Juan Escutia y su verdadera historia han sido tema de conversación por mucho tiempo, pues si bien es uno de los personajes más representativos de la historia mexicana (al tomar la bandera y arrojarse con ella para evitar que cayera en manos del invasor norteamericano), ha desatado un sinfín de teorías alrededor de él. Que si Juan Escutia en realidad no se lanzó; que nunca existió; que es una leyenda del gobierno, son algunos de los tantos relatos que han rodeado su figura. Lo que no queda duda es que es un símbolo de identidad nacional para todos los mexicanos, sobre todo durante las conmemoraciones de las fiestas patrias.
De acuerdo a la versión oficial, esa que nos han contado desde que somos niños, asegura que el 13 de septiembre de 1847, se desencadenó una de las batallas más dolorosas en la historia de México, la batalla en el Castillo de Chapultepec, con la cual se consumó la derrota militar mexicana ante Estados Unidos, la cual ocasionó la pérdida de más de la mitad del territorio nacional. Sin embargo, en medio de la tragedia nacen los Niños Héroes de Chapultepec. Un grupo de jóvenes cadetes del Colegio Militar que mostraron su valentía al resistir hasta el último momento el embate enemigo.
Juan Escutia, Juan de la Barrera, Agustín Melgar, Vicente Suárez, Fernando Montes de Oca, y Francisco Márquez, son los nombres de los niños de los Héroes de Chapultepec que dejarían una marca histórica que exalta el valor nacional. Aquí es en donde nace la leyenda. Si bien la historia sí se ha tergiversado con el paso de los años, la realidad es que los jóvenes cadetes del Colegio Militar que se enfrentaron al invasor, fueron más de 50 y no sólo 6. Sin embargo, los Niños Héroes fueron los que le dieron rostro para infundir el honor y valentía de los mexicanos.
De 5 de los 6 cadetes, se cuenta con documentación oficial como actas de nacimiento, registros de bautismo o de ingreso al Colegio Militar, confirman su existencia, pero de Juan Escutia, es poco lo que en realidad se sabe. De acuerdo con el historiador Alejandro Rosas, Juan Escutia no se envolvió con la bandera mexicana y se arrojó con ella al vacío, pues el lugar en el que fue hallado su cuerpo, es una de las laderas más escarpadas y lejanas del Castillo de Chapultepec, por lo que resulta imposible comprobar que lo haya hecho de esa forma.
Lo verdaderamente importante de esta historia, es el hecho de que un grupo de jóvenes haya tomado la iniciativa de levantarse en arma y pelear al lado de los soldados mexicanos que estaban defendiendo a la patria de la invasión norteamericana. Un hecho que sin duda sigue marcando un antes y un después en la historia mexicana que merece ser honrado por su gran lección de valentía y honor.
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