La llegada de documentales de casos reales a Netflix nos ha mantenido al filo del sillón cada que sale una nueva serie. Es por ello que luego del estreno de la polémica historia de Jeffrey Dahmer, un psicópata que usó su privilegio para salir libre en varios encuentros cercanos con la policía, ahora llega a la pantalla un nuevo caso muy controversial que esta vez es protagonizado por una mujer.
Se trata de Killer Sally, la nueva serie que se convirtió en tendencia en la plataforma de streaming gracias a lo sorprendente del caso, el cual es encabezado por Sally McNeil, la fisicoculturista que en pleno San Valentín asesinó a su esposo Ray McNeil.
Si aún no sabías de la existencia de esta historia de la década de los noventa, primero te dejamos el tráiler:
Dirigida por Nanette Burstein y creada por el estudio Firehouse Films, Killer Sally: La fisicoculturista asesina narra a través de entrevistas con amigos, familiares y la propia protagonista, el caótico matrimonio que vivió una pareja de culturistas, el cual tuvo un trágico final el 14 de febrero de 1995, es decir, el día de San Valentín en el que algunas parejas y los amigos celebran su amor y amistad.
En el adelanto de la serie, la propia Sally asegura que su crimen lo cometió en defensa propia con la finalidad de sobrevivir, ya que fue víctima de agresión y abuso por parte de McNeil durante su matrimonio y esa noche no fue la excepción.
¿Quién es Sally McNeil?
Sally McNeil es una exculturisa estadounidense, nacida en 1960 en Allentown, Pensilvania, por lo que actualmente tiene 62 años.
El 19 de marzo de 1996, tras declararse inocente por haber disparado en defensa propia, fue declarada culpable y sentenciada de 19 años a cadena perpetua.
Con una infancia en la que su padre biológico estuvo ausente, a mediados de los años 80 ingresó a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos donde se convirtió en Sargento.
Su verdadera pasión la encontró en el fisicoculturismo, por lo que continuó con la práctica. Y tras un divorcio, el 14 de febrero de 1987 conoció al que sería su segundo esposo, Ray McNeil, un hombre de origen jamaiquino que era infante de marina y también hacía fisicoculturismo.
El mismo año se casaron y se mudaron a un departamento en Oceanside, California, pero los problemas financieros comenzaron. Ella le pagaba la mayoría de sus gastos y hasta se dice que gastaba mucho dinero para comprarle esteroides.
Sally cuenta que desde el inicio de su matrimonio hubo violencia doméstica.
“Debí haberlo dejado al tercer día de casados, pero él dijo que lo sentía y que no lo volvería a hacer y yo le creí”, narró Sally.
El día que todo terminó
La noche del 14 de febrero de 1995, Ray salió y como ya había tardado mucho tiempo y era de noche, Sally sospechó que quizá había ido a un bar con una supuesta amante, por lo que ella decidió seguirlo para confirmar o no sus sospechas y antes de que ella saliera, mientras se alistaba, él llegó y comenzaron a discutir. Cansada de todos los abusos, ella corrió a su habitación y tomó una escopeta que tenían y le disparó en dos ocasiones.
La propia Sally se encargó de llamar a la policía y tras su llegada fue arrestada y sus hijos fueron interrogados también. Aunque la fisicoculturista declaró que temía por su vida y por eso disparó en defensa propia, su historial se tornó en su contra, ya que tenía antecedentes violentos.
Fue sentenciada en el Centro de Mujeres de California Central en Chowchilla y al cumplir su pena, finalmente consiguió libertad condicional en el año 2020.
Actualmente se encuentra casada con un hombre de nombre Stuart, a quien conoció en un centro de apoyo para ex convictos.
“No merecía la sentencia que recibí, pero ya no me importa, soy libre”, dijo.