Cuando en “El exorcista”, una de las escenas más recordadas se reprodujo por primera vez, la iglesia se sobresaltó: Cómo olvidar la cara sangrienta de Reagan gritando obscenidades y riendo exageradamente mientras se encarna un crucifijo. Ante tan explícita imagen, las declaración principal de la iglesia fue de sorpresa asegurando que era una falta de respeto y una blasfemia, ya que la masturbación y el sexo en general eran una falta de respeto a Dios.
En la biblia no hay nada específico que indique esto. De hecho, lo más cercano que se trata, es que los órganos sexuales fueron hechos por Dios con un objetivo más allá de la reproducción: todo lo creado por él es bello, así que una pareja de casados puede tener sexo con un fin placentero. Dios no se enojará ni se estará cometiendo pecado como se nos ha hecho creer.
En general, el sexo ha sido satanizado en la sociedad actual diciéndonos que es malo, inmoral e irrespetuoso. Sin embargo, históricamente las relaciones sexuales son un ritual casi sagrado y valorado. Diferentes culturas antiguas le dieron interpretaciones místicas o sacras al acto mismo de la reproducción, pero sobre todo, al placer, que es uno de lo motores del ser humano.
Mexicas
En uno de los relatos de la creación mexica, Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, decidió masturbarse mientras tomaba un baño. El semen cayó sobre una piedra y de ella brotó un murciélago que mordió la vagina de la diosa Xochiquetzal mientras dormía. Ella regó la herida con agua y de ahí nacieron las flores y la primavera.
De igual manera, en el Códice Borbónico, también de origen mexica, se puede ver un apartado dedicado a la fiesta Ochpaniztli que se realizaba en honor a Toci-Diosa Madre. En esta fiesta hay ocho danzantes huastecos desnudos sosteniendo un falo al que le ofrendan mazorcas. Es claramente un símbolo de fertilidad, por lo que el placer sexual era considerado un don divino tan natural como respirar.
Mayas
Uno de los mitos de Uxmal dice que la lluvia cae en forma de penes. Esto es una clara referencia a la fertilidad del humano y la tierra, por lo tanto, la masturbación era un ritual sagrado para “invocar” la fertilidad. Así mismo, existía una ofrenda de sangre que consistiría en perforar el pene y regar la sangre (otro líquido de culto) en la tierra para hacer contacto entre ella y la humanidad.
De igual manera, en el Códice de Dresde se plasma a la diosa maya Ixika como una joven y atractiva mujer, siendo esposa de un Dios envejecido haciéndose cariños previos al acto sexual. Esta figura nos remite a una escultura hecha de piedra en la que podemos vislumbrar la unión sexual representada por etapas.
Griegos
En esta antigua civilización, las deidades eran representadas por animales que se mezclaban sexualmente con humanos, animales terrenales y entre ellos mismos. Dionisos, Dios del vino, tenía preferencia por los faunos. Estas criaturas con cuerpo de hombre y piernas de cabra eran famosos por su potencia sexual.
En las fiestas dedicadas a Dionisos, el sacerdote denominado “Falóforo” portaba un pene, mientras que los demás sacerdotes cargaban leche y antorchas. Hacían una procesión en la que llevaban un cesto con un fruto fálico al centro que se exponía al público como representación del Dios. En marzo y diciembre las fiestas eran más significativas e importantes ya que mediante representaciones escénicas, un grupo de personas actuaban episodios sagrados de la vida de Dionisos. Muchos de ellos hacían referencias un tanto explícitas a rituales sexuales por lo que fueron prohibidos por la iglesia, que los consideraban impúdicos.
Otro caso griego es Júpiter, quien realizó todo a su alcance para satisfacer su deseo sexual. En una ocasión se convirtió en lluvia de oro y así poder estar dentro de Danae, quien había sido encerrada por su padre. En otra ocasión, sentía tanto deseo por Europa que se vistió de toro y la raptó. Lo mismo ocurrió cuando se transformó en cisne solamente para poseer a Leda y en serpiente para tener sexo con su propia hija.
Egipcios
Atón, Dios solar, se creó a sí mismo mediante la masturbación. Enseguida, de la misma manera, le dio vida a Tefnut, la humedad y a Shu, el aire. Posteriormente, con su pene considerado divino, creó los ríos que rodeaban Egipto.
El mito de la Isla de Elefantina dice que la humanidad nació luego de que el Dios del sol creara todo. El Dios del río vigilaba el cauce del Nilo que era un lugar con forma de senos de mujer. Cuando el río llegaba a su máxima capacidad, este Dios eyaculaba tan vigorosamente que su interior cubría todo el país.
Centro de Europa
Las Vírgenes Germánicas de las batallas se entregaban al héroe de guerra que ellas escogían tras ver su desempeño en batalla, no sin antes realizar orgías a manera de ceremonia. Sin embargo, cuando las religiones judeocristianas llegaron a dominar Europa, estos cultos fueron prohibidos y perseguidos hasta que desaparecieron.
San Agustín, padre de la Iglesia Católica, afirmaba que las caricias y besos de una mujer alejaban al hombre del camino de Dios, por lo que cualquier tipo de insinuación sexual estaba prohibida para lo jóvenes sacerdotes. Para él, era una tendencia animal; no obstante, podía ser justificada siempre y cuando este acto sexual tuviera como finalidad la reproducción. Así, el sexo se convirtió en un acto forzoso con resultados positivos, de lo contrario, era considerado blasfemia.
El sexo se ha asociado siempre con el placer y la fertilidad, ambas son buenas razones para practicarlo sin culpa. Sin embargo, en la actualidad aún existen normas morales que lo consideran un tema tabú y es poco estudiado, practicado y difundido. Estas civilizaciones antiguas hicieron de él un acto mágico y sagrado, demostrando que el placer y la divinidad no están peleados. Por el contrario, son una unión que perpetúa la vida y el orden en el cosmos.
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