La descripción común que existe en torno al Lago Piru y los diversos senderos y actividades que pueden realizarse en esta reserva por lo general habla de su apacibilidad, lo tranquilo que puede parecer el lago y, dependiendo de la temporada del año, de cuán lodoso se encuentra o que está en las condiciones perfectas para organizar un pequeño picnic y aventurarse sobre un bote en sus aguas.
Más allá de las actividades que se pueden hacer ahí para estar en contacto con la naturaleza, el Lago Piru recientemente ha recobrado notoriedad después de la desaparición de la actriz Naya Rivera, reconocida por su papel en el hit televisivo Glee.
Naya Rivera con sus compañeros de Glee. / Foto: Shutterstock.
Conoce más del caso de Naya Rivera leyendo:
Ante su desaparición, su hijo de 4 años reportó que su madre había descendido al agua para nadar, lo cual es uno de los principales indicios de la investigación y lo que ha movilizado a las autoridades a realizar una importante búsqueda.
Foto: EFE/EPA/PAUL BUCK
Sin embargo, por desgracia ésta no es la primera vez que una búsqueda de este tipo comienza en el Lago Piru, la realidad es que detrás de sus aguas apacibles, se encuentran corrientes muy traicioneras que pueden poner en problemas hasta a los nadadores más experimentados o fuertes.
Desde accidentes que han sido llamadas de atención para algunos de sus visitantes, hasta resultados trágicos en las que diversas personas han perdido la vida, estos son algunos de los casos reportados de accidentes y ahogamientos en el Lake Piru que Los Angeles Times ya había reportado desde hace 20 años:
En agosto de 1994, Jesus Danilo Carranza fue la primera persona en perder la vida después de ahogarse incluso llevando un chaleco salvavidas; un caso que como los consecuentes demostró que incluso esta herramienta diseñada para mantenernos a flote puede resultar inútil ante la fuerza de la naturaleza.
A los pocos años, 1997 resultó ser un año trágico, puesse reportaron tres muertes, dos en el mes de julio y una en septiembre. La primera de ellas fue el caso de Liborio Dominguez, un hombre oriundo de Long Beach que perdió la vida intentando rescatar a su hija, y si bien logró ponerla a salvo, por desgracia él no pudo salvarse.
Foto: Shutterstock
El segundo caso reportado en 1997 fue el de Isidro Castillo quien al nadar de pronto tuvo problemas, sin embargo, según los reportes, aunque su novia le lanzó un salvavidas, Isidro no pudo llegar a él, perdiendo la vida en el proceso.
El tercer caso, en septiembre de 1997, un grupo de rescatistas encontraron el cuerpo de Ulises Anthony Mendoza, quien había sido visto en días previos nadando cerca del bote que su familia había rentado.
Un año después, en 1998 se reportaron otros dos casos, el de un empleado: Arthur Raymond Calandra, así como el de Xuan Dang, cuya desaparición ocurrió durante el fin de semana del Memorial Day o el Día de los Caídos, una celebración popular en Estados Unidos ocurrida en mayo y que suele ser motivo de viajes cortos y salidas a parques como el Bosque Nacional Los Padres.
Los casos continuarán hasta el 2000, cuando, de acuerdo con el gerente de los servicios recreativos y del parque, Douglas West, una docena de personas se había ahogado en sus 23 años de carrera, indicando que el principal motivo es que son personas con poca experiencia al nadar.
Foto: Shutterstock
Del mismo modo, existen casos como el de Eric Cruz, en el 2000, que decidió nadar en el lago para recuperar un bote a control remoto ayudándose de una boogie board –es decir, unas tablas cortas que asemejan a las de surf–, sin embargo, según los reportes, a pesar de que Cruz estaba a 3 metros de la costa, se encontraba en una zona donde no se permite nadar y por lo tanto lejos de todo el personal que el Lago Piru tiene atenta para ayudar a aquellos que se encuentren en problemas al nadar o ir en bote.
«Lo único que puedo enfatizar es que si los nadadores están cerca del agua, necesitan llevar un dispositivo personal de flotación sepan nada o no. Eso les salvará la vida». Declaró Douglas West.
En ese sentido, las autoridades y encargados de la vigilancia del parque aunque han reforzado las formas en las que pueden asegurar la seguridad de los visitantes, también reconocen que de una forma u otra es complicado mantenerlos a todos a salvo en particular si se rompen las reglas, lo cual aunque por más trágico que sea, se vuelve una importante lección para todos los turistas del Lago Piru o cualquier otro destino: la de no subestimar la naturaleza y no sobreestimar las habilidades propias; evitar las zonas prohibidas y en caso de estar en el agua procurar llevar salvavidas de ser requerido.
Ante este caso, ahora tan sólo queda esperar que Rivera sea encontrada y que una desgracia similar no ocurra nuevamente.
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