La Colonia Dignidad es recordada no sólo como el área geográfica en la que durante años se asentó una comunidad, sino como uno de los episodios más violentos y oscuros de la historia de Chile. La Colonia Dignidad era una sede de una especie de culto religioso totalitario, cientos de crimenes y abusos se dieron bajo el techo y el resguardo de su líder, Paul Schafer, ex nazi. Fue precisamente aquí donde se llevaron a cabo torturas para la policía secreta del ex dictador chileno Augusto Pinochet.
Paul Schafer
Paul Schafer, un predicador laico acusado de abuso sexual de niños en Alemania, fundó la colonia con ideales utópicos en 1961 después de buscar refugio en Chile al final de la Segunda Guerra Mundial. Schafer, encontró y compró una localidad del 10 mil hectáreas, un pintoresco pueblo que ofrecía a la población local servicios esenciales con su hospital y escuelas.
Poco antes, la policía de Siegburg, Alemania, inició una investigación de las denuncias de abuso infantil contra Paul, en ese entonces un trabajador de bienestar juvenil y predicador laico, por lo tanto, huyó a Chile. Muchos de sus seguidores se unieron voluntariamente a él, aunque también se sabe que 150 hijos de miembros de la secta y huérfanos fueron llevados a Chile en circunstancias legalmente dudosas. Schafer prometió a sus seguidores una vida cristiana tradicional en una tierra prometida.
Foto: Alchetron
Colonia Dignidad
En una finca remota a 350 kilómetros al sur de Santiago de Chile, Schafer creó una dictadura totalitaria a pequeña escala, que pronto llegó a ser conocida como “Colonia Dignidad”. La vida cotidiana estuvo marcada por cantos germánicos, adiestramiento militar, el trabajo en el campo, la vigilancia constante y la violencia física y psicológica.
La vida entre los habitantes transcurrió bajo un angustiante silencio por años. Las acusaciones de abuso sexual, encarcelamiento, medicación y trabajos forzados, surgieron desde el principio, pero fueron ignoradas, hasta que se hizo completamente inútil levantar cualquier tipo de queja. Después de que Pinochet tomó el control de Chile en 1973, la Colonia Dignidad vivió bajo “protecciones” especiales para proporcionar armas al régimen y la ubicación de un centro de tortura.
Foto: InfobaeToda la comunidad se encontraba bajo el estricto control de Schafer, quien separaba a los hombres de las mujeres y los niños de sus padres, aunque muchas mujeres también eran obligadas a abortar. No existían las familias. Se dice que también se acostumbraba adoptar a niños chilenos de familias pobres quienes necesitaban los servicios de salud de la colonia o se les engañaba para firmar papeles de adopción, todo esto para proporcionarle nuevas víctimas de abuso sexual a Schafer, a quien se le llamaba “tío Paul”.
Las mujeres eran vistas como objetos de pecado, sufrían de torturas, abusos y explotación en el campo, cubriendo jornadas de hasta 24 horas. Era imposible escapar de la Colonia Dignidad, sus habitantes eran constantemente drogados con barbitúricos, además de que el territorio se encontraba amurallado con vallas electrificadas de dos metros, minas en los alrededores, torres de vigilancia, hombres armados y perros adiestrados.
Foto: Infobae
Augusto Pinochet
Durante 30 años, innumerables niños fueron violados y obligados a trabajar en la Colonia Dignidad detrás de vallas de seguridad. Schafer reprimió y controló brutalmente a sus seguidores, utilizando medios que incluían lavado de cerebro, castigos draconianos y haciendo cumplir un voto de secreto. El dictador militar chileno Augusto Pinochet utilizaba este espacio para esconder armas y trabajos secretos de la DINA. Cerca de 350 miembros de la oposición fueron torturados en Colonia Dignidad, que Schafer operaba como su propio feudo opresivo personal. Cuando triunfó Pinochet, el alemán ofreció sus instalaciones al régimen militar y Colonia Dignidad se convirtió en un elemento clave en la estructura represiva de la dictadura. Decidieron convertir la colonia en un centro de inteligencia, entrenamiento, tortura y exterminio y aunque no existen cifras exactas se estima que la mitad de los prisioneros que eran llevados allí fueron asesinados. Décadas después, las autoridades chilenas encontraron fosas comunes en el sitio.
Fue hasta el año de 1997, cuando fiscales chilenos presentaron cargos contra Schafer, quien huyó a Argentina y logró escapar de la justicia hasta el año 2005, cuando fue arrestado y condenado un año después, tan solo por el abuso de 25 niños. Finalmente murió en el año 2010 a la edad de 88 años en una prisión chilena.
Foto: El Periodico
Harmut Hopp
Hartmut Hopp, fue un médico y portavoz de la Colonia Dignidad, muchos testigos aseguran que era él quien ayudaba a Schafer a obtener niños, medicarlos con drogas psicoactivas y abusar de ellos. En 2011, fue sentenciado a cinco años de prisión por 16 cargos de complicidad ante abuso sexual de niños durante varias décadas. Pero, huyó a Alemania donde fue protegido de la extradición. Chile presionó para que los tribunales alemanes hicieran cumplir su sentencia y se inició un caso. La justicia alemana ahora esta considerando presentar nuevos cargos, no solo acusándolo de ayudar en el abuso infantil, sino de complicidad en el asesinato en 1973 de tres activistas de la oposición en Chile.
Colonia Dignidad, la película
The Colony, película lanzada en el año 2015 y protagonizada por Emma Watson y Daniel Bruhl, reavivó el interés por esta historia. En una proyección de la película, el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, dijo que los funcionarios de la embajada alemana en Chile «miraron hacia otro lado» durante décadas. Si bien, en los informes gubernamentales sobre la colonia se describía como “ordenada y limpia”, incluso especificaban que devolvían a los niños que se escapaban a sus padres allí, en realidad, en la cultura popular, el nombre Colonia Dignidad era sinónimo de abuso y tortura infantil. Aunque también hay registros de que la agencia de inteligencia de Alemania estaba al tanto de las acusaciones de tortura desde al menos 1966.
Foto: Rock & PopFinalmente, en el año 2016 los gobiernos de Chile y Alemania reconocieron que no hicieron lo suficiente por los ciudadanos que vivieron allí. En cooperación con Chile, Freie Universität Berlin está desarrollando actualmente un archivo de historia oral digital. Más de 50 testigos contemporáneos hablan sobre sus historias de vida personales, lo que puede ayudar a reconstruir los crímenes cometidos.
En portada: El Periódico