“En mis tiempos…” es una frase poco comprendida por jóvenes y niños, pero muy utilizada por aquellos amantes de la nostalgia que se aferran a la premisa de que “todo tiempo pasado fue mejor”.
Canciones, películas, modales, educación, juegos, parece que todo antes estaba hecho con una mejor madera, como si la inmediatez del presente y el cambio en la moral actual hubieran bajado la calidad de todo. Basta con dar un vistazo al pasado para notar que hay cosas que las innovaciones tecnológicas y científicas jamás podrán dar algunos pequeños placeres como lo era salir a jugar por las tardes con los vecinos, sin necesidad de nada más que la imaginación.
Los juegos callejeros no son cosa de abuelos, en realidad, todavía una última generación gozó de la convivencia entre pares en las banquetas y estacionamientos, las risas compartidas, las rodillas lastimadas. El ingenio infantil se hizo presente a través de muchas generaciones con entrañables juegos, a continuación recopilamos una lista de algunos de ellos:
Foto:VIx
Stop
Al grito de guerra de: “Declaro la guerra en nombre de mi peor enemigo que es…” comenzaba una corretiza digna de cualquier estampida. Este juego consistía en dibujar con un gis un par de círculos concéntricos, al interior se escribía la palabra “Stop” y en el otro se hacía una división dependiendo del número de participantes, cada uno escogía un país y se anotaba en su sección del círculo. Para empezar, todos ponían un pie dentro de su parte del círculo, esperando que alguien lanzara la declaratoria de guerra en contra del país que representaban. Si ese era el caso, el responsable tenía que brincar sobre el círculo de “Stop” antes de que sus compañeros corrieran más. Para ganarles tenía que adivinar a qué distancia exacta se encontraban. Aquí era válido un sistema métrico que contemplaba “paso de gigante” o el “gallo gallina”.
Las canicas
Este es un juego muy tradicional con un origen muy antiguo, probablemente se trate de uno de los primeros juguetes de la humanidad, aunque parece que ahora está en peligro de extinción. Con las canicas existe una infinidad de juegos que se pueden realizar, en todos se pone a prueba la habilidad matemática de los jugadores y la destreza con las manos. En general, en la mayoría de juegos con canicas el objetivo es conseguir el mayor número de canicas de los oponentes.
Foto: Youtube
La cascarita
Un clásico de niños y niñas, se trataba de recrear un partido de fútbol de una manera muy austera y salvaje. Con un par de botes o piedras se delimitaba arbitrariamente una portería, generalmente depende del tamaño del portero. Mientras que una botella de plástico vacía o rellena de papel podía ser utilizada como balón. Los equipos se escogían por turnos y todos eran árbitros. Generalmente estos partidos terminaban cuando los jugadores no aguantaban más o cuando las luces de la calle ya no les permitían distinguir la botella-balón.
El resorte
Un favorito de las niñas. Para este juego se necesitaba de un resorte plano de tela de entre 3 y 5 metros y de, por lo menos, tres participantes (aunque había quien se las arreglaba en la soledad con un par de sillas). Se trataba de pisar o saltar el resorte con una coreografía específica, la complejidad aumentaba conforme la altura del resorte incrementaba al igual que los pasos determinados (el cerillo y la mantequilla a la altura de las rodillas eran para expertos).
Tirafichas
Una de las primeras armas a las que se enfrentaba un niño. Se trataba de un conjunto de tres tablas unidas con algunos amarres de ligas de hule. Aunque pueda sonar muy austero, este pequeño artefacto podía llegar a ser muy peligroso. Los niños más despiadados montaban tachuelas o canicas para arrojar a sus enemigos quienes solían resguardarse detrás de árboles o carros. Los más tranquilos las usaban con bolitas de papel para intentar derribar latas o botellas vacías.
La matatena
Otro juego que, como las canicas, parece milenario. Este si es para los llamados old school, ya que era un clásico de niños de principios del siglo pasado. Las matatenas eran unas figuras originalmente de metal (las últimas se fabricaron de plástico) y se ponían en el suelo, un jugador lanzaba una pelota de goma al suelo y mientras estaba en el aire debía agarrar el mayor número de matatenas, además de agarrar la pelota mientras ésta descendía. Parece algo simple, pero en realidad era un juego bastante adictivo. También era válido reemplazar la matatena con frijoles o piedras pequeñas.
Foto: Toluna
Burro 16
Este juego ha sido retomado por algunos profesores de “educación física”, sin embargo, su versión callejera es legendaria. Los participantes se ponían en una fila recta y se escogía a un burro, quien tenía que doblar su dorso manteniendo las piernas rectas. Los demás participantes lo saltaban apoyando sus brazos en la espalda y abriendo las piernas mientras cantaban:
Cero: La vieja del basurero
Uno: por mulo
Dos: patadita y cos
Tres: elevado es
Cuatro: jamón te saco (por el sobaco, y te lo doy de comer a ti y a tu tío Paco, en un rico y sabroso taco).
Cinco: de aquí te brinco
Seis: brinco otra vez
Siete: te pongo un bonete
Ocho: te lo remocho
Nueve: copita de nieve
Diez: te pica el cien pies
Once: caballito de bronce
Doce: la vieja tose
Trece: la vieja se mece
Catorce: la vieja cose
Quince: El diablo te trinche
Dieciséis: Muchachitos a correr
¿Te tocaron estos juegos?, ¿los extrañas? Quizás podrías retomarlos en familia o en alguna fiesta con tus amigos.
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