El Hotel Regis es uno de los edificios más importantes de la historia de la Ciudad de México e incluso del todo el país, con una historia digna de contarse que se remonta a principios del siglo XX y que ha trascendido a pesar de su demolición tras el terremoto de 1985.
La historia del Hotel Regis nos remonta al año 1980, cuando Don Rafael Reyes Spíndola adquirió el terreno en la avenida Juárez #77 en el que quería construir su propio edificio para las oficinas de su periódico ‘El Imparcial’; los encargados de diseñar y construir la edificación fueron los ingenieros Pedro M. Vallejo y Miguel Rebolledo, de acuerdo a la página oficial del lugar que reúne su historia.
La construcción del Hotel Regis comenzó en septiembre de 1909; Don Rafael Reyes Spíndola mandó traer acero desde la Fundidora de Acero de Monterrey, pues el edificio tenía que construirse en un tiempo récord para estar listo para los festejos de centenario de la Independencia de México que tendrían lugar un año después.
En 830 metros cuadrados, el edificio constó de 6 plantas y un sótano que entre proyecto y construcción tuvo un costo de más de 500 mil pesos, la cantidad se prestó para que Spíndola fuera cuestionado sobre su dudosa fortuna, para librarse de los problemas y cuestionamientos, lo vendió sin siquiera haberse terminado de construir, tiempo después también renunció al periódico ‘El Imparcial’ del que fue fundador y director.
La historia del Hotel Regis
El arquitecto estadounidense Clark Spencer Berry lo compró por la suma de 400 mil pesos y puso a su esposa Doña Josefina Mestres de Berry, como propietaria y administradora del edificio. Terminó de construirse a mediados de 1910 y abrió sus puertas el 19 de septiembre del mismo año para comenzar a rentar espacios para oficinas y departamentos.
El lugar comenzó a llenarse de mobiliario traído de Estados Unidos, tenía su propia cocina y restaurante, aunque el edificio ya no tenía nada que ver con Don Rafael Reyes Spíndola, la gente confundida sobre el cambio de propietario, seguía rechazando la edificación, pues consideraban que su inversión “debió apoyar a la causa o revolución”.
El edificio comenzó a sufrir ataques personales y hasta un intento de incendio, por lo cual, la familia propietaria decidió rebautizarlo como el Edificio Berry’s y librarse de las confusiones. En un principio albergó oficinas y departamentos, tenía locales de joyería, abrigos e incluso un consultorio médico, sin embargo, debido a la baja de demanda de renta, la señora Berry decidió cambiar el concepto y convertirlo en un hotel de 70 habitaciones.
Bajo el nombre de Hotel Berry, el edificio fue considerado por la prensa como el hotel más lujoso y moderno de México, tenía 70 habitaciones y dos elevadores, un restaurante, Roof Garden y la señora Berry se encargaba de organizar menús para fechas importantes calendarizadas. Todo iba bien hasta que la situación comenzó a tornarse difícil por la revolución de Emiliano Zapata que cada vez se acercaba más a la Ciudad de México.
La situación comenzó a preocupar a la familia Berry que decidió vender el hotel a Don Eduardo M. González a finales de diciembre de 1912, para mudarse a Tampico y posteriormente a Estados Unidos. El nuevo propietario estaba en grandes problemas, pues el entonces Hotel Berry fue testigo de la Decena Trágica en la calle Balderas, por lo que tuvo que ser remodelado por completo porque las balas y proyectiles dañaron algunas partes de la fachada, también se cambió su nombre a Hotel Ritz.
En 1913, la prensa ya lo denominaba como el “Hotel lujoso y a prueba de incendios y terremotos” en 1913, sin embargo, el estallido de la Primera Guerra Mundial y los estragos de la Revolución seguían preocupando. En diciembre de 1915 fue confiscado por ser propiedad de Don Rafael Reyes Spíndola, considerado enemigo de la revolución y pasó a ser propiedad del gobierno de la Ciudad de México.
En diciembre de 1916, el gobierno puso el hotel a la venta, un año después lo compró Don Rodolfo Montes (representante de la compañía petrolera “El Águila”), su propuesta era ampliar y cambiar radicalmente el hotel, incluyendo su nombre: Hotel Regis.
Primeros años del Hotel Regis
En 1918, el Regis abrió sus puertas a los huéspedes nacionales e internacionales, un año después se le tuvieron que añadir dos pisos por su gran demanda, así como se construyó un edificio anexo que contaba con 7 niveles, donde se encontraba el famoso salón “Don Quijote”.
Don Rodolfo Montes decidió retirarse del negocio y vendió el Regis en 1925 a Mario Castelán Meza, quien hizo algunas adecuaciones a la infraestructura e implementó servicios como el alquiler de autos para los huéspedes, así como lo innovó con ideas vistas en el extranjero, de la mano de las también propietarias y accionistas, Paulina Hernández Alejre y Esperanza de Lara hasta 1944.
El Hotel Regis tuvo diversos propietarios, en el año 1944, Anacarsis “Carcho” Peralta se convirtió en el dueño hasta 1957 cuando falleció en un accidente aéreo, dejando a cargo a su viuda, María Elena Sandoval, quien asumió el cargo un año después.
