México es un país que no ha sido fácil manejar debido a su diversidad política y cultural. La política es un campo criticado por muchos y la presidencia un trabajo difícil. Cada sexenio es mayor el asombro de lo que sucede en el país y el mal manejo que le dan los mandatarios.
Entre el ahora extinto Tratado de Libre Comercio (TLC), el neoliberalismo, políticas que devaluaron el peso, una matanza de estudiantes, inflaciones que dejaron al país por el suelo, desaparecidos, “dichos” que nos hicieron quedar mal ante todo el mundo, la guerra contra el narco que dejo más muertos que un país en guerra civil y el famoso “saving México”, son algunas crisis por las que podemos decir que los presidentes que hemos “elegido” no han sido de lo mejor.
Aquí presentamos a los peores presidentes de México. Se puede decir que algunos han hecho un peor trabajo que otro y que tienen bien ganado estar en esta lista.
Pedro Lascuráin Paredes (1913-45 minutos después)
Aunque su mandato únicamente duró 45 minutos (17:15 pm- 18:00 pm) hizo que Victoriano Huerta llegara a la presidencia.
El 19 de febrero de 1913, después de que Madero y Pino Suárez presentaran sus renuncias tras las presiones del movimiento encabezado por Victoriano Huerta, ocupó interinamente el cargo de presidente de México, conforme se establecía en la Constitución de 1857. Su mandato duró tan sólo cuarenta y cinco minutos, de las 17:15 a las 18:00 horas de ese mismo día.
Sus únicos actos de gobierno fueron tomar protesta y nombrar a Victoriano Huerta Secretario de Gobernación, para después presentar su renuncia y que éste accediera a la presidencia por mandato constitucional.
Miguel Alemán Valdés (1946-1952)
Con la llegada de Miguel Alemán al poder presidencial se inicia el civilismo posrevolucionario, con una muestra de que la estabilidad política se había consolidado y se había superado ya la etapa del militarismo, anunciándose el acceso al poder de una joven generación de políticos que no habían participado en la lucha armada revolucionaria.
Por lo anterior, aun cuando se había propuesto como meta la democratización del país, Alemán hubo de iniciarse hacia una moderna forma de autoritarismo, puesto en práctica por medio de tres líneas de acción:
a) sometimiento de los gobernadores a la disciplina política presidencial
b) eliminación de la izquierda en los sindicatos
c) expulsión de los elementos comunistas del PRI.
El incremento de los políticos que se hacían millonarios, gracias a los jugosos contratos que ganaban en el gobierno, también fue escandaloso. La devaluación del peso y la subsiguiente crisis, fue el resultado de su mandato.
En su periodo se propagó la epidemia de fiebre afosa que afectó al ganado vacuno.
A pesar de su gran obra pública, cayó en el desprestigio de la gente por la corrupción y por el rumor de que pensaba reelegirse.
Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970)
Se le recuerda por su intervención contra el Movimiento Estudiantil de 1968, que culminó con la sangrienta matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, el dos de octubre. Durante su gestión se organizó en México la Olimpiada de 1968.
Los elementos que lo caracterizaron fueron la rigidez, tomando como eje el ejercicio de la justicia, emparentándolo a la vez con sus concepciones de lo prohibido y lo permitido, y sus costumbres administrativas que sobreponía sobre la negociación política.
La estructura económica se diversificó, aumentó al disminuir la producción de textiles, calzado, alimentos industrializados, bebidas y otros a favor de la producción de bienes intermedios, petróleo y electricidad que aumentaron gradualmente. En su totalidad el PIB creció en la década de los 60. Sin embargo, la redistribución del ingreso como el más ambicioso objetivo del desarrollo estabilizador no se logró. En cambio en el sector agrícola aumentaron los índices de inflación, que a la larga lo descapitalizarían.
Luis Echeverría Alvarez (1970-1976)
Un hecho que marcó la presidencia de Echeverría y que curiosamente también estuvo ligado con estudiantes fue El halconazo o la matanza del Corpus Christi. Sucedió el 10 de junio de 1971, durante una manifestación estudiantil en la Ciudad de México en apoyo a los estudiantes de Monterrey y donde estuvo involucrado un grupo paramilitar al servicio del estado llamado “Los Halcones”. Luis Echeverría concluyó este suceso desligándose del grupo y pidiendo la renuncia del Jefe del Departamento del Distrito Federal.
Los avances en materia económica que se dieron durante su mandato no fueron suficientes para detener ni sobrepasar la crisis económica internacional que enfrentaba el país, la cual era provocada por la escasez de petróleo. Ante ello disminuyó la inversión privada y el gasto público aumentó de forma considerable. Se emitió un papel moneda sin valor y la deuda externa aumentó de 6 mil millones de dólares que había heredado Díaz Ordaz a más de 20 mil millones.
Compró empresas al borde de la quiebra para sostener los empleos, pero a costa de ineficiencias y corrupción. Durante su gobierno el tipo de cambio fijo que existía desde 1954, de $2.50 por dólar, al final de su sexenio llegó a los 20 por dólar.
En 1976, al entregar la Presidencia a López Portillo se produjo una nueva devaluación de la moneda, lo cual se afirma como causa, más tarde, de la crisis nacional.
José López Portillo (1976-1982)
«Por primera vez en nuestra historia disfrutaríamos de autodeterminación financiera». Así empezó su mandato, refiriéndose a la esperanza que le tenía al petróleo. Apostó todo por pensar que el petróleo como materia prima sacaría a la población mexicana de la pobreza. Ha sido uno de los grandes errores en política gubernamental de todos los tiempos. Aunque consiguió alcances en otras áreas, autosuficiencia alimentaria, política agraria y el reencuentro con los empresarios, esta equivocación fue estructural. Lo siguiente fue la liberación del endeudamiento y los problemas siguen prevaleciendo: con el raudal de dinero proveniente del petróleo y del crédito se intentó un proyecto de industrialización y modernización en cinco años que rebasaba todas las posibilidades técnicas y económicas. El gasto público se desbocó; en 1978 creció en un 38 % sobre el de 77, el presupuesto de egresos se elevó en un 23 % y el de la inversión pública un 37 % sobre el año anterior; en 1980 el gasto público volvió a crecer un 33 %.
Para atenuar los efectos de las vergonzosas acciones del gobierno, emprendió una tardía disminución del gasto público, impuso más controles a la importación, subió los precios y tarifas públicas y elevó las tasas de interés. Otro error inmediato fue decretar un alza general, eminentemente populista, de sueldos y salarios del 10, 20 y 30% que elevó los costos de producción, atizó la inflación e hizo nulas las demás medidas. Esto avivó la desconfianza y, a pesar de la fuerte devaluación, el público siguió comprando dólares y los acreedores del gobierno dejaron de renovar sus créditos. La política económica de ajuste fue cancelada por las actitudes eminentemente propagandísticas.
Lee la segunda parte de los peores presidentes de México dando clic aquí.
Referencias:
http://presidentes.mx/presidentes/pedro-lascurain/
http://www.economia.com.mx/luis_echeverria_alvarez.htm
http://www.oocities.org/mx/gunnm_dream/errores_lopez_portillo.html
http://www.pgr.gob.mx/que%20es%20pgr/Documentos/conmemoracion/peprgudo.htm