setenta (70) Jefes y oficiales constitucionalistas que se comprometen a defender con las armas el Presente Plan.
Foto: Imagen Radio
Consecuencias del Plan de Guadalupe
En junio de 1914, Huerta dimitió como presidente y huyó a Europa. Después de que Carranza tomó el control en 1914, Pancho Villa y otros revolucionarios se reunieron para discutir el estado actual del liderazgo en México. En 1915, Carranza y el Ejército Constitucionalista derrotan a Pancho Villa en la sangrienta Batalla de Celaya. Carranza recupera el poder y consolida su puesto como presidente de México.
En 1917, en el marco de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Carranza se refirió al Plan de Guadalupe como:
«El Plan de Guadalupe de 26 de marzo de 1913 fue el grito de guerra que lo más selecto de la juventud mexicana lanzó a los cuatro vientos del país contra la iniquidad triunfante, y ese grito no era más que la expresión vibrante y sonora de la conciencia nacional, expresión que reasumía el propósito firme, la voluntad deliberada del pueblo mexicano de no consentir más que el pretorianismo volviese a apoderarse de los destinos de la Nación, imponiendo por la fuerza la voluntad de una casta odiosa y odiada que por tantos años ha pesado sobre todos los ámbitos de la República, ahogando toda tentativa de progreso, matando toda idea de libertad y teniendo a los mexicanos, bajo el pretexto de salvarlos de la anarquía, reducidos a la condición de esclavos, que no ha sido otra cosa la farsa que siempre se ha hecho de las instituciones democráticas, que sólo han servido para suplantar la voluntad popular con la imposición de favoritos designados por acaparadores del poder público, a condición de servirles de dóciles instrumentos en sus designios».
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