En 1967, María Elena Sandoval dejó al Hotel Regis en manos de su hijo, Sergio H. Peralta Sandoval, quien devolvió la vida al lugar y lo innovó con una visión europea por sus estudios en el Viejo Continente, lo remodeló e inauguró la Cafetería Terraza y el Restaurante Medaillon, también fundó la empresa Nuevo Hotel Regis S.A.
En 1970 cedió el lugar a su hermana Yolanda Peralta, quien también lo remodeló y durante su tiempo, inauguró el bar “El Establo”, así como amplió el estacionamiento a 250 cajones, en el mes de agosto de 1985 (un mes antes de trágico fin) fue ascendido a hotel cuatro estrellas.
¿Quiénes se hospedaron en el Hotel Regis?
En el Hotel Regis se hospedaron celebridades nacionales e internacionales, era lujoso, glamouroso y céntrico, entre sus pasillos caminaron figuras como Carol II de Rumania, Marilyn Monroe, Charles Chaplin, María Félix, Jorge Negrete, Dolores del Río, el torero Manuel Rodríguez “Manolete”, hasta se dice que Frank Sinatra y Eva Gardner se hospedaron durante luna de miel.
Y una interminable lista de celebridades entre las que también se distinguen los nombres de Ginger Rogers, Olga Guillot, Gary Cooper, Pedro Armendáriz, Ava Gardner, Ramón María del Valle-Inclán, Agustín Lara, hasta cantantes más contemporáneos como Yuri y Mecano.
Hay un leyenda que señala que antes del terremoto de 1985 se alojaba en una de las principales suites Graciela Olmos, conocida como la “Bandida”, prostituta muy conocida que se hacía acompañar por el “Güero Batillas”, famoso sicario que asistía a políticos del sexenio de Miguel Alemán.
La última noche del Hotel Regis
De acuerdo al sitio en memoria del Hotel Regis, su última noche en pie, el 18 de septiembre de 1985, se registró una fuerte lluvia, mientras todas las actividades se realizaron como de costumbre, sin imaginar lo que sucedería unas horas después.
Aproximadamente a las 10 p.m. llegaron varios autobuses a la entrada del hotel de donde bajaban un grupo de agentes aduanales que participarían en un operativo contra fayuqueros en Tepito; algunos de ellos fueron hospedados en el Hotel Del Prado y otros hoteles ya que el Regis se encontraba lleno.
La última película exhibida en en el Cine Regis fue ‘El vuelo de la cigüeña’ y la función comenzó a las 10:05 p.m. Mientras en el “Bar El Establo”, se presentó la cantante Myrna Serna, con asistentes de nombres poderosos como Javier Duarte Franco, quien acompañaba a su mejor amigo, Salím Domínguez.
En “La Taberna del Greco” se realizó el show de “Las Potranquitas del Norte”, en el “Impala” empezaba el show del imitador de Juan Gabriel. En el “Capri” se presentaron Los Caudillo, la cantante y pianista Tere Cisneros, Zulema de Hoyos y también la reina de la ventriloquía, Alicia Pagola con sus muñecos, para cerrar con Mara Maru, la pantera blanca, sin saber qué sería la última estrella del Capri.
La trágica última mañana del Hotel Regis
La mañana del 19 de septiembre de 1985 parecía como cualquier otra, con los primeros rayos del sol, las bocinas del Hotel Regis despertaron a los huéspedes a las 7:00 a.m. en punto con un: “Buenos días le desea el Hotel Regis, es hora de levantarse porque son exactamente las siete de la mañana”.
Bastaron 19 minutos para que aquella calma se tornara en caos. A las 7:19 de la mañana de la Ciudad de México, las televisoras perdieron la señal y un sismo inesperado de 8.1 grados en la escala de Richter, acabó con la historia del Hotel Regis entre polvo, humo, miedo y gritos de terror.
A las 7:26 de la mañana ya no quedaba nada de aquella lujosa y emblemática edificación, sólo se apreciaba el bloque de escombros y las ventanas rotas, los huéspedes con la desesperación de salir con vida, olvidaron sus pertenencias.
A las 8 de la mañana se registró una fuerte explosión en los tanques del hotel, provocando más daños, arrebatando la vida a las personas que buscaban salir y a aquellas personas que los ayudaban. De acuerdo al sitio, el fuego alcanzó hasta los 50 metros de altura y siguió quemando el resto del hotel por días.
Aunque no se sabe el número exacto de personas que perdieron la vida en el Hotel Regis, se dice que la cifra fue de 74 a 176. Lo que quedó del lujoso hotel fue demolido meses después para dar paso a un área arbolada que se conoce como la Plaza de la Solidaridad, en donde se encuentra un monumento con tres manos sosteniendo un poste, como recuerdo del pueblo mexicano que se unió en el desastre de 1985.
Ha pasado el tiempo pero el Hotel Regis sigue siendo recordado por la importancia que tuvo para la Ciudad de México.