La Ciudad de México es perfecta para meternos unos buenos sustos y una leyenda que ha aterrorizado a muchos durante años es la del fantasma de Mixcoac.
El alma de la que todos huyen es la del ex presidente de México, Valentín Gómez Farías, al que también se le conoce como El padre de la Reforma.
Este personaje histórico que también fue médico y político, es reconocido por lanzarse en contra de la Iglesia, promoviendo iniciativas para separar al Gobierno del Clero.
Parar rendir homenaje a su gran aportación, se construyó una plaza al Sur de la capital del país que lleva su nombre y por la que, según la gente cuenta, se le ve rondando de vez en cuando.
La leyenda del fantasma de Mixcoac
Varios vecinos han sido testigos de su presencia. Aseguran que han escuchado ruidos extraños cuando pasan por ahí a altas horas de la noche o incluso, hay quienes sí han visto una silueta muy parecida a la del ex presidente.
La gente cree que el fantasma de Mixcoac se aparece porque además de ser un sitio dedicado a él, Valentín Gómez Farías vivió en una casona que se ubica junto a la plaza, en el Barrio de San Juan, donde actualmente es el Instituto Mora.
Cuenta la leyenda que debido a sus diferencias con la Iglesia, el político le habría pedido a su hijo sepultarlo en el patio de su casa, sin ningún ritual, mediante los cuales aseguran, según la religión, les ayuda a encontrar la luz.
Sin embargo, él no habría tenido nada, así que sería una de las razones por las que su alma sigue penando.
Y aunque el INAFED (Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal) asegura que sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres, su fantasma vendría de visita de vez en cuando, sobre todo durante el mes patrio.
Quién fue Valentín Gómez Farías
Valentín Gómez Farías fue un político mexicano del siglo XIX. Nació el 14 de febrero de 1781 y murió el 5 de julio de 1858.
Destacó por su papel en la política mexicana durante la era de la República Federal y la Primera República Centralista y se le atribuye la promulgación de las Leyes de Reforma en 1857, que buscaban separar la Iglesia del Estado y establecer reformas políticas y sociales en México.
Su influencia política y su apoyo a la secularización de bienes eclesiásticos lo convierten en una figura importante en la historia de México durante el siglo XIX.