“Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado”
William Shakespeare
Es verdad que todos hemos hecho locuras por amor, algunos viajan cientos de kilómetros para encontrase con esa persona especial aunque sea por un momento y otros incluso nos tatuamos el nombre de nuestra pareja, pero hubo un hombre que decidió recordar de una bella forma a la mujer que más amó en la vida, sin pensar que su creación se convertiría en uno de los recintos más importantes de la India.
Y es que haber encontrado el amor verdadero y perderlo hizo que Shahbuddin cayera en depresión y quiso que el mundo supiera cuánto amó a su mujer edificando el maravilloso Taj Mahal.
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El príncipe Shahbuddin Mohammed recorría un bazar cuando conoció a la princesa Arjumand, hija del primer ministro de la Corte, que se probaba un collar de diamantes. El monarca estaba tan impresionado con la belleza de la joven que sin pensarlo decidió pagar 10 mil rupias por el objeto y ganarse así el corazón de la princesa.
Pasaron cinco años para que Arjumand y Shahbuddin pudieran casarse, durante ese tiempo no se vieron ni una vez. Arjumand no sería la primer esposa del príncipe, pero sí su favorita.
Finalmente la boda se realizó en 1612 y fue en dicha ceremonia cuando el entonces Emperador nombró a Arjumand como Mumtaz Mahal, cuyo nombre significa “Perla del Palacio” o “Elegida del Palacio”. Shahbuddin fue coronado unos años después con el nombre de Shah Jahan, “Rey del Mundo”.
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No había pasado mucho tiempo cuando su amada Mumtaz daba a luz a su decimocuarto hijo, pero la reina no aguantó el parto y en su lecho de muerte le pidió al rey Shah que construyera en su memoria un monumento sin igual en el mundo.
El monarca contrató a 20 mil obreros para construir el que sería el mejor mausoleo del mundo.
Para llevar a cabo la edificación se utilizaron materiales como el mármol y muchos otros que fueron llevados de distintos países en elefantes; el jade y el cristal de la China, el lapislázuli de Afganistán y las amatistas y los corales provenientes de Persia y Arabia, entre otros; tardó en construirse 22 años, representados en las 22 pequeñas cúpulas del recinto.
La construcción del Taj Mahal también encierra una serie de leyendas, entre ellas la historia del arquitecto, Ustad Isa; aunque no se sabe si el personaje realmente existió. Se dice que el emperador Shah Jahan quería que el arquitecto sintiera el mismo dolor que él y por ello mandó matar a su esposa y una vez terminada la construcción lo dejó ciego y le cortó las manos para que nunca volviera a construir nada igual.
El Taj Mahal, ¿negro?
Tras la finalización del mausoleo para su difunta esposa, el emperador Shah Jahan quería construir uno igual que serviría para alojarlo luego de su muerte, cuya fachada sería hecha en mármol negro; se planeaba que estuviera al otro lado del río Yamuna para que ambas construcciones quedaran de frente y más tarde fueran unidas por un puente de oro. Actualmente, al otro lado del río, frente al Taj Mahal queda un resto en piedra roja de lo que fue el inicio de dicho edificio.
La versión de mármol negro del Taj Mahal no se realizó debido a que Aurangzeb, tercer hijo del emperador, decidió tomar el poder y encarceló a su padre en la fortaleza roja de Agra. En su lecho de muerte a sus 74 años, Shah pidió que se le colocara un espejo en su celda orientado hacia la ventana con vista al mausoleo de su esposa. Se dice que cuando murió miraba el reflejo del Taj Mahal.
Los restos de Shah Jahan se encuentran junto a los de su amada Mumtaz.
Es verdad que nuestras locuras nunca superarán algo tan imponente y perfecto como el Taj Mahal, pero el hecho de que el monumento exista nos recuerda que por ese sentimiento siempre podremos hacer algo especial, incluso más allá de la muerte.
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