Despiadados, traicioneros y feroces asesinos: alguien con esas características difícilmente podía ser considerado un ser humano. Por esta razón, la única forma de hacer pagar a un pirata por todos los crímenes que había cometido era deshumanizándolo y convirtiéndolo en una bestia totalmente ajena al hombre. Al grado que durante su apogeo recibieron algo similar a un nombre científico, esa denominación se encontró en la expresión latina: “Hostis Humani Generis”, que significa “enemigos de la raza humana”.
Esa enemistad no estaba basada únicamente en el hecho de asesinar cruelmente tanto a gente inocente como a sus semejantes, también se encontraba en la amenaza que representaban para las economías de países como España, Francia e Inglaterra. Naciones cuyos buques eran el objetivo favorito de los corsarios gracias a que éstos iban cargados de oro, plata y otras riquezas que podían intercambiar en asentamientos piratas; como el que existió en Nassau en el siglo XVII.
Muchos de estos marineros se veían a sí mismos como empresarios que robaban a la Corona y se hacían de las ganancias correspondientes a dichos bienes. Las hazañas que algunos de estos hábiles estrategas y navegantes realizaron a lo largo de su vida los convirtieron en leyendas, mismas que hasta nuestros días siguen contándose como parte importante de la historia de varias ciudades, que sucumbieron ante los ataques de estos feroces corsarios. Éstos, algunos de los más prolíficos y sanguinarios.
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Black Bart
En los escasos tres años que duró en alta mar, este hombre, cuyo nombre real fue Bartholomew Roberts, se convirtió en uno de los bandidos más peligrosos de todos los mares; tras haber capturado cerca de 500 barcos aún más grandes que el suyo.
Al ser devotamente religioso, se cree que nunca atacaba los domingos y que, a pensar de la imagen que todo mundo tiene sobre los piratas, él se mantuvo sobrio toda su vida y nunca abusó de una mujer.
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Charles Vane
Se trata de uno de los corsarios más crueles, a partir de 1716, ya que no solo se encargó de acosar a otros marineros, sino que incluso su tripulación sufría los estrago de su incontrolable carácter. Además era conocido por sólo atacar barcos ingleses y franceses.
Después de librarse de la Royal Army, Vane capturó barcos mucho más grandes que su buque insignia, el “Ranger”, cuya capitanía quedó en manos de su intendente Calico
Jack Rackham.
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Henry Morgan
Conocido como uno de lo bucaneros más fieros de todos los tiempos gracias a los saqueos de Puerto Príncipe, Panamá y Maracaibo. Quienes navegaron con él aseguran que cuando no estaba atacando o planeando un saqueo, era un hombre demasiado amigable y apegado a la fiesta. No obstante, cuando se trataba de realizar estrategias, se convertía en un sujeto por demás calculador y serio. Justo antes de que la época dorada de la piratería llegase a su fin, Morgan decidió retirarse del negocio pacíficamente.
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Barbanegra
Edward Teach, comenzó su vida como bucanero a bordo de la nave al mando del capitán Benjamin Hornigold; poco a poco fue ascendiendo de rango hasta obtener de su propio navío, una fragata de 300 toneladas a la que bautizaría como “Queen Anne’s Revenge”. Posteriormente también cambió su nombre al de Barbanegra.
Se dice que el éxito de sus saqueos se debe a lo imponente de su presencia y a la manera en la que se presentaba ante los marineros a los que atacaba, pues se ataba mechas de cañón en la barba y las hacía arder mientras estaba en batalla; además llevaba consigo tres pares de pistolas, espada y pequeños cuchillos de mano.
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Anne Bonny
Se trata nada menos que de la mujer pirata más respetada de todos los tiempos, tanto así que no necesitaba disfrazarse de hombre para infundir terror cuando se preparaba para abordar alguna nave o para luchar contra una flota enemiga. Bonny fue otra de las personas que navegaron a lado de
Calico Jack Rackham; de hecho, cuando su barco, “Venganza”, fue interceptado, llevaron a toda la tripulación a prisión, sin embargo, no existen registros de la muerte de Anne.
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Francis Drake
Conocido como “el pirata favorito de la Reina”, para los españoles no era nada más que un sucio criminal que gustaba de saquear y hundir cuanta embarcación se le pusiera enfrente; aunque para a corona inglesa, este hombre fue uno de los estrategas marítimos más hábiles al servicio de su Majestad. Cualquiera que sea el caso, lo cierto es que fue uno de los corsarios con más recursos a su disposición en toda la historia.
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Cheung Po Tsai
Fue secuestrado a los quince años por una pareja de piratas que, una vez cumplida la mayoría de edad, lo condujeron a sus primeras incursiones en el mundo de la piratería. Sus principales ataques se efectuaron en la costa de
Guangdong, China. La cantidad de hombres que tenía a su mando oscilaba entre los 50 mil y su flota llegó a componerse de 600 barcos. Aunque no se ha encontrado el mítico tesoro que lo convirtió en un ícono de la piratería oriental, muchos creen que se encuentra en la cueva de Cheung Po Tsai, situada en la isla Cheung Chau.
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Aunque fueron considerados enemigos de toda la humanidad, las tácticas y maniobras marítimas que algunos piratas utilizaron en sus incursiones, inspiraron a muchos otros marineros para seguir explorando los océanos con el fin de encontrar nuevas rutas comerciales libres de bandidos.
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Referencias:
Marcianos
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