“Mi padre me advirtió sobre los peligros de los hombres y el alcohol. Pero nunca me dijo nada sobre las mujeres y la cocaína”.
Tallulah Bankhead pertenece a la primera estirpe de estrellas del cine. Su belleza y talento cautivaron los teatros de Londres y Broadway. Durante su carrera fílmica fue dirigida por Alfred Hitcock, George Cukor y Otto Preminger. Sin embargo, su vida estuvo rodeada de escándalos sexuales, adicciones y declaraciones que la llevaron al ocaso paulatino de su carrera.
Tallulah Bankhead nació el 31 de enero de 1902 en Alabama, en el seno de una familia adinerada que se dedicó durante generaciones a la política. A los 15 años Tallulah se apasionó por la actuación y un año más tarde decidió viajar a Nueva York con la firme intención de ingresar a alguna de las compañías teatrales de Broadway. En 1918 obtuvo su primer papel en la obra “The Squab Farm”, y meses después fue invitada a participar en la película “Who Loved Him Best”; sin embargo, abandonó su incipiente carrera para alistarse como voluntaria de la Cruz Roja en París, fue ahí donde conoció a la actriz Bijou Martin, quien la introdujo al mundo de las drogas; en una entrevista la actriz declaró: “La cocaína no crea hábito. Debo saberlo. La he estado tomando durante años”.
La chica de Alabama tenía una personalidad autodestructiva y su adicción no sólo fue hacia las drogas sino también al sexo; jamás dudó en mantener relaciones sexuales con hombres o mujeres; era una antorcha enardecida y logró seducir a personalidades como: Greta Garbo, Gary Copper, Joan Crowford, Marlene Dietrech, Billie Holiday, Marlon Brando, Paul Newman y la periodista Mercedes de Acosta. Se dice que, cuando Tallulah viajó a New York convocada por Paramount para la realización de distintas películas, se encontró en los pasillos con Joan Crawford y su marido Douglas Fairbanks, y al volcarse hacia Crowford le dijo: “Querida eres divina. No te preocupes si llego a tener un affaire con tu esposo, seguro tú serás la próxima”. La reputación sexual de Talullah se enturbió en 1933, cuando le detectaron gonorrea. Según cuentan fue Gary Cooper quien la contagió; sin embargo, tal aseveración podría ser falsa, dado que la actriz no tenía exclusividad sexual.
En 1937, la protagonista de “Náufragos” contrajo nupcias con John Emery, siendo un matrimonio arreglado, pues su padre había sido electo como Congresista de la Casa Blanca. El matrimonio duró pocos años y la actriz retomó su carrera en Broadway con la puesta “The Little Foxes”, lo que le valió el reconocimiento de la crítica e hizo que Alfred Hitchcock la contratara para dicha película, cinta que hasta el día de hoy es una de las más recordadas dentro de su filmografía.
Durante el rodaje algunos técnicos se quejaron del exhibicionismo de la intérprete, quien no solía usar ropa interior. La queja llegó a Hitchcock quien dijo que lamentablemente no podía resolver el problema, pues no sabía a qué departamento acudir, si al de vestuario o al de peluquería. Durante los años 50, la actriz incursionó en la radio con un programa titulado The Big Show, el cual se convirtió en éxito debido a la picardía que imprimía cuando entrevistaba a sus compañeros actores.
En los años siguientes, Tallulah apareció esporádicamente en televisión, y en 1964 viajó a Londres a rodar su última película “Fanatic”; dos años más tarde realizó una participación especial interpretando a la viuda negra en la serie televisiva “Batman”. En 1968, hizo su última aparición pública al presentarse como invitada al programa “Tonight Show”, donde compartió entrevista con John Lennon y Paul McCartney.
“Si pudiese volver a la juventud,
Cometería todos aquellos errores de nuevo,
Sólo que más temprano”.
El 12 de diciembre de 1968, Tallulah murió de neumonía, tenía 66 años, pero su rostro agrietado e hinchado por los excesos de alcohol la hacían ver aún más vieja. Diosa profana, amada y odiada por los medios de comunicación, a ella jamás le importó la crítica con frecuencia pregonada: “Digan cualquier cosa de mí mientras no sea aburrida”.
Tallulah Bankhead exprimió el jugo amargo de la vida y aun así nunca se arrepintió de haber sido ella misma, aunque esa fuerza avasalladora la haya derribado hasta causarle la muerte.
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Hollywood está lleno de historias, pero no sólo en la pantalla, también en la vida real, como aquella de Las decepciones amorosas de la mujer que todos desearon pero que nadie amó.